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El siete por ciento de las especies de plantas del Desierto de Atacama son no nativas

Publicado 30-08-2017

La información fue entregada durante el Seminario sobre Desierto Florido, que organizó el Centro de Estudio de Zonas Áridas, CEAZA, de la Región de Coquimbo, que cuenta con financiamiento del Programa Regional de CONICYT.

La Dra. Alexandra Stoll manifestó que de las 59 especies no nativas (7%) del Desierto de Atacama, cinco se consideran invasivas.

Según informó la Dra. Alexandra Stoll, investigadora del CEAZA, El 7% de las 800 especies de plantas que hay en el Desierto de Atacama, serían no nativas. La Dr. Stoll, una de las cinco personas del área científica que presentaron en el Seminario Desierto Florido, señaló en la ocasión, que este aspecto es importante de considerar si se piensa en mantener las condiciones actuales de esta zona geográfica, uno de los lugares con mayor biodiversidad vegetal del país.

Stoll añadió que de esas 59 especies (7%), cinco se consideran invasivas. Entre estas últimas se cuentan hierba del rocío (Mesembryanthemum crystallinum), Alfilerillo (Erodium cicutarium), Caña Brava (Arundo donax), Tamarindo Rosa (Tamarix ramosissima) y Chépica (Paspalum vaginatum).

“Las que se consideran invasoras se caracterizan por ser capaces de competir con las otras, son resistentes a la sequía y a la salinidad de los suelos de esta parte del mundo, entre otras características”, expresó.

La especialista manifestó que la mayoría de estas plantas provendrían de Estados Unidos, Canadá, Australia, de zonas tropicales, entre otros lugares del mundo.


Desierto florido en otras partes del planeta

El Dr. Antonio Maldonado, paleoclimatólogo del CEAZA, aseguró a los más de cien asistentes a la jornada, que el desierto florido es un fenómeno natural que también se genera en las zonas áridas de California en Estados Unidos, en Namibia (África) y el oeste de Australia.

“Estas son zonas con clima mediterráneo, similar a esta parte de Chile y, por ejemplo, en Namibia, el desierto florido culturalmente provoca el mismo tipo de reacción en los habitantes que acá, quienes se preparan para visitar los lugares donde ocurre”.

Maldonado agregó que en todos los casos en el mundo se dan condiciones atmosféricas y/o climáticas similares, como aire seco y limpio, presencia de anticiclones, alta evaporación, y precipitaciones escasas, pero suficientes para el desarrollo de estas plantas.

Según el Dr. Francisco Squeo, investigador de la Universidad de La Serena, del Instituto Milenio de Ecología y Biodiversidad, y también científico del CEAZA, la vegetación anual que compone el desierto florido sólo necesita de unos 15 a 20 mm de agua, de una sola vez, para germinar. “Si las aguas no logran infiltrar no ocurre la germinación”, advirtió. Por otro lado, también aseguró que se requieren condiciones específicas para que los arbustos se desarrollen.

“Ellos se establecen en un lugar en cuarenta años como mínimo para crecer. Hablamos de la alcaparra, corona de fraile, palo negro, entre otros. Todas ellas necesitan una lluvia de 150 mm para establecerse”, señaló.

El académico de la Universidad de La Serena aseveró que esa cantidad de agua cae en promedio cada cinco años, con un evento El Niño, y que para mantener la recurrencia de la vegetación arbustiva es condición la ocurrencia de este evento atmosférico en el desierto.


Mayores probabilidades de polinización

Por su parte, la Dra. Andrea Loayza, investigadora y académica de la Universidad de La Serena, destacó que el desierto florido de este año puede ser el más grande de los últimos veinte años. También advirtió que la reproducción de las flores se puede ver afectada por la “limitación por polen”. Esto ocurre cuando la producción del polen que llega al estigma de la flor es menor en cantidad necesaria, o que es incompatible con la producción de semillas.

En otro aspecto de las cualidades de las plantas, el Dr. Pedro León, integrante del Instituto de Investigaciones Agropecuarias y científico asociado al CEAZA, destacó que el desierto florido está compuesto por 1.893 especies de plantas, de las que un 32% son endémicas de esta parte de Sudamérica, y un 58% son endémicas de Chile.

“Desde el punto de vista fisonómico, el desierto florido se extiende entre el norte de La Serena hasta el norte de Copiapó, e incluso a algunos cerros en Antofagasta. Esta zona forma parte de estos centros de alta diversidad mundial. Este hotspot está determinado básicamente por el gran porcentaje de endemismos”, señaló el experto.

El Dr. León explicó también que según datos de la CONAF, la Región de Coquimbo es una zona que está amenazada mayormente por la desertificación, degradación de las tierras y sequía, combinados.

También detalló que algunas de las causas que amenazarían al desierto florido son la erosión de los suelos, el desarrollo inmobiliario, actividad industrial, ganadería, cambio climático, entre otros.

El Seminario recibió el apoyo de INACAP La Serena, Instituto Milenio de Ecología y Biodiversidad (IEB), Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA-Intihuasi), Universidad de La Serena y el Servicio Nacional de Turismo (SERNATUR).

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