Publicado 12-02-2003
Grupo de científicos investigará la zona para determinar la forma de captura y la distribución del recurso.
Desde 2001 que un grupo de científicos investiga un recurso que podría ser una alternativa a la escasez de centolla y centollón en Magallanes: el langostino, un crustáceo de menor tamaño que la centolla, pero cuyo sabor atrae a la gastronomía de todo el mundo.
Para los investigadores, entre ellos el doctor y biólogo marino alemán, Matthias Gorny, el langostino es un crustáceo muy abundante en la zona, lo que permite aventurar los beneficios y ventajas que traería a los empresarios que se interesen en su extracción. “Nosotros ya hemos hecho estudios, se probó el langostino y también se envió a Alemania, en donde los empresarios quedaron muy interesados. El proyecto termina en mayo y el estudio se entregará a diversas personas para que quien se interese pueda comenzar a extraer este producto”, señaló.
Agregó que ya se determinaron las formas de extracción del pequeño crustáceo, las que se basan principalmente en trampas constituidas por redes diseñadas de manera especial para la captura del langostino.
El proyecto cuenta con el financiamiento del gobierno, a través del Fondo de Fomento Científico y Tecnológico, con 280 millones de pesos, además del apoyo de empresas privadas, las que facilitarán los implementos y equipos necesarios para el estudio.
Investigación
A bordo de una embarcación pesquera, de la empresa Centomag, el lunes el grupo de seis científicos partió en su segunda etapa de investigación, la que abarcará desde cabo Froward a puerto Zenteno, en el estrecho de Magallanes, y desde bahía Gente Grande a puerto Arturo, en Tierra del Fuego.
El estudio durará cerca de 15 días y básicamente se trabajará a 30 metros de profundidad con robots especializados que permitirán medir la abundancia y distribución de langostinos en la zona y la mejor forma de extraerlos. “El uso de los dos robots submarinos de la Universidad de Magallanes permitirá una evaluación visual muy exacta del fondo marino, para documentar y luego contar y analizar la densidad de los langostinos en los distintos sectores del estrecho”, precisó.
Asimismo, como es importante -según Gorny- obtener información sobre qué factores ambientales influyen en la distribución de este recurso futuro, se adquirió para esta oportunidad un nuevo equipo para medir la producción fitoplanctónica en el estrecho, con el cual no sólo se puede medir la clorofila producida por los microalgas, sino que también se pueden identificar los tipos existentes, lo que a juicio del biólogo en el futuro puede ser aplicable para una detección rápida de zonas con contaminación de marea roja.
Gorny adelantó que ya existe un alto interés en las colitas de langostinos magallánicos por parte de empresas nacionales e internacionales, por lo que cree hay una alta posibilidad de entrar al mercado de la comunidad europea.
La Prensa Austral
12 de febrero
página 12
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