Publicado 01-04-2002
Muestras vivas de langostas de agua dulce y abalón japonés producidos en Chile viajarán proximamente a Japón, en una iniciativa de la Universidad Católica del Norte destinada a potenciar los resultados de las investigaciones realizadas en este rubro, como tambien optimizar la utilización de los recursos presupuestados para estas actividades acuícolas.
Así lo informo el director del Departamento de Acuicultura de la UCN, Jaime Meruane , señalando que de esta forma se cumplen las exigencias establecidas en los Proyectos de Transferencia Tecnológica (PTT), de FONDEF (Fondo de Fomento al Desarrollo Científico y Tecnológico) sobre “Módulo demostrativo de cultivo de la langosta de agua dulce “Marrón (Cherax tenuimanus)” y “Desarrollo integral del cultivo de abalón japonés (Haliotis discus hannai) en estanques del norte de Chile”, ambos en actual ejecución por la Facultad de Ciencias del Mar de la UCN.
La gira completa a Japón se realizará entre el 11 y el 28 del presente mes y en la misma participarán Jaime Meruane y el gerente del Centro de Abalones, Miguel Rivera Pizarro, quienes son a la vez directores de los ya mencionados proyectos de transferencia tecnológica.
La muestra y promoción de los productos acuícolas tendrá lugar en la ciudad de Tokio y contará con la asistencia del embajador de Chile en Japón, Demetrio Infante; el agregado comercial de nuestro país el Dr. Shizuo Akaboshi, doctor Honoris Causa de la UCN y experto de la Agencia de Cooperación Internacional del Japón, JICA: el Dr. Akio Hosomo, especialista en intercambio comercial entre ambos países; Fumiyo Tsuda, de la Oficina de Cooperación Económica de la Cancillería Japonesa y una serie de importantes empresarios nipones, potenciales clientes.
Meruane informó asímismo, que este viaje servirá para tomar contacto con la empresa Cosmo, productora de abalones en Matsuyama, desde donde serán importados nuevos reproductores para el Centro de Abalones de la Universidad. “Matsuyama es una ciudad muy bien ubicada geográficamente, como para permitirnos conocer otros centros productores, especialmente de langostas de mar, jaibas y camarones”, destacó, agregando que además se tiene contemplada la visita a mercados mayoristas de productos del mar de importantes ciudades de Japón, “con el propósito de observar en terreno sus actividades y lograr percibir directamente de los recibidores las preferencias por los distintos tipos de productos que el consumidor japonés requiere”.
Por otra parte, Jaime Meruane relató que aprovechará su permanencia en Japón para reunirse con las autoridades de la Universidad de Kochi, donde él realizó sus estudios de postgrado, “con el objetivo de lograr en un futuro próximo la concresión de un convenio de colaboración académica entre ambas universidades que permita obtener información y contactos en vistas a los programas en magister y doctorado que está planificando la Facultad de Ciencias del Mar”.
El director del Departamento de Acuicultura manifestó, por último, su convicción de que los resultados de esta gira “se convertirán. Sin lugar a dudas, en antecedentes muy valiosos para la ejecución del nuevo proyecto Fondef obtenido por la facultad.” “Investigación y desarrollo biotecnológico para la exportaciónde crustáceos y molúscos en vivo”, próximo a iniciarse en la UCN.
DESAFIOS Y OPORTUNIDADES
“Chile es un país acuicultor más que una nación pesquera”. Así lo afirma tajantemente, en un reciente artículo titulado “La acuicultura comercial chilena; desafíos, oprtunidades y metas hasta el 2020”, el consultor internacional en acuicultura y pesca Carlos Wurmann Godfrit. y añade que “nadie que haya observado de cerca el envejecimiento de la acuicultura comercial en Chile en los últimos 20 años deja de sorprenderse con producciones que ya en 1999, excedan las 300 mil toneladas de peces, moluscos y algas y que bordean los US$ 890 millones en exportaciones”.
El éxito de esta nueva industria y sus tasas anuales de desarrollo prosigue. “han excedido las proyecciones de los más entusiastas” y agrega que “los acuicultivos ya están integrados a la cultura empresarial de Chile y puede afirmarse, sin dudas, que a futuro un país que se cuenta entre las diez mayores naciones pesqueras del mundo más allá de su vocación pesquera tradicional, tendrá en la acuicultura el principal eje del desarrollo pesquero nacional. Esto es así porque, salvo excepciones, la pesca extractiva de especies marinas tradicionales ya alcanzó sus límites sostenibles e, inclusive, los ha sobrepasado. Por su parte, la acuicultura recién comienza a insinuar sus verdaderas posibilidades”.
A estas alturas dice Wurmann, las divisas que provienen de la acuicultura significan casi un 50% del total del valor de las exportaciones pesqueras del país; las cifras de empleo son especialmente atractivas y el impacto sobre la economía de ciertas regiones es revitalizador.
Existen, fundadas espectativas de que en el futuro cercano este proceso de desarrollo continuará, por la vía de intensificar los esfuerzos con salmónidos y otros productos actualmente explotados, tambien como por las diversificación geográfica y de especies en cultivo.
Según el explerto, si se promedian los valores mínimos y máximos estimados para la producción de especies emergentes y si se agregan las proyecciones para salmónidos y ostión, se puede calcular que las expectativas medias del valor de la producción de la acuicultura chilena en el 2010 y el 2030 alcanzará a unos US$ 2.800 y US$ 4.500 millones, asociados a volúmenes de unas 750 mil y 1,2 millones de toneladas respectivamente.
Si se estima preliminarmente que tanto en el 2010 como en el 2020 se capturen unos 4,5 toneladas de pesca silvestre, cuyo valor de mercado podría ser equivalente a unos US$ 1.200 millones, queda de manifiesto que a finales de esta década los cultivos podrán representar del orden de un 15% de los volúmenes totales desembarcados y un 70% del valor producido mientras para el 2020 los cultivos significarian un 21% de las disponibilidades totales en toneladas y un 79% del valor de la producción.
Entonces, concluye Carlos Wurmann “desde ya y cada vez con más énfasis deberá hablarse en propiedad de que Chile es un país acuicultor más que una nación pesquera. Por increíble que parezca, este hecho pasa aún inadvertido para la mayor parte de la población nacional, y es menester darlo a conocer con gran energía, para llamar la atención y conseguir los apoyos que desarrollados de esta naturaleza son merecedores”.
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