Antecedentes

En 2001 el Gobierno de Chile inició  el Programa de Innovación y Desarrollo Tecnológico, requiriendo que para el uso de sus recursos monetarios las agencias ejecutoras debían  focalizarse en algunas de las cuatro áreas siguientes: Biotecnología, TIC, Tecnologías más limpias y Gestión de Calidad.   En el  año 2002 la Presidencia de la República, encomendó a CONICYT buscar soluciones al  grave problema que afectó ese año las aguas al sur de Puerto Montt causado por los florecimientos algales, especialmente la marea roja. Estos florecimientos han aumentado en frecuencia, duración, toxicidad y cobertura en nuestro país y siguen provocando grandes pérdidas económicas y situaciones sociales conflictivas.

Para responder ambos requerimientos Fondef de CONICYT creó en 2002, en conjunto con el FDI de la CORFO, actual Innova Chile de CORFO, el Programa de Ciencia y Tecnología aplicada a Marea Roja, o Programa Marea Roja.

Problema

El fenómeno conocido como Marea Roja tiene su origen en un evento natural y común de los ecosistemas acuáticos: las floraciones de algas microscópicas. Estas se caracterizan por un aumento explosivo en la cantidad de algas muy pequeñas. Estos organismos pueden provocar un cambio del color del agua, debido a que poseen pigmentos fotosintéticos de variada composición química, que le otorgan a las microalgas diferentes colores. Así, en algunos casos, el mar se puede tornar amarillo, pardo o rojizo. La mayoría de las floraciones son inocuas y no produce problemas a otros seres vivos. Pero las hay también de efectos adversos sobre otros seres vivos, incluido el hombre y sus actividades. A estas se les llama nocivas.

El cambio de color del agua depende del aumento en cantidad de una determinada microalga y de la coloración de sus pigmentos. Estas dan lugar a diversas tonalidades en la superficie del mar, diferentes a las acostumbradas, viéndose como “manchones” cerca de la costa. En ocasiones el mar toma una coloración rojiza, de allí que la gente denomine a este fenómeno marea roja.

Al ser estos organismos, las microalgas, fotosintéticos, las floraciones ocurren principalmente en el período primavera-verano (XII región), por el aumento de la radiación solar y disponibilidad de nutrientes. Sin embargo, en algunos lugares (X y XI regiones) también suceden crecimientos explosivos en otoño.

A pesar de que la mayoría de las floraciones de algas no representan peligro para la vida marina o terrestre, algunas lamentablemente son capaces de producir mortandades de organismos acuáticos; o incluso pueden ser mortales para el hombre. A éstas se les llama floraciones de algas nocivas (FAN).

De las 4.000 especies de microalgas, sólo 70 u 80 son consideradas nocivas. En Chile tenemos de las dos. Inocuas a lo largo de todo el litoral; y nocivas en las regiones de Los Lagos (X región), de Aysén (XI región) y en la región de Magallanes y Antártica Chilena (XII región). La mayor parte del fitoplancton tóxico pertenece al grupo de los dinoflagelados.

La floración nociva que más afecta a nuestro país es la relacionada con la especie llamada Alexandrium Catenella. Este dinoflagelado produce el Veneno Paralizante de los Mariscos (VPM), una toxina sumamente potente. Sin embargo, existen otras toxinas presentes en nuestro país, aunque en menor medida, como el Veneno Diarreico de los Mariscos (VDM), presente en las regiones de Los Lagos y de Aysén (X y XI regiones), y el Veneno Amnésico de los Mariscos (VAM) que se da en zona norte del país.

Los FAN constituyen una gran amenaza para la actividad acuícola ya que pueden causar pérdidas de vidas humanas, cierre de mercados de exportación, pérdidas en la producción y deterioro del ecosistema entre otros.

Estos florecimientos de algas nocivas (FAN) han experimentado en la última década un sostenido aumento de su frecuencia, intensidad y área de impacto, abarcando actualmente la zona costera comprendida entre Castro, en el mar interior de Chiloé, hasta el sur del Canal Beagle.

En la XI región, la persistencia da VPM durante los últimos años, ha mantenido cerrada las pesquerías artesanales y la acuicultura de mariscos, lo que además ha conllevado al desaparecimiento de ambas actividades y a una fuerte emigración de la zona.

Por otra parte, durante el verano-otoño de 2002 se observó por primera vez un evento FAN en la zona de Chiloé, lo que significó un fuerte impacto económico y social que afectó directamente a alrededor de un cuarto de la población total de la isla.

Abordar esta problemática de gran complejidad es fundamental para nuestro país, donde la acuicultura se ha transformado en una palanca de desarrollo para las regiones australes. Estudiar las causas que lo generan es una condición necesaria para entender, modelar, predecir su ocurrencia y expansión, permitiendo a la comunidades involucradas tomar medidas paliativas como cosecha temprana, detoxificación, depuración, cierre de áreas, etc.