Publicado 16-02-2003
La investigación pretende ser un importante referente de información para los productores de la fruta, quienes, de este modo, podrán tomar mejores decisiones y evitar riesgos en la inversión de capital, lo que se traducirá en una mayor capacidad de exportación.
La manzana es un excelente alimento. De hecho, los norteamericanos la consideran el segundo en importancia, después de la leche, para lactantes y niños. Incluso ellos tienen un decidor eslogan: “An apple a day, sep the doctor Hawai” (una manzana al día, aleja al doctor).
Conscientes de la importancia que para los mercados externos posee esta fruta y las enormes potencialidades que tiene nuestro país en la producción de manzanas, en el año 2001 el Centro de Pomáceas de la Universidad de Talca se adjudicó un proyecto denominado “Bases estratégicas para consolidar el desarrollo de la industria manzanera chilena: Establecimiento de combinaciones patrón/variedad y de estándares nutricionales para distintas zonas productivas”, iniciativa que cuenta con financiamiento del Fondo de Fomento al Desarrollo Científico y Tecnológico (FONDEF) y que en la actualidad se encuentra en pleno desarrollo.
El proyecto tiene por objetivo principal comparar el comportamiento de diversas variedades y portainjertos de manzano, en diferentes localidades (6) a lo largo de 600 kilómetros entre Graneros y Temuco, tarea para la que se contempló la construcción de un lisímetro de drenaje, para determinar el requerimiento de agua y nutrientes en un sistema de cultivo de manzanos en mega-macetas.
Para el director del Centro de Pomáceas, José Antonio Vial, la importancia de este proyecto radica en que, una vez concluidos los estudios y mediciones, los productores de manzanas podrán contar con valiosa información que oriente sus inversiones en este rubro.
“Si bien nuestro trabajo corresponde a investigaciones que Chile debiera haber iniciado hace 20 años, esperamos, en las próximas 3 o 4 temporadas comenzar a entregar información a os productores de manzanas, tendientes a orientar la decisión de qué variedad es la más adecuada para cada zona climática. Así, el inversionista no tenderá que arriesgar capital innecesariamente y su elección se verá beneficiada con una mayor capacidad de exportación”, asegura el académico.
Etapas del proyecto
La iniciativa se encuentra en la actualidad en etapa de monitoreo, con realización de visitas quincenales, vista del crecimiento de las plantas y la adecuada realización de labores para el establecimiento y crecimiento de las plantas.
Sin embargo, ya se han cumplido dos importantes pasos anteriores como fue -en una primera instancia- la propagación del material vegetal, con cerca de dos mil 500 millones, para una gran diversidad de combinaciones variedad/porta injerto. Además, durante el primer año se adquirió la mayor cantidad de equipamiento requerido (todo de última generación y algunos de ellos novedosos en Chile), entre los que se incluían seis estaciones meteorológicas. La segunda etapa, finalizada en octubre de 2002, consistió en la plantación de los módulos y la construcción del lisímetro de drenaje.
Las etapas futuras consisten en la ampliación del material vegetal disponible, con nuevas variedades, así como el desarrollo de un software para la captura y procesamiento de la gran cantidad de información que se irá generando en los próximos años.
Cabe destacar que los montos involucrados alcanzaron los 778 millones de pesos, lo que en su momento significó cerca de un millón 360 mil dólares. Además de Fondef, que aporta casi el 45 por ciento de los recursos, está la Universidad de Talca, con algo más del 25 por ciento y un grupo de 25 empresas, con algo más del 30 por ciento restante.
El Centro de la Séptima Región (Talca)
16 de febrero de 2003
página 21
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