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La deuda de Reuna debería reducirse a la mitad a fines de este año

Publicado 23-01-2003

Florencio Utreras, el timonel de una de las entidades protagonistas de la historia de Internet en Chile, explica por qué y cómo debe sobrevivir el Consorcio de universidades a la difícil situación financiera que lo afecta.

Alrededor de un millón de dólares es lo que debe actualmente la emblemática Red Universitaria Nacional (REUNA), cifra que Florencio Utreras, director de la entidad, considera “poco considerable” y asegura que se reducirá a la mitad a fines del 2003, gracias a una serie de medidas que se están tomando.
“Entre mediados de 2000 y mediados de 2001 tuvimos una gran pérdida que nos dejó con una deuda importante. Quedamos atrapados en ciertos compromisos en medio de fuertes descensos de precios ocurridos en esas fechas. Hoy nuestra deuda va disminuyendo”, asegura Utreras, quién hace unas semanas atrás puso la voz de alarma ante la crisis de un organismo que protagonizó la historia de Internet en Chile, para luego traspasar sus conocimientos y tecnología a las empresas privadas.
Utreras no deja de recordar que Internet surgió en sus inicios precisamente como una red universitaria, en Estados Unidos. Del mismo modo, afirma, las universidades nacionales como fuerza motora introdujeron la Internet en nuestro país.
Este ingeniero matemático de la Chile, cuenta brevemente la historia de REUNA, que hace más de 10 años Conicyt respaldó comprometiéndose a juntar las universidades pertenecientes al Consejo de Rectores alrededor de esta iniciativa y aportando, a través del Programa Fondef en 1991, un millón de dólares. Antes de este primer gran espaldarazo, la red se había ido formando “de a pedacitos”, según afirma. En los años siguientes se afianzó, interconectando al mundo académico desde Arica a Punta Arenas.
La edad de oro de REUNA duró casi una década, pero el Consorcio universitario atraviesa desde hace dos años una delicada situación financiera.

¿Qué medidas tomaron?
Recortamos algunos gastos, lo que incluyó disminución de personal. Dejamos de ofrecer Internet gratuitamente a nuestros asociados, con lo cual dejó de existir el déficit crónico. Y eliminamos algunos ítems de servicios que estaban generando pérdidas y no correspondían a la misión de REUNA.

¿Cómo se financia REUNA actualmente?
El presupuesto operacional de REUNA lo financian hoy día en un 100% las Universidades que integran el consorcio. Cada socio debe aportar mensualmente 120 U.F. más IVA, además del pago de los diferentes productos y servicios. El presupuesto de 2002 fue de $ 650 millones.

DE ISP A LABORATORIO HI-TECH
Para mantener operativa la Red en sus comienzos se requería el apoyo de las empresas, y por cierto una proyección empresarial. Por tanto REUNA partió prestando servicios a usuarios dentro y fuera del ámbito universitario. La infraestructura fue explotada comercialmente, como una vía de autofinanciamiento, convirtiéndose en uno de los actores en la introducción de Internet en Chile. Utreras explica cómo:
“A mediados de 1995, cuando comienzan a surgir las iniciativas comerciales, ya habían pasado 3 años desde que las universidades se conectaron. Una buena cantidad de profesionales se habían formado y graduado listos para insertar esta tecnología en el sector privado. Por otra parte, teníamos entonces una gran cantidad de clientes”.
Hasta 1997 REUNA compitió con los privados como un ISP más, reteniendo una considerable cuota del mercado. Pero ese mismo año, cuenta su director, se produjo un trascendental giro estratégico del Consorcio. “Decidimos que el propósito de las universidades no estaba en proveer masivamente un servicio estandarizado para el gran público, sino en el nicho de las redes avanzadas. O sea, cómo mejorar la tecnología, los mecanismos de colaboración para impulsar el avance de la ciencia y la educación.”

¿Qué diferencia lo que hacían antes de lo que hicieron a partir de 1997?
A partir de 1997 no atendemos clientes masivos. Dejamos de ser el ISP más importante del país, de los seis que había a fines de ese año. Entregamos nuestros servicios, que se fundieron con CTC Mundo, de lo cual surgió CTC Internet, y posteriormente derivó en Terra Networks Chile. Nos abocamos a reforzar la misión esencial de las universidades: investigación, docencia y actualización, incorporando además, en una visión más moderna, transferencia tecnológica.

NEGOCIOS Y REDES AVANZADAS
Le preguntamos a Utreras si acaso no fue una decisión errónea comercialmente haber renunciado a una de las principales fuentes de financiamiento del Consorcio, con la venta de los servicios de ISP.
“Creo que vendimos en el mejor momento, cuando REUNA tenía el más alto valor comercial. No teníamos capital para seguir compitiendo en el mercado con un buen nivel, tomando en cuenta el auge que experimentó desde entonces el negocio de los ISP. Habríamos tenido que aliarnos con alguien, y eso no necesariamente iba en beneficio de las universidades.”

O sea, no quisieron mezclar las cosas
No podíamos mantener una red académica fundida con una red comercial. Desde el punto de vista universitario, nosotros necesitábamos y necesitamos probar las herramientas tecnológicas más eficientes que se están creando, o sea, Internet Avanzada, hoy día conocida como Internet 2 o, a nivel mundial, Red Global de Investigación y Desarrollo.
Nos corresponde ensayar nuevas formas de colaboración, constituirnos como un gran laboratorio donde se desarrollen tecnologías novedosas, las que van a funcionar y marcar tendencias en el futuro, y también las que van a fallar.
Utreras va más allá en sus afirmaciones cuando asegura que no existe todavía una clara conciencia, ni entre las autoridades ni dentro del mundo universitario, de que debe diferenciarse la red académica de la Internet. “Ese es tal vez el meollo de las preocupaciones que tiene hoy en día REUNA. Si hubiera un consenso claro a nivel de toda la comunidad universitaria, ciertamente tendríamos mayor respaldo al interior de la misma, y muy probablemente un fuerte apoyo político para este tipo de iniciativas”, dice convencido. Y agrega:
“Hoy en Chile Internet 2 (Internet Avanzada) todavía es una especie de artefacto de lujo, que no en todas las universidades, ni siquiera en las ya existe esta herramienta, se concibe aún como un artículo de primera necesidad”.

¿Cabe la posibilidad de que realmente no lo sea?
Cuando uno lee ciertos informes de países desarrollados o en vías de desarrollo que tienen políticas de investigación estables, se da cuenta de que el uso de redes de comunicación electrónica especiales es un eje fundamental de su política. Podemos decir que esto es lo que Chile necesita si pretende estar bien situado, por los menos, en algunos nichos de investigación de punta.

¿En qué contamina la Internet tradicional a la avanzada?
No permite priorizaciones. Tal vez se pueda acceder a una Internet de mejor calidad a las tres de la mañana, pero no será esa misma hora en todo el mundo. Además, no se trata de trabajar permanentemente de madrugada.
Hablamos de transmitir contenidos especiales, como material en vídeo, representaciones gráficas de fenómenos complejos y experimentos virtuales simultáneos. Por muy buena que sea la conexión, lo más probable es que no se logre una buena recepción. Tampoco podemos pagar US$ 40 la hora por una videoconferencia si se necesita de forma masiva.
La Red de que hablamos se comporta de manera estable y eficiente durante todo el día.

LAS RAZONES DE SU EXISTENCIA
Ni la Pontificia Universidad Católica de Chile, ni la U. Católica de Valparaíso, ni la U. de Santiago de Chile, están incorporadas a REUNA, aunque la red que alguna vez formaron de modo independiente no existe desde mediados de los noventa. Utreras reconoce que “es una debilidad del consorcio no contar con estas universidades paradigmáticas”. Sin embargo, el directivo parece estar sumamente convencido de que pronto se integrarán.
El Consorcio lo forman hoy 14 universidades, de las 25 que pertenecen el consejo de rectores, y su penetración es mínima entre las 64 universidades privadas que existen en Chile.

¿Qué razones tendrían las universidades privadas para no formar parte de REUNA?
No es ningún secreto que, todavía, la fuerza de la investigación en Chile se concentra más bien en las universidades tradicionales. Yo creo que es una cuestión de tiempo.

¿Por qué habría que salvar a REUNA?
No se trata de salvar o no a la institución. La pregunta es: ¿qué está dispuesto a hacer el sistema universitario para darse a sí mismo, con el apoyo público y privado, una infraestructura que le permita competir exitosamente en el mundo de la investigación?
¿Debe existir REUNA? No sé, aunque personalmente creo que es un instrumento muy valioso. ¿Debe existir una red académica? Sí, eso de todas maneras. Una red fuerte, independiente de (aunque apoyada por) los sistemas comerciales, siempre que no compita con ellos. Porque tratamos de crear una infraestructura que anteceda a las aplicaciones comerciales. Por tanto debiera ser del mayor interés de los privados, ya que tenemos un espacio donde pueden probar tecnologías pre-competitivas a costos menores.
¿Cómo ha sido el apoyo de las empresas a REUNA?
Siempre hemos tenido el mayor apoyo de las empresas, sobre todo las compañías de telecomunicaciones, hardware y software. Si nuestro presupuesto operacional es del tamaño que es hoy se debe al compromiso de los empresarios. Porque por ejemplo, gracias a Telefónica tenemos la red instalada de Arica a Punta Arenas y no pagamos nada por ello. De Santiago a Valparaíso contamos con una infraestructura especial provista por Chilesat, sin costo para nosotros. Y dentro de la capital, nos sustentan también Manquehue y AT & T.

¿Por qué Fondef-CONICYT dejó de financiar la parte operacional de REUNA?
Porque este Fondo no fue creado para financiar operaciones. No obstante, nos adjudicamos ahora en enero dos proyectos del Concurso Fondef, uno relacionado con tecnologías de almacenamiento, protocolo y cálculo paralelo, usando redes de alta velocidad; y el otro para desarrollar un modelo educativo para la capacitación usando medios tecnológicos.

¿Para qué le falta plata a REUNA, en vista de que se ha estabilizado su situación?
Estamos logrando la estabilidad con algunos sacrificios importantes. No me refiero a que hayamos sacrificado la calidad de los servicios que prestamos, pero tampoco nos estamos desarrollando al nivel que consideramos adecuado. Además, en ningún país del mundo estas operaciones se autofinancian.
Las universidades integradas a REUNA están cancelando mensualmente una cantidad de dinero no despreciable, así que ciertamente esta ha sido una barrera para la incorporación de nuevos socios. Con un apoyo financiero externo podríamos rebajar esas cuotas y en consecuencia favorecer la incorporación de otras instituciones.

Terra Netwoks Chile S.A.
23 de enero de 2003

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