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Residuos acuícolas ideales para fertilizar el campo

Publicado 20-01-2003

En un auspicioso negocio podrían covertirse los residuos de las salmoneras en un futuro próximo. Se espera conseguir un biofertilizante rico en nitrógeno y fósforo, para los cultivos y praderas de la X Región.

La actividad acuícola del país proviene principalmente de la X Región al igual que el 65% de la producción de leche y el 45% de carne, actividades que son grandes generadoras de empleo.

 

La integración entre la acuicultura y la agricultura a simple vista se ve complicada, sin embargo la creatividad de un grupo de científicos ha creído que sí es posible. Se involucraron en una investigación financiada principalmente por el Fondo Nacional de Fomento al Desarrollo Científico y Tecnológico (Fondef), con un costo total de 460 millones de pesos, donde el Fondo aportó el 53%, alrededor de 240 millones. El resto lo aportan las empresas y las instituciones participantes.

 

Las instituciones que participan son la Universidad de Concepción, el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (Inia) y el Instituto de Fomento Pesquero (IFOP).

 

El novedoso proyecto que consiste en evaluar la utilización de los residuos y lodos acumulados bajo los centros de cultivos de salmones, como fertilizante en campos agrícolas y ganaderos de la Décima Región,

 

fue presentado en el Centro Regional de Investigación Inia Remehue, ubicado 8 kilómetros al norte de Osorno.

 

La idea es sacar los sedimentos de los centros acuícolas, reduciendo el potencial de impacto ambiental y además aprovechar los nutrientes contenidos en estos residuos para su uso como fertilizante, lo que podría contribuir a bajar los costos de producción para los agricultores.

 

PROTOTIPO

La ceremonia de lanzamiento del proyecto Fondef D01 I1113 denominado “Extracción de sedimentos acumulados bajo los centros acuícolas, mediante un prototipo industrial de vehículo submarino remoto (ROV) y su posterior utilización en sistemas agrícolas: una alternativa de integración productiva”, estuvo encabezada por un representante de Fondef de Conicyt (Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica), por el Dr. Franklin Carrasco, Decano de la Facultad de Ciencias Naturales y Oceanográficas de la Universidad de Concepción y el Dr. Julio Kalazich B., Director Centro Regional de Investigación Inia Remehue de Osorno.

Marco Salamanca, investigador de la Universidad de Concepción y director del proyecto explicó que esta auspiciosa iniciativa busca integrar y beneficiar a dos actividades de gran importancia en el sur de Chile como son la producción acuícola y agropecuaria.

Uno de los mayores problemas que se presentan en la empresas salmoneras son los residuos de las balsas. En un primer proyecto se creó un proptotipo industrial de vehículo submarino remoto (ROV) que fuera capaz de remover estos residuos. Este sedimento se podría utilizar como biofertilizante mejorador de suelos. Salamanca explicó que este proyecto pretende mejorar el prototipo de robot para la remoción selectiva de los residuos orgánicos acumulados en el fondo de centros acuícolas y desarrollar un método de tratamiento de éstos para su uso en la agricultura.

 

NITROGENO Y FOSFORO

“Una limitación con la que nos encontramos fue la gran cantidad de residuos, al caracterizarlos químicamente nos dimos cuenta que tenían un alto contenido de nitrógeno y fósforo. Además estos residuos pueden ser perjudiciales para los salmones porque consumen el oxígeno, afectando la producción. Sin embargo, depende de cada sitio en particular, teniendo mayores problemas los de baja profundidad y poco movimiento de las aguas”.

La parte positiva -dijo el investigador- “fue encontrar un alto contenido de nitrógeno y fósforo y de metales, que generalmente tienen características de contaminantes, pero nos dimos cuenta que el zinc y el cobre son metales que requieren los suelos de la X Región”.

Salamanca aclaró que ya está probada la capacidad del vehículo para limpiar sin producir un impacto negativo. Ahora tienen una gran cantidad de residuos que hay que tratar y manejar.

Sin duda, se está en la búsqueda de un negocio de limpieza y utilización de biofertilizantes. Para ello, se está optimizando las dosis y asegurándose que éstas mantengan la calidad de agua que permita devolverla al ambiente y quedarse con los sólidos.

Alrededor de un 90% de estos residuos es agua. En este proceso se pueden extraer 40 o 50 toneladas en 15 minutos, y no se puede volver al ambiente ni llevarlo a la orilla. El director de proyecto explicó que ellos realizan un pre- tratamiento “in situ” con un agente fluoculante eficiente, que separa estos residuos, entre sólidos y líquidos, quedando sólo 3 y 4 toneladas que son mucho más manejables, las que son reutilizadas. El resto vuelve al ambiente, sin causar ningún tipo de impacto.

 

REUTILIZACION

En la parte agropecuaria, el encargado de la investigación es el Inia Remehue. Finalmente se espera que estos residuos puedan ser utilizados como un biofertilizante para empastadas y praderas en los suelos de la X Región.

Francisco Salazar junto a un equipo de investigación está a cargo de las evaluaciones agronómicas.

Este lodo, que está compuesto de una mezcla de nutrientes como nitrógeno, fósforo, potasio, sodio y magnesio, llega a Remehue desde los centros de cultivo ubicados en la X Región, en camiones cisterna, ya que viene en forma líquida, pero con un 15% a un 30% de materia seca.

Salazar explicó que se decidió realizar ensayos en los cultivos más importantes de la X Región. “En praderas permanentes, establecimiento de praderas, en papas y maíz forrajero. En estas especies de campo se está evaluando el uso del residuo orgánico a diferentes dosis. También se están realizando pruebas en invernadero y ensayos de laboratorio. Queremos ver qué pasa con este residuo en el tiempo, porque una situación es que lo saques y lo utilices en el momento y otra es que se almacene y se utilice en el tiempo”.

En las pruebas de almacenamiento se está observando cuánta agua pierde el lodo. “Suponemos, -señaló Salazar- y de hecho así ha pasado, que almacenándolo bastante tiempo pierde agua, se concentra más, y por lo tanto se está aplicando menos kilos por hectárea, menos camionadas, y eso conlleva a un menor costo de aplicación, que es un factor importante para el agricultor”.

Además en Remehue se está trabajando en la caracterización de este residuo, física y químicamente y también lo que repecta a los metales pesados.

Salazar aclaró que un punto importante es que este residuo sí se puede aplicar y no produce daños en las praderas. “La idea es poder compararlo con el fertilizante inorgánico y ver a cuánto equivale. Quizá a futuro se podría aplicar este lodo y complementarlo con fertilizante inorgánico”.

Por otro lado, se están realizando evaluaciones ambientales para ver que la aplicación de este residuo no tenga ningún efecto negativo en el suelo.

 

Revista Campo Sureño

20 de enero de 2003

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