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Muestreador de agua bentónica: el nuevo invento para el control ambiental de centros de cultivos

Publicado 22-11-2013

El instrumento, desarrollado por el Programa Copas Sur-Austral de la Universidad de Concepción, garantiza eficiencia y eficacia y además permite estandarizar mediciones a centímetros del sedimento marino.

El doctor Rodrigo González explica que objetivo de la toma de muestras, está en estudiar la comunidad microbiana, que tiene aplicación en biotecnología, pero con un gran potencial en la actividad acuícola.

Como un gran paso en pos del estudio de la comunidad microbiana presente en el sedimento marino, calificó el doctor Rodrigo González, la invención del llamado muestreador de agua en ambientes bentónicos (MAB), es decir, agua próxima al lecho marino.

“Desde la muestra de agua es posible obtener información muy precisa y exacta de parámetros ambientales, lo que hasta ahora representaba serias dificultades operativas y de alto costo”, explica González, quien es profesor de la Universidad de Concepción e investigador titular del Programa Copas Sur-Austral. La gran novedad del MAB radica en el sistema disparador, el que opera automáticamente una vez que el instrumento se posa en el fondo marino.

El investigador explicó que hace diez años partió el interés por contar con un instrumento que fuera capaz de muestrear el agua que estaba en la zona de contacto entre el sedimento marino y la columna de agua adyacente. “Esta es una zona de acumulación, donde hay resuspensión de material y partículas, cuyas características nos interesa muestrear con precisión”.

El problema, explicó González, es que ninguno de los instrumentos disponibles es tan eficiente, eficaz y -sobre todo- preciso para tomar la muestra, además, los sistemas que poseen para poder cerrar las botellas de toma de muestras se operan desde el buque, por lo que se hace muy difícil calcular exactamente la profundidad y cuándo se está a un metro del sedimento.

El objetivo de la toma de muestras, explicó, es estudiar la comunidad microbiana, que tiene aplicación en biotecnología. Sin embargo, el enorme potencial del MAB está en la actividad acuícola.

El MAB permite el control ambiental de la actividad acuícola, midiendo distintos parámetros exigidos a las empresas por parte de la autoridad.

“Nos fuimos dando cuenta de que existe una serie de mediciones que se exigen a los centros de cultivo y que se relaciona, por ejemplo, con la cantidad de oxígeno sobre el sedimento para verificar si se está generando fondo anóxico. Fue para este fin que desarrollamos un prototipo liviano, que permite operarlo desde pequeñas embarcaciones para perfilar el fondo desde 25 a 50 cm sobre el sedimento”.

En definitiva, el MAB permite el control ambiental de la actividad acuícola, midiendo distintos parámetros exigidos a las empresas por parte de la autoridad, como son concentraciones de oxígeno, nutrientes, bacterias, entre otros, asegurando así la sustentabilidad de los centros de cultivo.

Consultado González sobre cómo se hacen este tipo de mediciones en la actualidad, el investigador explicó que se utilizan instrumentos muy limitados en cuanto a su desempeño, eficiencia, eficacia especialmente en cuanto a la precisión, de la medición de los parámetros ambientales ya mencionados.

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