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Universidad de La Frontera inaugura tercer lecho biológico en La Araucanía

Publicado 14-05-2013

El tercer lecho biológico más grande de Sudamérica fue inaugurado en dependencias del Campo Experimental Maquehue de la Universidad de La Frontera. La innovadora tecnología evita la contaminación puntual en suelos y aguas por derrames de plaguicidas.

Tal como estaba previsto, el grupo de investigadores liderados por la académica del Departamento de Ingeniería Química de la UFRO, Dra. María Cristina Diez, inauguró este tercer lecho biológico -biobed- en la región, concretando de esta manera el compromiso adquirido en el marco de la ejecución del proyecto Fondef sobre manejo adecuado de residuos de plaguicidas en la producción frutícola de la Región de La Araucanía a través de la implementación y difusión de esta tecnología.

Cabe recordar que el primer lecho fue inaugurado en marzo de 2012 y está ubicado en los predios de INIA Carillanca, mientras que el segundo fue puesto en funcionamiento en junio de 2012 y está asentado en los terrenos de la Agrícola San Clemente, empresa exportadora de frutas.

BIOBED EN CASA

Para el Decano de la Facultad de Ciencias Agropecuarias y Forestales de esta casa de estudios, Rodolfo Pihán, este tipo de iniciativas reflejan una visión distinta de cómo se desarrollan los procesos productivos en la agricultura.

“Es una mirada actual que se hace cargo de los desafíos que impone el cuidado del medio ambiente y como Universidad nos hacemos cargo de eso y también en la formación de los futuros profesionales vinculados al área, porque son las llamadas a preservar las buenas prácticas productivas”, comentó el Decano.

Y precisamente por esta razón, es que el lecho está ubicado en esta particular dependencia de la UFRO, porque es fundamental para la formación de los estudiantes de todas las carreras de la mencionada Facultad y también de otras carreras asociadas.

Asimismo, el Campo Experimental Maquehue utiliza plaguicidas para la preservación de ciertas especies que allí se cultivan -manzanas, cerezas, arándanos, calafate, frambuesas- y la instalación de esta tecnología permitirá que se maneje adecuadamente el uso de estos productos, evitando contaminación en suelos y aguas subterráneas.

Este biobed tiene una dimensión de 3×6 metros y al igual que los anteriores, soporta aproximadamente unas cinco toneladas de peso de un equipo pulverizador direccionado por un tractor, con capacidad de mil litros. La infraestructura cuenta con una cubierta de protección con el objetivo de evitar el exceso de aguas producto de las lluvias y con un sistema de aspersión para depositar los líquidos percolados nuevamente en el lecho de manera homogénea.

COLABORACIÓN PARA UN CHILE MEJOR

Según el seremi de Agricultura de La Araucanía, Jorge Rathgeb, es una iniciativa importantísima que permite ir avanzando en lo que significa la inocuidad alimentaria. “Tener alimentos sanos, que no produzcan un daño a la población, nos permite avanzar como país y reconocemos la labor que está haciendo la U. de La Frontera en ese aspecto y lo agradecemos porque aquí hay un esfuerzo conjunto para tener un Chile mejor”.

En este contexto, la Dra. Diez explicó que dado el impacto de esta tecnología han surgido algunas iniciativas destacables que se han plasmado en proyectos que apuntan directamente a la educación e información de los más jóvenes, como es el caso del proyecto EXPLORA CONICYT “La Ruta de los Plaguicidas” y uno de Valoración de la Investigación Universitaria, VIU, de Fondef.

“Tenemos en agenda la construcción de lechos más pequeños, donde vamos a estudiar una nueva etapa, donde el rol principal lo jugará la cubierta vegetal del lecho, ya que la idea es que no haya derrames de ningún tipo al utilizar el biobed”, señaló la investigadora. Asimismo, se pondrá en marcha un diplomado destinado a todos los profesionales agrícolas interesados en la tecnología, para así difundir y masificar adecuadamente su uso.

FUERTE ALIANZA

El proyecto se ha caracterizado por tener alianzas importantes con entidades gubernamentales y empresas privadas de la zona, lo que hace que los vínculos con el medio se concreten y contribuyan con el desafío de traspasar el conocimiento que se genera en la Universidad a la comunidad regional. A la fecha, la Seremi de Agricultura, el Instituto de Desarrollo Agropecuario (Indap), el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), el Consejo de Producción Limpia (CPL) y las empresas Bayer, San Clemente, Cerezas Inalaf, Cherry Andes Sur y San José Farms, han tenido una activa participación en la ejecución de este proyecto.