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Calidad comprobable

Publicado 20-01-2003

Proyecto pretende desarrollar instrumento para determinar el color, la textura y la grasa intramuscular de las carnes rojas.

 

Sabido es que el consumidor chileno, a diferencia del argentino o uruguayo, no gusta de las carnes con grasa. La “maña” nacional ha sido en buena parte la gran responsable de la caída del consumo de este producto en favor de las carnes blancas, como aves y cerdo.

Pese a que actualmente existe una tipificación basada en la edad, el sexo y la cobertura de grasa del animal, está en manos de los grandes proveedores del producto, pudiendo generar distintas apreciaciones al momento de una transacción. Por ejemplo, si a un comprador se le ofrece un determinado tipo de carne, éste no cuenta con un mecanismo objetivo para comprobar lo que se le dice.

En ese contexto, la investigadora de la Universidad de Santiago, Gerda Tomic, junto a un grupo de académicos, presentó un proyecto al Fondo de Fomento al Desarrollo Científico y Tecnológico, Fondef, de Conicyt, destinado a construir un instrumento que determine en base a parámetros objetivos, la calidad de las carnes rojas, considerando el color, la grasa intramuscular y la textura.

El aparato consistirá en un equipo electrónico que, por medio de un haz de luz, medirá los tres factores a través de señales y, posteriormente, de acuerdo a la magnitud de esas señales, les atribuirá el valor de bueno, regular o malo. “Lo que pretendemos lograr al final es tener una sola señal que coordine con las tres. Si eso no es posible, lo vamos a tener en tres señales separadas, pero dentro del mismo instrumento”, explica la doctora Tomic, directora del proyecto.

Para marzo próximo está programada la implementación definitiva del aparato, “ya como un producto que llegue al mercado”, según indica la investigadora.

La idea es que el instrumento sea entregado primero a las empresas que están incorporadas al proyecto, a través de apoyo en dinero (y que son Agrícola Industrial Lo Valledor, Quinto Cuarto, Carnes Ñuble y D&S), y luego a organismos fiscalizadores, distribuidores mayoristas, industrias faenadoras y supermercados, debido a que ha aumentado la compra de carne en estos últimos establecimientos y a que es en estos puntos donde está el consumidor directo.

El proyecto tiene un costo total de $380 millones, de los cuales el Fondef está financiando el 46,7%, las empresas incorporadas el 20,7% y la Usach el 32,5%.

En un principio, el instrumento – que se espera sea más o menos del tamaño de un celular- va a ser “aplicable en carnes rojas enfatizando en bovinos, pero lo vamos a adaptar a otras especies”, que podrían ser ovinos, camélidos sudamericanos e incluso avestruces, señala la doctora Tomic.

 

El Mercurio

20 de enero de 2003

 

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