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Proyecto Anillo propone el uso de nuevas tecnologías para obtener agua en el Desierto

Publicado 11-03-2016

  • La desmedida explotación del Desierto de Atacama para satisfacer la demanda de agua de la sociedad humana; la falta de cambios culturales y tecnológicos en la manera cómo se obtiene este escaso recurso y las evidencias ecológicas que indican que naturalmente el desierto se está secando, son parte de las temáticas que  aborda el reciente proyecto Anillo de CONICYT.

El desierto no nos puede entregar más agua“Escallonia”, es el título de esta iniciativa que reúne a investigadores de distintas disciplinas e instituciones académicas como la PUC, Universidad de Chile, Universidad de Tarapacá, Universidad Alberto Hurtado, Cihde y Ceaza, que está orientada a avanzar en el conocimiento acerca de la historia humana en el desierto más árido del planeta; partiendo por las primeras formas de intervención humana hasta el presente.

Calogero Santoro, arqueólogo UTA y director del proyecto, afirma que en los últimos 2.500 años de historia, la sociedad humana no ha desarrollado soluciones tecnológicas adecuadas al aumento de la demanda y a las condiciones de extrema aridez del Desierto. “Las mismas prácticas introducidas por los primeros agricultores que se instalaron en el Desierto hace más de 2.500 años atrás, no han cambiado sustancialmente; simplemente no hay innovación; sólo hemos copiado y aumentado la escala de las prácticas prehispánicas”, comenta.

Este y otros temas han sido presentados y discutidos por miembros del proyecto, en distintas reuniones nacionales e internacionales ocurridas recientemente. Una de ellas fue el seminario titulado “Dónde, cómo y con quiénes buscar a los primeros que recorrieron y humanizaron el continente sudamericano”, encuentro reunió a investigadores de Chile, Uruguay y Argentina, en la comuna de Pica, región de Tarapacá, lugar muy próximo a diversos sitios arqueológicos que actualmente son investigados, como son Quebrada Mani o Pampa Ramaditas, entre otros. El tema también fue planteado en la VIII versión del Southern Connection, realizada en Punta Arenas y en el seminario de los proyectos LIA MINES, realizado en el Instituto de Investigaciones Arqueológicas y Museo G. Le Paige (IIAM) de San Pedro de Atacama.

Según explica Santoro, hace tres mil años ocurrió un “repunte” en el sistema hidrográfico de esta zona y surgió una introducción “revolucionaria” del manejo de aguas a través de la agricultura, lo que posibilitó un ingreso masivo de grupos humanos que “civilizaron” el desierto. Testigos de ello son los geoglifos, una construcción cultural que típicamente caracteriza la historia humana en este lugar. “Desde aquella época lideres sociales y técnicos aprendieron que la única posibilidad de irrigar y habitar el desierto era moviendo agua desde distintos lugares, ya fuera a través de la canalización de aguas superficiales o subterráneas. Los científicos integrantes de este proyecto insisten en que esta práctica se hace insostenible, en la medida que se agotan por un lado las fuentes de agua fósiles formadas durante la época postglacial y los niveles de precipitación o de recargada de napas y escorrentías superficiales ha tendido a declinar desde que las sociedades humanas se instalaron en el Desierto de Atacama. Por lo tanto, la sociedad humana actual debe considerar que no puede mantener la manera y formas como se obtiene y usa el agua, afirman.

Nuevas tecnologías

Es aquí donde el grupo de investigadores, propone el inicio de una nueva fase tecnológica cultural en la historia del Desierto, a través de cambiar las fuentes de obtención de agua junto con la introducción de conductas que cambien la manera cómo se usa el recurso en todos los niveles y ámbitos de la sociedad. Una fuente alternativa podría ser la camanchaca, neblina costera típica del norte de Chile y que es un recurso renovable, que contiene millones y millones de gotas de aguas suspendidas en el aire. Su obtención requiere de intensificar la investigación e innovación tecnológica que se realiza en Chile y otros países del mundo.

“La innovación tiene que dirigirse hacia nuevas tecnologías y no continuar en el afán de insistir en la búsqueda de alternativas para seguir bombeando el recurso agotado en varias capas subterráneas”, aseguran.

“Ese es el tipo de discusiones que como proyecto queremos presentar y abrir a la sociedad. Es importante que estas ideas formen parte de las agendas políticas de las autoridades, derribando mitos como por ejemplo de que las condiciones de sequía es una anormalidad en el Desierto, cuando es todo lo contrario. Años “lluviosos” no son periodos normales y la sociedad tiene que aprender a vivir y planificar con bajo estas condiciones” destaca Santoro.

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