Noticias

MURIÓ FRANCISCO VARELA, DESTACADO NEUROBIÓLOGO CHILENO

Publicado 05-10-2005

[05/10/2005]

La destacada carrera científica de Francisco Varela se caracterizó por la diversidad y el impacto. Fue un creador multifascético, que desarrolló al menos cuatro grandes vertientes, dejando una marca duradera en dominios importantes de la vida científica e intelectual moderna.

Esta Madrugada murió en París el neurobiólogo chileno Francisco Varela, a la edad de 54 años, quien se destacó por ser uno de los artífices del cambio paradigmático que ha revolucionado el quehacer científico, y que actualmente estaba dedicado al estudio de la conciencia y sus raíces neurobiológicas.

El Doctor Varela, se encontraba radicado en Francia, donde se desempeñaba como Director del Laboratorio de Neurodinámica en el Centro de Neurociencias Cognitivas e imágenes Cerebrales del CNRS, en la Escuela de Medicina del Hospital de la Salpetrière, y también como profesor en el Centro de Investigaciones Epistemológicas (CREA) de la prestigiosa Ecole Polytechnique. De su fructífera obra, que abarca unas 200 publicaciones científicas y 15 libros, se destacan: “El Árbol del Conocimiento”, en coautoría con Humberto Maturana; “De cuerpo presente. Las Ciencias Cognitivas y la experiencia humana”, en colaboración con E. Thompson y E. Rosch (MIT Press, 1991, y Ed. Gedisa, 1992); “Etica y Acción”, y “Un puente para dos miradas. Conversaciones con el Dalai Lama sobre las ciencias de la mente” en coautoría con Jeremy W. Hayward.

Sus estudios Universitarios comenzaron en Chile, donde obtuvo, después de cursar los primeros años de la carrera de Medicina en la Pontificia Universidad Católica, el título de Licenciado en Biología en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile, de la cual fuera alumno fundador. A fines de 1967, Varela recibe una beca doctoral en la Universidad de Harvard, obteniendo a la edad de 24 años su doctorado en Ciencias Biológicas, bajo la dirección de Keith R. Porter y Torsten N. Wiesel (quien obtuviera posteriormente el Premio Nobel de Fisiología).

En 1970, el Dr. Varela se une a la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile, con el cargo de profesor titular. Este período es muy importante para el desarrollo teórico de los conceptos de auto-organización y redes de neuronas biológicas, en parte en colaboración con Humberto Maturana. En diciembre de 1973, acepta un cargo de profesor en la Escuela de Medicina de la Universidad de Colorado, trabajando en la integración sensorial-motora. Publica un primer libro sobre sus desarrollos teóricos ” Principles of Biological Autonomy” (Elsevier, 1979)

En 1978/79 el Dr. Varela fue nombrado Profesor Investigador en el Brain Research Laboratories de la Universidad de Nueva York, pero en 1980 acepta dejar los Estados Unidos para retomar su cargo de Profesor en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile. Durante este período estudia las correlaciones entre neurofisiología y percepción temporal, e inicia trabajos sobre la visión de colores en los vertebrados. En 1987 publica (Con Humbero Maturana) el influyente libro “El árbol del Conocimiento”, el cual ha sido publicado a la fecha en 13 idiomas.

Un año sabático en 1984, lo llevan al Max Planck de Frankfurt, al laboratorio de Wolft Singer. Este año en Alemania sería la puerta de entrada a Europa, donde vuelve en 1986 a hacerse cargo en propiedad de una cátedra científica en Ciencias Cognitivas en la Ecole Polytechnique. Varela se instala en Francia donde pasa a ocupar un cargo de Director de Investigaciones de Primera Clase en el CNRS.

En su destacada Carrera Varela recibió, entre otros, los siguientes Premios: Medalla Presidencia de Italia, por sus contribuciones a la Ciencia y a la Cultura (1999), Premio Interamericano de Ciencia Manuel Noriega (1986), Premio en Neurociencias de la Fundación Alfred P. Sloan (1976-1978) y La Medaille d´Or, Senat de la Republique Francaise (1999).

Diversidad e Impacto

La carrera científica de Francisco Varela se caracterizó por la diversidad y el impacto. Fue un creador multifacético, que desarrolló al menos cuatro grandes vertientes, dejando una marca duradera en dominios importantes de la vida científica e intelectual moderna, y que él entretejió sin contradicciones como partes imprescindibles de la comprensión unificada de la naturaleza y la sociedad.

En el área de la Biología, tuvo múltiples contribuciones a la comprensión de los mecanismos de las bases celulares de la percepción, de las redes inmunitarias, y de la neurofisiología sensorial, especialmente de la visión. Un ejemplo, de esta faceta de Varela es el influyente artículo “Ways of Coloring” en la revista más relevancia en neurociencias cognitivas, la Behavioral and Brain Sciencies, dedicado a presentar sus aportes al estudio de la visión de colores.

Por otra parte, Varela llevó también sus ideas a la inmunología introduciendo un nuevo paradigma basado en la operación de redes inmunológicas autónomas. En apenas unos años estas ideas llevaron a numerosos resultados experimentales.

Su trabajo experimental también se extendió al área conexa de las neurociencias cognitivas, incluyendo los nuevos métodos de imágenes cerebrales aplicados al hombre. Entre las más recientes contribuciones en esta área, Varela y su equipo mostraron que el estudio de las sincronías de fase entre diversas regiones del cerebro es un mecanismo fundamental de la integración cerebral, y que puede ser puestas en evidencia haciendo visible la “sombra” de un momento consciente. Este trabajo fue publicado en “Nature”, dio lugar a comentarios incluso en la prensa científica internacional, incluyendo una página entera en el Washington Post y Le Monde.

También se le conoció como Biólogo Teórico. Son conocidas sus tempranas contribuciones en estas áreas tales como la noción de clausura operacional y un artículo sobre la lógica de la autorreferencia, así como organizar y publicar (con P. Bourgine) el primer congreso europeo sobre la Vida artificial, “Towards a Practice of Autonomous Systems”.

Entre sus resultados más recientes, la contribución del equipo de Varela en el ámbito de la neurología, y en particular la Epilepsia, alcanzó gran relevancia, ya que gracias a un análisis (neurodinámico) no- lineal de las señales eléctricas de pacientes epilépticos, lograron anticipar por varios minutos la aparición de una crisis, lo que constituye una verdadera revolución en el campo de la epileptología. Estos resultados, publicados en la Prestigiosa “Nature Medicine”, han tenido un gran impacto internacional y llevados a patentes y aplicaciones industriales.

Varela ha introducido a partir de sus trabajos científicos aportes radicales a la teoría del conocimiento y las ciencias cognitivas.

Más aún, las contribuciones de Varela son ampliamente sintéticas de varias corrientes de pensamiento, incluyendo un fino diálogo con tradiciones fisiológicas tales como la fenomenología occidental y oriental. En esa línea se situó su obra más reciente “Naturalizing Phenomenology: Issues in contemporary phenomenology and cognitive science (1999).

Su aporte en Chile
La labor intelectual y científica de Francisco Varela en Chile, como su labor en Estados Unidos, Alemania y Francia, lo posicionaron no sólo como un representante inédito de excelencia en el ámbito de la ciencia de nuestro país, sino también como la cabeza de una verdadera escuela chilena de neurobiología que traspasa las fronteras del país en una red internacional.

Varela realizó su trabajo en Chile durante al menos un tercio de los 30 años de vida activa de investigador. Pese a sus ya largas estadías en el extranjero (EEUU y Francia) no cesó de vincularse de manera activa con el país. Realizaba estadías en Chile de manera regular y mantuvo vínculos oficiales, como encargado Chileno en Francia de la Cooperación Científica Franco-Chilena en neurociencias (1986-1991) y hasta ahora, como profesor externo del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la Universidad de Chile.

Pero quizás, la manera más patente del vínculo de Varela con la vida científica chilena es una verdadera “escuela” de jóvenes investigadores que se han formado con él y bajo su influencia, ya sea en Chile o en el extranjero. La estadía de Varela en los años ’80 marca a numerosos estudiantes que posteriormente han desarrollado carrera de alto nivel. De ese grupo de estudiantes de la Facultad de Ciencias, de la Universidad de Chile, que se acercan a su laboratorio se gesta la escuela de Neurociencia Chilena, hoy vigente tanto en Chile como en el extranjero.

Esta influencia no se detuvo con la instalación de Varela en Francia: se prolongó hasta el presente, a través de la formación de jóvenes chilenos en su laboratorio en París que retornan a Chile a dar su contribución.