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Delegación de CONICYT participa en la inauguración de ALMA

Publicado 15-03-2013

• El observatorio, que se emplaza a 5000 metros sobre el nivel del mar y cuenta con 66 antenas, es un proyecto colaborativo entre Europa, América del Norte y Asia Oriental en cooperación con Chile.

• El complejo astronómico fue también el escenario para consolidar las relaciones entre CONICYT y NSF.

A 5000 metros de altura, en el Llano de Chajnantor, donde se emplaza el radiotelescopio ALMA, Subra Suresh, director de la NSF; el Presidente Sebastián Piñera y el presidente de CONICYT, José Miguel Aguilera.

Con la presencia del Presidente de la República, Sebastián Piñera, se inauguró el radiotelescopio más grande del mundo: ALMA (Atacama Large Millimeter/submillimeter Array). La actividad contó con la participación de destacadas personalidades del mundo científico y la asistencia de una delegación de la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica, CONICYT, encabezada por su presidente, José Miguel Aguilera, y la asesora en Astronomía, Mónica Rubio, quienes pudieron conocer en terreno el observatorio emplazado en el Llano de Chajnantor a 5000 metros sobre el nivel del mar.

Este proyecto es una colaboración entre Europa, América del Norte y Asia Oriental en cooperación con Chile. Su construcción comenzó en el año 2003 y su costo total fue de unos USD 1300 millones.

El complejo se ubica en pleno Desierto de Atacama y cuenta con 66 antenas, 54 de 12 metros y 12 más pequeñas de 7 metros, que trabajan como un único telescopio.

ALMA destaca por su capacidad para observar el universo detectando un rango de luz invisible para el ojo humano, como son las ondas de radio sub-milimetricas, lo que permitirá a los profesionales que trabajen en él revelar detalles nunca antes vistos del nacimiento de las estrellas, galaxias jóvenes en el universo temprano y planetas formándose alrededor de soles distantes. También será posible descubrir y medir la distribución de las moléculas -muchas de ellas, esenciales para la vida- que se forman en las densas nubes de polvo que hay entre las estrellas.

Para José Miguel Aguilera, presidente de CONICYT, la inauguración de ALMA confirma que “el laboratorio natural con que cuenta nuestro país en el norte de Chile tiene características únicas a nivel mundial para la astronomía, siendo una ventaja comparativa que llevará a Chile a concentrar hacia el año 2020 más del 70% de la capacidad instalada de grandes observatorios internacionales y a que los astrónomos chilenos pasen a ser actores relevantes en el desarrollo de esta ciencia”.

Cabe señalar que el 10% del tiempo de telescopio en todos los observatorios instalados en el país, incluyendo ALMA, es asignado a Chile, recurso que es administrado por la CONICYT o la Universidad de Chile según sea el caso, y entregado a los investigadores mediante concursos altamente competitivos.

Por otra parte, CONICYT cuenta desde 2005 con el Fondo ALMA-CONICYT, destinado a apoyar el desarrollo de la astronomía chilena a través de distintas líneas de acción, como la contratación de nuevos astrónomos, postdoctorantes y técnicos, y el apoyo a iniciativas de índole teórica o tecnológica, sin exclusión de otras iniciativas de desarrollo de la astronomía nacional para las cuales sea difícil encontrar fuentes alternativas de financiamiento.

Encuentro con la NSF

En el marco de la visita a ALMA, el presidente de CONICYT tuvo la oportunidad de reunirse con el director de la National Science Foundation (NSF), Subra Suresh, quien destacó la relevancia de Chile como socio estratégico en el campo de la astronomía y el rol llevado adelante por CONICYT para impulsar diversas iniciativas para potenciar el desarrollo de esta ciencia a nivel local.

El encuentro fue también la instancia para que CONICYT y NSF firmaran un nuevo acuerdo que permite sumar otro instrumento de apoyo a los becarios del organismo estadounidense: el GROW. El convenio fue suscrito con la presencia del Presidente Piñera y del embajador de EE.UU. en Chile, Alejandro D. Wolff.

Ambas instituciones comenzaron sus acercamientos en 2012, tras la firma del Acuerdo Básico de Cooperación Científica y Tecnológica entre EE.UU. y Chile, para posteriormente establecer un Memorandum de Entendimiento entre NSF y CONICYT, que es complementado con el convenio GROW.

 

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