El objetivo de esta iniciativa es contribuir al mejoramiento de la pesquería de Jaiba Marmola, mediante el diseño de un paquete metodológico que genere información relevante para su gestión y conservación, incorporando a todos los actores de la cadena de valor.
La alta vulnerabilidad de las pesquerías sobreexplotadas en la región – merluza austral, congrio dorado y erizo- junto con la falta de información biológica-pesquera de otros recursos de interés, ha dificultado la diversificación productiva de los pescadores artesanales. Desde este contexto, nació la propuesta de la línea de Pesca Artesanal del Centro de Investigación en Ecosistemas de la Patagonia, CIEP, proyecto que pretende validar una metodología para la construcción de indicadores biológicos y pesqueros que permitan mejorar el actual programa de seguimiento que se aplica al recurso Jaiba Marmola (Metacarcinus edwardsii).
La directora del proyecto, Madeleine Hamamé, bióloga marina, magister en Ingeniería ambiental, destacó que “la pesquería artesanal asociada a la extracción de la Jaiba en la XI Región carece del conocimiento científico necesario para asegurar su sostenibilidad”.
Además este recurso biológico se presenta como una buena alternativa, pues tiene volúmenes fluctuantes que varían entre 450 y 1.738 ton en los últimos 15 años. Por lo tanto, desarrollar y validar una aproximación metodológica para el adecuado seguimiento de su extracción resulta fundamental para las pretensiones de diversificación del sector pesquero artesanal de Aysén.
Esta iniciativa contempla además, la preparación de un protocolo para el levantamiento de información que caracterice a los usuarios de la actividad en sus dimensiones social, económica y pesquera, e identificar brechas y potenciales oportunidades de negocio a desarrollar en el mediano y largo plazo.
La Jaiba Marmola es una especie de interés comercial y con potencial para impulsar una actividad sustentable, pero no existe claridad sobre su actual estado de explotación, debido a que sus parámetros biológicos-pesqueros se estiman principalmente desde información obtenida desde los desembarques. Esta aproximación presenta deficiencias que no permiten detectar los cambios en la abundancia y biomasa del recurso. Gustavo Aedo -biólogo marino, candidato a Doctor del programa “Doctorado en Ciencias mención en Manejo de Recursos Acuáticos Renovables de la Universidad de Concepción- destaca que actualmente existen dos problemas relacionados con la explotación de la Jaiba: la falta de indicadores adecuados para el seguimiento de la pesquería, y la ausencia de un modelo conceptual que sirva como base para la evaluación del recurso.
“En el primer caso, influyen la amplia extensión de las zonas de pesca donde ocurre la actividad extractiva, una escasa cobertura de la pesquería desde las zonas de pesca por parte de instituciones como IFOP, y la inexistencia de bitácoras de pesca registradas por los usuarios de la pesquería. En el segundo caso, establecer un modelo conceptual es considerado como una segunda etapa en el proceso de manejo de la incerteza en la evaluación de stock, para determinar la dinámica poblacional y así definir Puntos Biológicos de Referencia”, puntualizó.
Para implementar mejoras en ambos aspectos es necesario el trabajo participativo con los usuarios de la pesquería, potenciando el co-manejo.
El proyecto tiene una duración de 24 meses y es financiado por el programa Bienes Públicos para la Competitividad. Programas Regionales de CORFO. Cabe destacar que la temática se enmarca dentro de los lineamientos del programa de la Estrategia Regional Innovación (ERI) de la región.