Fondef Fondo de Fomento al Desarrollo Científico y Tecnológico

Pollos con sabor a pollo. Esa es la meta para los que han participado en el proyecto que busca criar una nueva raza de estos apetecidos animales, alimentándolos sin harina de pescado y evitando aplicar toxinas que alteren su sabor y calidad.
“Existen dos tipos de productos: los comodities, que son aquellos que se producen masivamente, como verduras, leche, trigo, etcétera; y otros los denominados orgánicos, que son producidos bajo condiciones naturales y sin artificialización en los procesos”, afirma Fernando García, director del proyecto financiado por el Fondo de Fomento al Desarrollo Científico y Tecnológico FONDEF. Los pollos orgánicos entran en esta última categoría, ya que son criados sin o casi sin antibióticos, además que su crecimiento es más lento, entre 60 y 70 días, un mes más que lo usual. “Estos pollos, como el resto de los productos orgánicos, van destinados a todo consumidos que tenga resistencia a comprar algo que dañe el ambiente”, aseguró García, quien agregó que el costo del proyecto asciende a los 190 millones de pesos.
¿Qué diferencia de precios va a tener este pollo orgánico con respecto al que se come habitualmente?

Cuesta más caro, entre un 20 y un 30 % más. Sin embargo, esto va en directo proporción a lo que se obtiene: un pollo que no tiene gusto a pescado.

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17 de abril de 2002
Página 15