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Representaciones de género de profesores/as de matemática y su incidencia en los resultados académicos de alumnos y alumnas

Publicado 15-12-2008

Género en las Escuelas

[15/12/2008]

El artículo hace referencia al estudio realizado por Raquel Flores Bernal, -doctora en Ciencias de la Educación en la Universidad Católica de Chile, y profesional del Programa de Cooperación Internacional de CONICYT-; y resalta la importancia de las representaciones de género de profesores y profesoras de matemática en las escuelas, pues de una forma no consciente se considera a hombres y mujeres dotados de capacidades diferentes para llevar a cabo actividades como la ciencia o la literatura, perjudicando el desarrollo de las mujeres en determinadas disciplinas.

En este caso se analiza la disciplina de la matemática, pero puede aplicarse con generalidad a otras ramas de la ciencia históricamente consideradas masculinas, como la física o la ingeniería. Estas representaciones de género pueden contribuir al establecimiento de patrones y conductas en las alumnas y alumnos, condicionando así su aprendizaje.

Las representaciones de género responden a creencias, opiniones o valores acerca de las capacidades de hombres y mujeres en el ejercicio de diferentes actividades, en este caso tratamos con la matemática, en modo tal que las interacciones entre el docente y los alumnos quedan mediatizadas consciente o inconscientemente, dificultando así el desarrollo de las mujeres en dicha disciplina.

Se han realizado diversos estudios durante la última década para determinar si los estereotipos sexuales afectan los resultados académicos de las niñas, y la respuesta es afirmativa. Estas muestran una baja autoestima en su aptitud para aprender matemática, debido en parte a las representaciones de género de profesores y profesoras. No somos indiferentes al discurso de género, que influye en la percepción de nosotros mismos y en la percepción del otro género. Por lo que las actitudes de profesores y profesoras condicionarán el desarrollo personal de sus alumnas y alumnos.

La interacción pedagógica comprende los tipos de relaciones y acercamientos que establecen el profesor o la profesora con niños y niñas en sus actividades cotidianas en el aula, de forma que a través de ellas pueden observarse las tendencias del profesorado en sus acciones rutinarias. Sherman (1998) señala que en la mayor parte del mundo la excelencia intelectual está entrelazada con una serie de expectativas de comportamiento que son contrarias al rol femenino.

Las observaciones muestran cómo los profesores/as de disciplinas científicas interactúan más con sus alumnos varones, reforzándolos en mayor medida y haciéndose más patente la diferencia a medida que aumenta el nivel educacional. Este comportamiento responde a las diferentes expectativas del docente en las capacidades de niños y niñas, valorando como más importante la formación científica en los niños que en las niñas y explicando su éxito por la inteligencia en el caso de los niños y por el esfuerzo en el caso de las niñas (Loudet-Verdier y Mosconi, 1996; Sadker y Sadker, 1994). En general el profesorado se dirige más a los hombres que a las mujeres, generando una percepción diferente de niñas y niños y sobrevalorando así lo masculino en detrimento de lo femenino; no tiene las mismas expectativas respecto a su conducta y rendimiento y no evalúa con el mismo criterio su desempeño. En las clases mixtas el profesorado de ambos sexos dedica más tiempo, atención y consideración a los varones que a las mujeres, incidiendo en la motivación y los resultados de las mujeres en el área científica y generando una identidad femenina desvalorizada, que disminuye la confianza de las mujeres en sus propias capacidades.

Entre los profesores y profesoras observados en el estudio existe una tendencia a utilizar un lenguaje masculinizado; los profesores muestran la tendencia a dirigirse a los niños y no a las niñas durante la clase, hecho observado también en una de las profesoras, dirigiendo menos enunciados o preguntas a las niñas que a los niños. Esto puede incidir en la participación femenina en el desarrollo de las clases al igual que en su autoestima convirtiéndolas en meras espectadoras, pues la atención que un docente da a un alumno contribuye a su rendimiento escolar. Se advierte una diferencia entre la actitud de profesores y profesoras, mientras que estas últimas se encuentran más atentas a las preguntas y respuestas de niños y niñas, los profesores observados establecen contacto con preguntas que principalmente van dirigidas al sector masculino del grupo. No se presentan generalmente ejemplos en clase de mujeres protagonistas de avances científicos o tecnológicos, si no que abundan las afirmaciones sobre mujeres basadas en prejuicios.

He incluido este artículo porque si hay algo que llama mi atención en particular son las posibles causas de la discriminación actual de la mujer en el mundo de la ciencia. Cabe destacar por supuesto la ausencia y el olvido deliberado durante muchos años de aquellas científicas que con sus grandes contribuciones hicieron avanzar la ciencia, dando la imagen de que esta ha avanzado a lo largo de la historia gracias a las contribuciones de colegas masculinos; la posibilidad de estudiar en condiciones de igualdad con los hombres en la universidad llegó a España en el año 1910 o el hecho de que la conciliación familiar no sea todavía un asunto tomado seriamente en cuenta por los gobiernos, pero lo que no podemos descartar es la influencia del rol social asignado tradicionalmente a las mujeres, las mujeres como menores perpetuas, dedicadas a otro tipo de labores más adecuadas a sus capacidades.

La discriminación existe pero ¿por qué? La respuesta hay que buscarla en lo más profundo del entramado social, en el que se observa lo siguiente: las mujeres tienen una menor capacidad para determinado tipo de disciplinas. Como analizó en su artículo Raquel Flores Bernal, se tiende a explicar el éxito por la inteligencia en el caso de los niños y por el esfuerzo en el caso de las niñas. Esto nos muestra cómo aún a día de hoy subsisten las antiguas y obsoletas creencias machistas que han condicionado a cientos de generaciones de hombres y mujeres y han perjudicado el desarrollo de mujeres en todos los campos del conocimiento, especialmente en el campo científico. Hay que incidir en las escuelas, desde los primeros años de la vida de niños y niñas, permitiendo su desarrollo igualitario en todas las disciplinas, eliminando las representaciones de género. Estudios en psicología y sociología, así como más recientemente en economía, muestran que el comportamiento de niños y jóvenes está influenciado por el comportamiento y status de aquellos con quienes socializa, (Ginther, Haveman y Wolfe, 2000). Por consiguiente, el comportamiento y características por lo que además de en el ámbito familiar hay que tomar medidas para la formación de los docentes, estudios sobre género, información, destrucción de estereotipos. Los científicos y científicas del futuro están hoy en la escuela aprendiendo a sumar, resolviendo una ecuación; de su educación igualitaria depende la ciencia del mañana, la posibilidad de conseguir por fin la igualdad de hombres y mujeres, permitiendo por fin que el techo de cristal desaparezca dejando a la mujer decidir libremente hasta dónde quiere llegar.

Fuente: http://www.mujeryciencia.es (Rosa Gantes)