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Portainjertos de Paltos. Buscando un ancla a tierra

Publicado 25-11-2002

La superficie con paltos ha aumentado vertiginosamente en los últimos años. Las plantaciones han prosperado entre la III y VIII Región, donde el factor de decisión para el establecimiento ha sido el clima. Así, un gran porcentaje se ubica en laderas y en suelos con características que no siempre son las más apropiadas.
No hay que olvidar que el palto – de origen tropical- es muy sensible a condiciones climáticas adversas, como sequía y temperaturas extremas, y también a otras de carácter edáfico, como salinidad (particularmente la raza Mexicana), texturas arcillosas (favorece la incidencia del hongo Phytophthora cinnamomi) y capas impermeables superficiales. Todas estas restricciones explican porqué el rendimiento nacional promedio no sobrepasa las 7 ton/há.
Salvar dichos inconvenientes y propiciar el desarrollo, sanidad y productividad del cultivo depende, en gran medida, del portainjerto utilizado, como queda de manifiesto cuando se repara en otros países productores, tales como Sudáfrica e Israel. Allí, en condiciones limitantes para el cultivo (suelos salinos o infestados por P. cinnamomi), el rendimiento promedio alcanza a 20 ton/há, gracias al desarrollo tecnológico logrado, en gran parte, en torno al tema de los patrones.

Más problemas
El investigador del Volcani Center de Israel Abraham Ben-Ya’acov denomina a los portainjertos como “la mitad escondida” de las plantas, debido a la poca importancia que reciben las raíces, a pesar de ser una parte fundamental del sistema. En distintas especies se ha demostrado que el desarrollo del árbol, como su precocidad y productividad dependen de estas estructuras, aunque en paltos se ha avanzado poco en el tema.
En el mundo cerca del 90% de los patrones para esta especie son del tipo franco (se reproducen por semillas), los que a nivel de vivero exhiben un rápido crecimiento y facilidad de injertación. Sin embargo, no confieren características de adaptación a condiciones limitantes en el terreno definitivo y, además, inducen variabilidad en vigor y otras características de la planta, debido al distinto grado de heredabilidad.
En Chile el 100% de las plantaciones se ha establecido sobre patrones de raza Mexicana de esta naturaleza, con el agravante que las semillas “madres” de éstos provienen de huertos “parentales”, sin condiciones de aislación. Así, a las limitaciones que impone el suelo se suma la alta heterogeneidad de la plantación, en conducta y productividad, inducida por la gran variabilidad genética del patrón.
Esta heterogeneidad dificulta el manejo, especialmente en lo referente a riego, fertilización y podas, ya que no todas las plantas enfrentan el mismo grado de estrés. Así, cuando no es posible realizar labores diferenciadas los árboles más afectados pueden llegar incluso a la muerte.

Tendencias
Actualmente en los principales centros de investigación del mundo existe una constante búsqueda de patrones para paltos que den solución a las limitaciones de suelo y calidad de agua y a las bajas productividades y problemas de desuniformidad de los huertos.
Además, dado que la tendencia actual es hacia árboles más manejables y eficientes, como bien postula Abraham Ben-Ya’acov, se persigue que otorguen un menor tamaño para facilitar los controles fitosanitarios, podas, fertilizaciones foliares y cosecha y para establecer densidades más elevadas que conlleven a mayores producciones por unidad de superficie. También que posibiliten una producción estable (sin añerismo), fruta uniforme, maduración concentrada y un hábito de crecimiento erecto (facilita la alta densidad).
En la propagación y difusión de este tipo de material es importante la masificación del uso de técnicas clonales, pues representa una gran ventaja frente a los portainjertos francos ya que su resultado es una copia exacta de la planta madre. Esto a través de técnicas como la propagación por etiolación y acodo, pero que aún no se utilizan comercialmente para el palto en nuestro país.

Posibilidades
En Israel se usan portainjertos de la raza Antillana, ya que los problemas que allí existen son la salinidad de los suelos y la falta de agua, sean ellos francos o clonales procedentes de selecciones con resistencia a sal, cal y buena productividad.
Entre este material Abraham Ben-Ya’acov destaca como promisorio para Chile las selecciones Maoz, Zrifin, Degania y Ashdot, entre otras, todas con buen comportamiento productivo en suelos con sales y cal, pero por lo general sensibles a problemas de aireación del suelo. En tanto, entre las selecciones clonales destaca la línea VC, con alternativas interesantes para problemas de sal, cal, Phythoptora o lograr efectos enanizantes.
En el intertanto, y mientras no se cuente con buenos patrones Ben-Ya’acov, recomienda plantar sólo bajo condiciones manejables. “En Chile he visto huertos en cerros con muy poco suelo y más encima arcilloso, lo que a la larga provoca la muerte de las plantas; por lo tanto, creo que bajo esta situación es mejor no plantar”.

Sustento
La injertación es el sistema de propagación vegetativa más ampliamente utilizado. En ella el patrón o portainjerto aporta la raíz y base del tronco, en tanto que el injerto o variedad comercial, la parte aérea. Adicionalmente el portainjerto puede conferir adaptación, resistencia o tolerancia a condiciones adversas de suelo y/o cualidades productivas.

Estudio
La Facultad de Agronomía de la UCV, en conjunto con empresas privadas y el Comité de Paltas (con el apoyo del Fondef), se han dado a la tarea de evaluar y propagar nuevos portainjertos. Se trata de material procedente de los principales centros de investigación del mundo, como también del resultado de la prospección y selección en áreas de nuestro país que presentan una gran diversidad de germoplasmas.

ING. AGR., M.SC. MÓNICA CASTRO
ING. AGR. CLAUDIA FASSIO
U. CATÓLICA DE VALPARAÍSO

El Mercurio. Revista del Campo
25 de noviembre de 2002
página 4

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