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Proyecto Radioastronómico de 555 millones de Dolares en la Segunda Región

Publicado 13-10-2005

[13/10/2005]

Segunda Región se Constituye en Capital de la Astronomía
En el Llano de Chajnantor se instalará ALMA, el proyecto de radioastronomía más importantes a nivel mundial de este siglo y su instalación después del proyecto VLT en Cerro Paranal, ubicarán definitivamente a la Segunda Región como la zona más importante para la observación astronómica.
El Presidente de la República, Ricardo Lagos, acompañado del Ministro de Bienes Nacional Jaime Ravinet y el Presidente de CONICYT, Eric Goles, viajarán a San Pedro de Atacama, este viernes 25 de Julio, para participar en la Firma del decreto que autoriza la concesión del terreno necesario para implementar el Proyecto radioastronómico “Alma” (Atacama Large Millimeter Array).
El decreto, que será firmado en dicha ceremonia por el Ministro de Bienes Nacionales, Jaime Ravinet, comprende la entrega de una concesión onerosa por 50 años de una superficie de 17.700 hectáreas fiscales en el llano de Chajnantor, cerca de San Pedro de Atacama, y constituye el paso final en la etapa de negociaciones entre las partes (Chile, Europa y Estados Unidos) y el punto de partida para la construcción de las instalaciones.
ALMA, en cuya ejecución se invertirán 555 millones de dólares -a concretarse en los próximos ocho años- es uno de los proyectos más importantes a nivel mundial en radioastronomía de este siglo y su instalación después del proyecto VLT (Very Large Telescope), el mayor telescopio óptico del mundo, habilitado por la ESO en Cerro Paranal, ubicarán definitivamente a la Segunda Región como la zona más importante para la observación astronómica.
Esto tiene especial relevancia para el desarrollo de la ciencia tanto internacional como para el desarrollo de la Astronomía en Chile, ya que la comunidad científica nacional se verá beneficiada directamente con el proyecto, pues tendrá acceso al 10% del tiempo de observación del radiotelescopio, que de otra manera resultaría inalcanzable para el país.
Además este proyecto constituirá un gran aporte para la comunidad del norte de Chile, por cuanto sus instalaciones generarán un importante nivel de actividad en la zona y atraerán recursos económicos para el país.
ALMA aportará 700 mil dólares anuales para financiar proyectos de desarrollo local, regional y científico a nivel nacional. Por una parte, se pagará una renta concesional anual de 150 mil dólares aproximadamente, cuyo 65% se destinará al Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR). De los 550 mil dólares restantes, dos tercios se destinarán a un fondo de desarrollo para la astronomía nacional que será administrado por Conicyt; y el otro tercio se repartirá a nivel local, para el desarrollo de proyectos de salud y educación en la comuna de San Pedro de Atacama y de desarrollo productivo para la comunidad indígena de Toconao.

En este acto se manifiesta la voluntad del Gobierno de Chile, de compatibilizar los usos diversos del territorio nacional, sustentados en proyectos de alto impacto, tanto en los ámbitos productivos, sociales, culturales y científicos. En esta última materia, el compromiso del Gobierno se sustenta en la promoción y el desarrollo de la astronomía y disciplinas afines, garantizando a nuestras instituciones y astrónomos la equidad e igualdad de oportunidades en cuanto al acceso a los beneficios e infraestructura que se obtengan en la materia.

EL PROYECTO ASTRONÓMICO

El Proyecto ALMA estará conformado por un conjunto de 64 antenas receptoras de 12 m de diámetro cada una, trabajando en longitudes de onda desde 10 mm (31.3 GHz) hasta 0.35 mm (950GHz) y ubicadas en el llano de Chajnantor a 60 kilómetros de San Pedro de Atacama y a 5 mil metros de altura. Estas antenas se pueden desplazar como el zoom de una cámara fotográfica, tomando configuraciones extendidas (con una distancia máxima de 14 km entre las antenas), o reducidas (con una distancia máxima de 300 m entre antenas) con el fin de observar un área más pequeña o más grande del cielo respectivamente, produciendo imágenes mediante interferometría entre sus antenas (simulando una antena gigante cuyo tamaño es igual a la distancia máxima entre las antenas individuales).

El proyecto se sustenta en la gran calidad de la atmósfera de Chajnantor, que permite la operación eficiente en tales frecuencias. En este sentido el Instrumento realmente está compuesto por los telescopios más el terreno. El terreno es único en el mundo por la calidad de sus cielos: su altitud asegura que la capa de vapor de agua es delgada. La sequedad ambiental hace que las moléculas de agua que quedan sean pocas. La baja temperatura hace que esas pocas moléculas de agua que quedan estén congeladas, con lo que no emiten radiación en las bandas de frecuencia que utiliza el telescopio.

El proyecto se generó como la síntesis de tres proyectos originales, uno de USA (National Radio Astronomy Observatory), otro de ESO (Europa), y otro de Japón, que se integrará en el futuro mediato, probablemente el año 2004.

El proyecto original de USA (MMA-Millimeter Array) se generó hace alrededor de 20 años y su instalación estaba contemplada para ser hecha, antes que en Chile, en USA continental o Hawaii. Los otros dos proyectos se generaron alrededor de los años 90.

La convergencia entre todos los proyectos comienza en 1997. En 1998 el Gobierno de Chile protege los terrenos para astronomía y los entrega a CONICYT para su administración. CONICYT ha protegido estos terrenos y autorizado proyectos astronómicos experimentales y observaciones por parte de prototipos de las antenas de ALMA.

Los primeros trabajos, corresponderán principalmente a la habilitación del campamento base (ubicado entre San Pedro de Atacama y Toconao), los accesos hacia Chajnantor y las fundaciones para las gigantescas antenas. Todo ello, en un gran esfuerzo de infraestructura. Las primeras observaciones se realizarán en el 2006, con la llegada de las primeras antenas, mientras que el complejo estará plenamente operativo en 2011.

Entre los objetivos científicos más importantes del Proyecto ALMA se destacan la detección y estudio de las galaxias más tempranas y distantes, época de la “primera luz” en el universo. También se podrá observar en lo más profundo de las zonas oscurecidas por el polvo interestelar, donde las estrellas están naciendo, para examinar los detalles de la formación de estrellas y planetas.