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UBB probó un arma natural contra hongos de la madera

Publicado 21-09-2002

El uso de hongos albinos abre las puertas a nuevas investigaciones en el nuevo Laboratorio de Biodeterioro de la Madera de la U. del Biobío.
Desde que la ley prohibe el uso de pentaclorofenato en el control de hongos de la madera, las empresas no han encontrado un producto que permita una mejor protección y a más bajo costo para su industria.
Mientras tanto, las cosas siguen cambiando en el mundo y las exigencias apuntan, cada vez más, a la calidad ambiental o a los menores efectos posibles sobre el entorno.
Bajo estas condiciones, el doctor e investigador de la Universidad del Biobío, José Navarrete, se embarcó hace tres años en un proyecto financiado por el Fondo de Fomento de la Investigación Científica y Tecnológica (Fondef). La idea fue encontrar un mecanismo para el control biológico de la mancha azul en la madera de Pino Radiata.
Hace apenas una semana el doctor Navarrete dio a conocer los resultados finales de esta iniciativa. Encontró la forma de combatir a los hongos que generan estas manchas y terminan por causar graves daños económicos a las empresas afectadas.
Así como el fuego se combate con fuego, el equipo de Navarrete trabajó durante el primer año y medio del proyecto en seleccionar las mejores cepas de hongos albinos capaces de colonizar trozos y madera aserrada antes que sus “familiares” causantes de la mancha azul.
Comprobaron que este sistema asegura un 100% de bioprotección durante 25 días, basándose en sus mejores cepas de hongo albino. Los investigadores reconocen que aún están lejos de los 60 días de protección de los productos químicos disponibles hoy en el mercado, pero que aún es posible mejorar las concentraciones y la búsqueda de cepas albinas más resistentes.
Con las pruebas finales Navarrete, señaló, que en trozos no hubo muy buenos resultados, pero que están las bases para mejorar la técnica con el respaldo de la Universidad de Minnesota (Estados Unidos) que formó parte de esta iniciativa y tiene experiencia en la materia.
Pero hay otros efectos importantes de este avance científico.
El proyecto Fondef permitió implementar un moderno Laboratorio de Biodeterioro de la Madera, con equipamiento de punta y personal capacitado. Estos mismos especialistas ya conocen bien cuáles son los agentes causantes de la mancha azul y, algo de extremanda relevancia para investigaciones futuras, cuentan con un cepario de 409 cepas recogidas en bosques y aserraderos entre las regiones Quinta y Décima.
Otro signo de los cambios es la tendencia en la industria del sector de trabajar con madera seca. En eso coinciden las empresas Forestal Bío-Bío y Aserraderos Andinos, que participaron junto a Forestal Millalemu en la iniciativa del doctor Navarrete.
Según Mariana Lobel, gerente Técnico y de Planificación de Forestal Bío-Bío, el control biológico de la mancha azul es un tema relevante en el manejo de madera en verde. En esa área estima que la investigación es una forma de prepararse frente a ciertas exigencias ambientales en materia de exportación.
Ricardo Burgos, subgerente de Estudio y Calidad de Aserraderos Andinos, destacó que ellos trabajan en la exportación de molduras y puertas (madera seca). Sin embargo, reconoció que la movilización de grandes volúmenes de materia prima (anualmente mueven unos 450 mil metros cúbicos de trozos) obliga a controlar los hongos cuando el producto está en verde. Se trata, además, de un desafío para la gestión de las empresas.

El Sur de Concepción
21 de septiembre de 2002
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