Noticias

CIENTIFICOS CHILENOS ROMPEN LOS LIMITES DE VELOCIDAD

Publicado 24-06-2002

Científicos chilenos rompen los límites de velocidad

Once universidades nacionales requieren el vértigo de la superinformación para diversos y complejos proyectos de análisis.

NICOLÁS LUCO

El viernes, el subsecretario de Telecomunicaciones, Christian Nicolai, confesó que él se había colado en la ceremonia de lanzamiento del proyecto de redes de alta velocidad para las universidades.
Desde la testera dijo: No hemos puesto plata, no hemos participado, pero me siento parte porque cuando era investigador en la universidad fuimos los que con Florencio Utreras y otros dimos origen a la red Bitnet, que conectó, antes de Internet, a las universidades a 64 kilobits por segundo (Kbps). Eso, en 1990.
Utreras, director ejecutivo de la Red Universitaria Nacional (Reuna), explicó el nuevo salto en el que se embarca: los científicos hoy necesitan trabajar con volúmenes y volúmenes de datos y deben hacerlo simultáneamente desde varios puntos. Por ejemplo, dijo, los sismólogos, los meteorólogos, la gente de bioinformática. Necesitamos una gran red de comunicación, la más avanzada, una que el mercado no puede ofrecer, señaló y afirmó que la universidad se adelanta al mercado al recordar también los comienzos de Internet al alero académico.
Las once universidades que están tras la nueva red podrán, por ejemplo, conectarse en remoto a microscopios electrónicos complejos o avanzados instrumentos para el análisis de materiales. Y formar parte del flujo de datos masivos que circulan entre los científicos del mundo. Por ejemplo, los datos astronómicos.
El proyecto cuesta alrededor de mil millones de pesos, de los cuales el Fondo de Fomento al Desarrollo Científico y Tecnológico (Fondef) pone 250 millones por un año, y el resto lo aportan la empresa de comunicaciones Global Crossing (500 millones) y las universidades chilenas.
Utreras no queda satisfecho con esto. Aprovechó la ocasión para contar sobre la red global de investigación y desarrollo, inaugurada el 22 de mayo, que une a Europa y a los EE.UU. a velocidad de gigabits por segundo hoy, y que aumentará a terabits mañana. Y la red Internet2 más Canadá y Europa.
Finalmente, anunció que sólo 10 millones de euros separan a América Latina de conectarse a la red europea de alta velocidad, y que la conexión podría hacerse en 2003.
Aprovechar la tecnológica.
Gigabits más o gigabits menos, ya existen trece grupos de investigación que trabajan en Chile a alta velocidad, vinculados a la Internet2 de los Estados Unidos. Esto es, a velocidades de 45Mbps.
Eduardo Vera, de Access Nova, participa en el proyecto enlazando a científicos en Tokio, Washington y Santiago. Lleva varios años en el tema y contó cómo su equipo mantiene reuniones semanales en videoconferencia y cómo han logrado acelerar el avance de los trabajos. No han obviado totalmente los viajes para interactuar, pero pueden espaciarlos.

Vera, Utreras y Nicolai subrayaron la originalidad del proyecto Reuna, que había logrado que una empresa privada fuese la que hiciera la mayor contribución a la iniciativa. Existen miles de oportunidades de este tipo, dijo Vera, sólo hay que tener las conexiones humanas hacia esas redes.
Florencio Utreras desafió a los grandes telescopios del norte a sacarles mayor partido a estas redes de alta velocidad. Y puso el proyecto en perspectiva: nuestro país tiene que invertir no sólo en proyectos de investigación, sino que en sistemas de colaboración entre los investigadores.
El profesor Víctor Marín advirtió contra la ilusión de acumular datos simplemente.
Contó que en su laboratorio hay no menos de 350 cintas de 50 gibabytes cada una con información satelital de las costas de Chile, imágenes satelitales muy fieles, pero nos falta personal para analizarlas. Hay que generar científicos y presupuesto para su trabajo, dijo Marín.
El académico también aprovechó para señalar que ahora, con estas redes, va a ser posible que los candidatos a doctor puedan realizar tesis sobre aspectos chilenos, conectados al país por estas grandes y nuevas redes.

EL MERCURIO
24 DE JUNIO DE 2002

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *