Publicado 18-01-2002
Director del FONDEF destaca triunfo de los 300 proyectos finalizados, pero aspira a éxitos rotundos.
Jorge Yutronic debe ser el ingeniero más conocido por los científicos e investigadores del país, no precisamente por su profesión. Es el director ejecutivo del Fondo de Fomento al Desarrollo Científico y Tecnológico (FONDEF) de Conicyt, el arca estatal que desde 1992 reparte recursos para los proyectos del área.
Desde su oficina en la calle Bernarda Morín, en Providencia, ha visto crecer la guagua y está orgulloso de ella. Sus crecientes aportes han permitido el desarrollo de más de 300 proyectos tan trascendentes como vacunas para salmones, servicios para Internet como REUNA, juegos didácticos y máquinas robóticas para minas subterráneas.
Cuenta que una evaluación en marzo del año pasado a 216 iniciativas, reveló que permitieron un total de 868 nuevos resultados.
Esto incluye el desarrollo de 284 productos nuevos, 100 procesos nuevos, 72 procesos mejorados, 104 servicios nuevos, 17 servicios mejorados y otros 139 tipos de efectos.
Frentes de evolución
Detrás del éxito de FONDEF identifica varios frentes. El primero involucra un cambio cultural. Sostiene que aquellas unidades académicas que han utilizado FONDEF como vehículo para relacionarse mejor con la empresa han creado un sistema de trabajo que les genera varios dividendos a través de resultados científico- tecnológicos que sustentan sus líneas de investigación, la formación de gestores de tecnología y una mejor relación con el mundo internacional.
Publican más, han comenzado a patentar, reciben contratos y logran más estatus, tanto las instituciones como los académicos, indica.
Otro elemento que destaca Yutronic es la generación de dinámicas de trabajo en torno a áreas importantes del país, lo que denomina como posterioridades.
En los proyectos desarrollados en los últimos 10 años se produjeron grandes convergencias en el aporte de los resultados. Como ejemplos citas las áreas de Acuicultura y Educación.
En cuanto a la primera de ellas, resalta que se aprendió a tomar un animal o alga y a entender su biología, mecanismos de reproducción, causa de enfermedades en cautiverio y cómo neutralizarlas. También cómo producir las especies de modo tal que se adapten a distintas condiciones climáticas y de mercadeo dentro de un marco de sustentabilidad.
No sólo se consiguió con el salmón, sino que también con especies como el lenguado, la merluza del sur, el hirame, el turbot, etc. En poco más de cuatro años se logró entender completamente especies de las que poco se sabía y se transformaron en objetos económicos exportables que motivan el interés mundial.
En educación, el desafío fue demostrar que había creatividad. En un comienzo se pensaba que iban a llegar propuestas muy poco innovadoras y que no habría mucha capacidad creativa, pero no fue así, precisa.
Llegaron proyectos impulsados por educadores, economistas, ingenieros de ventas, psicólogos y médicos. No se fueron por las ramas, sino que apuntaban al proceso del aprendizaje, complementado con temas transversales como la violencia y la educación en el mundo escolar. Tampoco descuidaron los contenidos, indica Yutronic.
El resultado es que hoy un proyecto de educación tiene más posibilidades de adjudicarse fondos que uno de minería. Y no es raro, porque mientras una innovación en esta industria beneficiará a contados yacimientos y productos, en el campo educativo el impacto llega a millones de presonas.
Y de afuera ya hay interés en este aporte creativo. Yutronic comenta que el foro mundial de educación en Vancouver será vitrina para iniciativas como el sorprendente bus interactivo de Concepción, que recorre los colegios encantando con la ciencia.
Retos para mañana
En tiempos de crisis, los proyectos exitosos también han potenciado la creación de nuevas actividades aconómicas y atraído inversionistas.
Jorge Yutronic no desconoce los fracasos. De los 300, unos diez y rotundos. Yutronic sorprende: cuando se invierte en proyectos y todos son exitosos significa que estamos invirtiendo poco. La posibilidad de que fracasen es baja porque son las ideas más confiables pero también son poco audaces. “Yo necesito aumentar la tasa de lo que se llama nivel de exposición, lo cual significa fracasar más pero tambien tener éxitos rotundos”, reafirma el director ejecutivo.
El complejo proceso de selección, considera un comité directivo y la participación de evaluadores externos, normalmente científicos de alta calificación que evalúan de acuerdo a estrictas pautas preestablecidas.
Hay quienes critican al FONDEF por no trabajar con los problemas de las empresas de hoy, sino que más bien con iniciativas que pueden funcionar a mediano y largo plazo.
Yutronic dice que es y debe ser así. Ningún empresario aceptará la colaboración de una universidad para que le resuelva los problemas de hoy día. Además, no le va a creer. En cambio si está abierto a desarrollar tecnologías que llamamos precompetitivas, es decir las que van a ser competitivas mañana. Las que ya lo son, la empresa las tiene y si no, debe comprarlas a quien las posea. No tiene tiempo para desarrollarlas.
Último concurso
Sesenta y un proyectos de todo el país, el sesenta y cuatro por ciento de regiones, se adjudicaron los más de once mil millones de pesos que otorgó la novena versión del Concurso de Investigación y Desarrollo FONDEF correspondiente al 2001
Los fondos aumentaron en un 13, 5 % en relación con el año pasado y el número de proyectos presentados alcanzó a 167. La mayor cantidad de las iniciativas adjudicadas se concentra en las áreas de Pesca y Acuicultura. La siguieron Educación y Forestal.
Lunes 18 de febrero de 2002.
El Mercurio de Santiago
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