Columnas de opinión

Ciencia y Tecnología: usando el atajo

Publicado 04-04-2011

“… los científicos tienen una responsabilidad social importante: explicar en términos comprensibles como los resultados de la investigación permiten entender el país y el mundo en que vivimos, y ayudan a superar los problemas que tenemos como sociedad”.

 

Existe consenso que los países que han invertido en ciencia y tecnología (C&T) y en formación de capital humano avanzado son los que poseen ingresos más altos, exhiben una mejor calidad de vida y brindan mayores oportunidades de desarrollo humano a su población. ¿Cómo dar el gran salto en materia de C&T para que lleguemos a tiempo al tren de la economía del conocimiento y a la vez movilicemos este saber hacia la innovación? Una alternativa muy nuestra para llegar pronto es tomar un “atajo”, lo que significa usar la diagonal y hacer túneles, y no sólo apretar el acelerador.

 

Para usar el atajo, primero, hay que llegar a él. Es urgente consolidar una amplia plataforma en C&T que promueva la creación de conocimiento en todas las áreas del saber y que de sustento a la innovación. Para esto, es fundamental incrementar significativamente el número de nuevas ideas que se financian anualmente en los concursos de investigación y disponer de equipamiento moderno que otorgue una mayor competitividad a la ciencia experimental y la ingeniería. En recurso humano avanzado se necesitan más doctores (PhD´s) en C&T, parte de los cuales debieran formarse afuera para que aporten conocimiento en áreas estratégicas y las vivencias de haber estudiado en universidades extranjeras de clase mundial. A nivel nacional, hay que potenciar las becas de doctorado, incluyendo las pasantías y los post-doctorados en el extranjero.

 

El atajo para establecer masas críticas en un número significativo de disciplinas, jugar en las grandes ligas y acceder al equipamiento de alto valor es salir al mundo. Una renovada forma de la cooperación internacional, que incluya fondos de contraparte para acceder a importantes recursos foráneos, debiera facilitar que iniciativas de investigación asociativa (aquellas que involucran a grupos de investigadores en torno de un tema específico), como los Fondap, Basales y Milenios, se incorporen a los consorcios mundiales de la investigación de excelencia y a redes foráneas de emprendedores. Las acciones de globalización de la ciencia debieran focalizarse en las potencias reconocidas, pero también en países emergentes como China e India, e incluir proyectos binacionales solo en áreas específicas de interés nacional.

 

Hay grandes oportunidades para atraer a la ciencia internacional creando polos mundiales a partir de los “laboratorios naturales” de los que disponemos. Este ha sido el caso notable de la astronomía, pues gracias a nuestros excepcionales cielos norteños hacia el año 2018, el país albergará el 70% de la capacidad de observación astronómica mundial. Estamos en condiciones de “astronomizar” áreas como la investigación antártica, la biología marina, el cambio climático, la ingeniería antisísmica y la energía solar, entre otras, y además, de desarrollar una industria tecnológica de punta en torno a estas actividades.

 

A las universidades les cabe un rol muy importante en la formación de jóvenes innovadores y emprendedores, pues allí se realiza la mayor parte de la investigación en C&T. Un atajo sería modificar los formatos de enseñanza de la ingeniería desarrollando un interés temprano por la innovación tecnológica y el emprendimiento individual. Como el entorno productivo no es el de las naciones desarrolladas, se debiera promover al interior de estas casas de estudio el emprendimiento basado en la tecnología y la formación de spin-offs productivos. ¿Y porqué no pensar en doctorados en C&T con clara orientación a la aplicación del conocimiento generado? No es posible avanzar en esto sin exigir un dominio avanzado del idioma inglés en la formación universitaria, pues el atajo se llama shortcut. Pasantías cortas en laboratorios y centros extranjeros de excelencia en innovación favorecerían que alumnos de pregrado se “contagien” con el emprendimiento.

 

Por último, el atajo debería hacer que la C&T llegue a todas las personas y en este sentido los científicos tienen una responsabilidad social importante: explicar en términos comprensibles como los resultados de la investigación permiten entender el país y el mundo en que vivimos, y ayudan a superar los problemas que tenemos como sociedad. Además, una imagen de nación comprometida con la C&T le da valor a la marca “Chile” en el exterior.

 

En conclusión, para un rápido desarrollo de la C&T nacional no solo se necesitan más recursos sino que buscar atajos que nos conduzcan de manera innovadora hacia las metas que deseamos alcanzar.

 

José Miguel Aguilera

Presidente de CONICYT

Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica