Publicado 25-10-2002
Avestruces, abalones, olivos y turismo ecológico son algunas de las apuestas de la región.
En la región de Coquimbo hay un mar de posibilidades. Un estudio de oportunidades de inversión manifiesta que existen cultivos que han resuelto los desafío tecnológicos para su explotación comercial, como son el abalón japonés, la langosta de agua dulce, el turbot, el ostión del norte y los cultivos de algas.
Existen muchas condiciones para triunfar: características favorables del agua, bahías protegidas, capacidad exportadora, experiencias en cultivo y exportaciones, y la presencia de la Universidad Católica del Norte, entre otros aspectos. Y lo más importante: atractivos nichos de mercado para conquistar.
Lo que falta son inversionistas. Y esa precisamente es la tarea a la que está abocada CORFO a través del programa Todo Chile y la Agencia Regional de Inversiones de la Región de Coquimbo, cuyo Programa Acuícola se ha puesto como meta generar proyectos de inversiones o acuerdos estratégicos por cuatro millones de dólares en los próximos tres años. Ello generaría alrededor de un centenar de empleos.
Los primeros pasos ya se están dando. Recientemente fueron aprobados cerca de 52 millones de pesos para determinar los desafíos tecnológicos que enfrentan los cultivos, realizar dos estudios de mercado tanto en España como en Japón, y elaborar un catastro de terrenos con aptitud acuícola. Porque la idea es lograr un desarrollo equilibrado de la región.
La idea es diversificar la actividad acuícola de la Región de Coquimbo, que hoy se centra principalmente en el cultivo de ostión del norte, donde se ha logrado obtener estándares de calidad que han permitido acceder a mercados muy exigentes como el norteamericano, europeo y asiático.
De lo que se trata es de consolidar la senda innovadora comenzada en la región. Así ya existen centros productores especializados en hatchery de semillas de ostión, empresas productoras de semillas de ostras, de alga gracilaria, de langosta de agua dulce, de semillas de abalón japonés y de peces planos, entre otras actividades, que han contado con el financiamiento del Fondef de Conicyt, a través de diversos proyectos de Innovación y Desarrollo y de Transferencia Tecnológica.
Amplio abanico
Explica el director regional de la Corfo, Pablo Vigneaux, que “la política de atracción de inversiones de la región no se agota en lo acuícola, sino que también hay un fuerte énfasis en el turismo y la agroindustria”.
Respecto de esta última actividad, uno de los principales énfasis está puesto en el desarrollo de la actividad olivícola. Ello ha atraído la inversión de capitales chilenos –como Capel y su aceite Mestre- y la llegada de capitales españoles a la región, como es el caso de Agronoble, ubicada en Ovalle, que está respaldada por las compañías españolas Oleo Campiña, Olivo Noble, Agrocampiña y Anfora Quality Systems.
La empresa cuenta con una plantación de 400 hectáreas y próximamente comenzará la construcción de una fábrica de aceite capaz de procesar 1.600 hectáreas de otros proveedores de la zona. Con proyecciones de producción a partir de 2006, esta empresa desea abordar principalmente la exportación de aceite extra virgen a granel.
Otra interesante alternativa productiva que se ha desarrollado en el último tiempo es la crianza de avestruces. Las empresas participantes en esta misión se encuentran insertas en el sector agrícola de la provincia de Limarí, y entre ellas destaca la Sociedad Luis Pizarro y Cia., que se ha transformado en una importante productora de avestruces.
Esta empresa, en conjunto con otras cinco han desarrollado un Pre Profo (Proyecto de Fomento Asociativo) que ha terminado con éxito dicha etapa, encontrándose en la implementación definitiva de un Profo.
El desafío actual de los productores locales es lograr una excelente coordinación, para sí sumar oferta con el fin de incursionar en los mercados europeos. Con este fin se invitó a participar a empresarios de diferentes zonas del país a una misión tecnológica a Europa, bajo el alero de Fontec Corfo, que sirvió para conocer las tecnologías necesarias para cumplir con los estándares de calidad requeridos por la Comunidad Europea, básicamente en lo referente a incubación, mataderos y curtiembres.
Pero la innovación y la búsqueda de valor agregado también ha llegado a sectores más tradicionales de la industria local. Así, cuenta Alvaro Borja, enólogo de Pisco Bauzá, una de las apuestas de su empresa es consolidar la producción de piscos tipo premium, orientada a un segmento más exclusivo. El paso por barricas de madera, donde adquieren una complejidad mayor y nuevas tonalidades es una de las características de este proceso, junto a una imagen de marca y presentación particularmente cuidadas.
El Mercurio (Ediciones Especiales)
25 de octubre de 2002
página 4
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