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La amenaza del agotamiento de las reservas mundiales de petróleo ha generado un aumento en el precio de este producto que no tiene precedentes históricos. En este contexto, los países importadores de este commodities ven amenazado su desarrollo económico. Para superar esta crisis y generar una mayor seguridad energética, varios países alrededor del mundo están estimulando el uso de biocombustibles como sustituto de los combustibles fósiles. Chile, por su parte, es un país netamente importador de este combustible. Por esta razón se ve directamente afectado por la volatilidad, los altos precios y la escasez del mismo. Chile también se está incorporando a la tendencia de incorporar los biocombustibles a su matriz energética.
Dentro de estos biocombustibles se destaca el biodiesel, el cual se define como los monoalquil ester de ácidos grasos de cadena larga provenientes de aceites vegetales, grasa animal o microorganismos. Estos pueden ser empleados en motores de compresión – ignición y sustituir el diesel derivado del petróleo. La sustitución del diesel por biodiesel tiene grandes ventajas. Desde el punto de vista medioambiental, la combustión del biodiesel tiene un perfil de emisiones más favorable. Por ejemplo, bajas emisiones de CO y de material particulado. Además, genera cerca del 68% menos de CO2, es biodegradable y no tóxico. Desde el punto de vista de la seguridad energética tiene la ventaja de que se obtiene a partir de recursos naturales domésticos y por lo tanto disminuye la dependencia del petróleo importado. Sin embargo, en la actualidad la principal fuente de obtención de biodiesel son los aceites vegetales (soya, raps, etc.). Estos aceites encarecen el producto, ya que constituyen aproximadamente el 70% del costo final del biocombustible. Además, se cuestiona su uso para biodiesel, ya que generan competencia por el uso del suelo entre los alimentos y el biocombustible.
Este proyecto busca resolver estos inconvenientes planteados anteriormente. La solución propuesta se hace cargo tanto del componente medioambiental, como de la seguridad energética y del uso del suelo. Para ello se plantea el desarrollo de un proceso integrado, donde la obtención de aceite para biodiesel se hace a partir de microorganismos oleaginosos (microalga y levadura). Estos microorganismos, utilizarán para su crecimiento los nutrientes y la materia orgánica presente en los Riles industriales estableciendo así un valor agregado a este tipo de efluentes de alto impacto medioambiental. En esta integración, las microalgas emplean el CO2 generado por las levaduras y otras fuentes, disminuyendo las emisiones de este compuesto, mientras que las levaduras emplean el O2 generado en la fotosíntesis de las microalgas.
La obtención de biodiesel mediante la tecnología a desarrollar en este proyecto generará nuevas oportunidades como:
a) Producción de aceite para biodiesel a un precio menor y más estable.
b) El tratamiento de residuales, con alto contenido orgánico, deja de ser un costo para convertirse en una oportunidad de negocio ya que se obtiene un producto con alta demanda como es el aceite para biodiesel.
c) Se obtendrá aceite para biodiesel sin afectar la producción de alimentos.
d) Se disminuye la dependencia de energéticos importados.
e) Disminuye la eutrofización de lagos y ríos ya que los elementos causantes de este tipo de contaminación son empleados para el crecimiento de los microorganismos oleaginosos.
g) Se disminuye la cantidad de CO2 generado y las empresas involucradas pueden aumentar sus ganancias en el mercado de los bonos de carbono.
También puede ser asimilada por empresas que se dediquen al área biotecnológica, principalmente de biorremediación, o empresas de tratamiento de residuales sustituyendo el sistema tradicional por esta nueva tecnología que rentabiliza el tratamiento con la obtención de aceite para el mercado del biodiesel. Esta tecnología podrá ser incorporada en cualquier país y región donde existan aguas residuales con estas características y que justifiquen económicamente la inversión.
La solución propuesta en este proyecto, y evaluada en un horizonte de 10 años, se traduce en un VAN social de $66.004,24 millones de pesos chilenos con un TIR social de 65.22%. Los indicadores económicos del negocio productivo también son favorables con un VAN de $1.634.951,13 millones de pesos chilenos y con un TIR de 128% para todos los agentes intermedios. |