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Luquean cototas reservas de gas en fondo marino

Publicado 24-03-2003

El sueño de contar con una fuente de energía propia que no obligue al país a depender totalmente del suministro extranjero, aparece cercano de cumplirse en Chile, por el trabajo que realiza el buque oceanográfico de la Armada “Vidal Gormaz”, en el que un grupo internacional de científicos investiga las características de una fuente de hidrocarburos ubicada en el fondo marino.

 

En la campaña, iniciada el pasado 11 de marzo por investigadores de universidades chilenas y europeas, Enap y de la Oficina de Investigaciones Navales de Estados Unidos, se pretende determinar la magnitud y cantidad de los hidratos de gas submarinos descubiertos en los fondos marinos de la costa chilena.

 

 

Reservas cototas

Son depósitos de gas metano que se encuentran en el fondo marino, en estado semisólido, congelado o comprimido, y que transformados a gas, podría aumentar hasta en 164 veces su volumen. Es decir, la cantidad y la proporción de reservas energéticas que existiría para el país, sería de proporciones gigantescas, explicó el comandante Fernando Mingram, director del Servicio Hidrográfico y Oceánico de la Armada (Shoa).

 

Los hidratos de gas son sólidos con aspecto de hielo, que se forman por asociación de agua y metano, cuando las condiciones ambientales son de relativa alta presión y baja temperatura como ocurre en el fondo marino, constituyendo así una pura forma de combustible que podría ser utilizado en todas sus formas, desde la calefacción hasta complejas centrales termoeléctricas, añadió.

 

El yacimiento energético se encuentra en un área larga e irregular situada desde unas doce millas mar adentro, cuya extensión alcanzaría según los primeros estudios a unos 7.500 metros cuadrados, en distintas zonas entre las costas de Valparaíso y Concepción, con profundidades estimadas entre los 800 y los 2.500 metros.

 

Las primeras nociones de la presencia de hidrocarburos en el litoral nacional fueron entregadas por la tripulación de la nave científica alemana Sonne, que realizó estudios del fondo marino chileno hace unos diez años.

 

 

Falta tecnología

Esa información constituyó la base del proyecto de la Armada y a la Universidad Católica de Valparaíso, que cuenta con el apoyo del Fondo de Fomento al Desarrollo Científico y Tecnológico(Fondef) de CONICYT. En diciembre pasado, el director del proyecto, profesor Esteban Morales, advirtió que la gigantesca reserva podría constituirse en una enorme fuente de energía para el país en un lapso de unos 10 a 15 años.

 

Científicos estiman que la explotación del yacimiento requerirá de tecnología no disponible actualmente en el país.

 

La Cuarta

24 de marzo

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