Publicado 01-06-2003
Un grupo de académicos desarrolló a partir de una misma tecnología de base, metodología capaz de dar solución a dos problemas: por una parte, permitir a las compañías telefónicas disminuir las pérdidas económicas asociadas al no pago de servicios y por otra, a la empresa minera maximizar el valor de su negocio, adoptando estrategias de explotación que dan mayor valor a sus recursos mineros.
Primer problema: ¿Ha pensado alguna vez en cuánto dinero dejan de percibir las compañías telefónicas por concepto de llamadas fraudulentas? Es decir, comunicaciones realizadas por personas que, falseando información personal como su identidad, en el momento de adjudicarse una línea telefónica y por el afán deliberado de cometer engaño, utilizan el servicio -especialmente para efectuar llamadas de larga distancia- sin intención de pagarlo y burlando los insuficientes controles que hoy se aplican.
Segundo problema: ¿Cómo se escoge la mejor estrategia, de entre millones de posibilidades, para explotar un yacimiento minero de manera de obtener el máximo beneficio? Y sobre todo, ¿cómo se escoge la mejor planificación estratégica a veinticinco o treinta años plazo?
Si bien, se trata de dos problemas de naturaleza muy distinta, ambos son de interés económico importante y de naturaleza compleja, lo que motivó a los académicos, Eric Goles, Mauricio Telias -también investigador del IM2 (Instituto de Innovación en Minería y Metalurgia de CODELCO)- y Jorge Amaya, del Centro de Modelamiento Matemático, junto a Pablo Estévez, Claudio Pérez y Claudio Held, del Departamento de Ingeniería Eléctrica, a desarrollar el proyecto FONDEF, “Sistemas Complejos y Aplicaciones Industriales”, cuyo objetivo fue buscarles solución, utilizando el mismo instrumental matemático de base.
Lo que ellos hicieron, básicamente, fue traducir estos casos en ecuaciones de gran complejidad (modelos matemáticos) y resolverlos mediante algoritmos numéricos. Para esto se desarrollaron aspectos tanto teóricos como aplicados (Optimización, Metaheurísticas, Lógica Difusa, Redes Neuronales y Reconocimientos de Patrones) con el fin de lograr la elaboración de prototipos de software apropiado, para ambos casos.
EL QUE LLAMA PAGA
En el mundo, se estima que las pérdidas por fraude telefónico suman más de $30 mil millones de dólares al año. En Chile, sólo tomando los antecedentes de una compañía- Telefónica Mundo- se ha estipulado que se trata de 100 mil minutos mensuales de comunicación, cuyo costo equivale a $50 millones de pesos. Los números reflejan que se trata de negocios delictuales de gran volumen y complejidad, ya que debido a la escasa legislación y a la forma en que se realizan es muy difícil dar con el paradero de sus autores.
Según el Prof. Estévez, quien estuvo a cargo de este subproyecto, en la actualidad algunas compañías poseen sistemas de detección de fraude telefónico que operan en línea o a posteriori, utilizando información de tráfico telefónico. El objetivo de este trabajo, en cambio, fue desarrollar un sistema de evaluación de riesgo de este tipo de delito al momento de la suscripción de una línea telefónica.
En el marco de este trabajo, se creó un prototipo de laboratorio denominado DEFRAUD, que a partir de algoritmos y métodos basados en redes neuronales y lógica difusa, analiza escenarios, de manera de poder- en un alto porcentaje- reconocer ciertos perfiles de fraude y así controlarlo. Este programa computacional logra determinar ciertos patrones a partir del cruce de datos adicionales, como por ejemplo, el que una persona posea muchos teléfonos a su nombre, que tenga antecedentes o que comparta cierta información con otros casos de fraude.
DEFRAUD, actúa a partir de un análisis inteligente de una base de datos central, que contrasta su información con la del futuro cliente, de modo que emite una alerta cuando el perfil que hace de éste es de alto riesgo. Tanto la metodología utilizada (METFRAUD) como el prototipo de software fueron diseñados para ser utilizados por compañías telefónicas no sólo de Chile, sino de cualquier país del mundo, que quieran hacer efectivo el lema “el que llama paga”.
Actualmente se encuentra en ejecución un proyecto FONDEF de Transferencia Tecnológica, que tiene por objetivo comercializar el sistema de detección de fraude de suscripción desarrollado en empresas de telecomunicaciones.
MINERIA DE COBRE
Maximizar el negocio minero de cobre, encontrando las secuencias de explotación de yacimientos más beneficiosa desde un punto de vista estratégico, es el objetivo del segundo subproyecto del que consta este trabajo. “No estamos hablando de una planificación diaria, se trata de crear modelos y algoritmos de resolución enfocados al mediano y largo plazo, donde la magnitud del problema y el tamaño de la base de datos hace imposible un recorrido exhaustivo. No se puede probar cada estrategia, es imposible en el horizonte de vida de un ser humano, aún contando con los computadores más rápidos. Por eso nuestro trabajo ha sido desarrollar métodos inteligentes de búsqueda y descarte de soluciones no óptimas para así llegar a la mejor”, explica el Prof. Jorge Amaya.
Por ejemplo, en una mina a tajo abierto una secuencia de explotación implica una larga cadena de decisiones, para finalmente decidir para cada zona, el momento y la forma que en que serán explotadas las diferentes unidades básicas, llamadas “bloques”, en los próximos decenios.
Este trabajo, tal como en el caso de la metodología utilizada para evitar el fraude telefónico, nuevamente se concentra en el desarrollo de una aplicación matemática que transforma en una serie de ecuaciones el problema para, finalmente, trabajar con una base de datos que permita cruzar múltiples informaciones para dar con la mejor opción.
A juicio del Prof. Mauricio Telias, la buena elección del secuenciamiento de explotación de una mina es lo que a futuro le reporta mayores beneficios económicos al negocio minero, por lo que hacer variaciones al modelo con que se realiza actualmente este proceso en la minería de cobre traería múltiples ventajas a la economía de nuestro país. “Tenemos un buen número de validaciones que prueban que nuestro trabajo presentaría un beneficio bastante claro. Hemos hecho ejercicios que demuestran mejoras de hasta un 20 a 30% en planificaciones reales en partes de la mina El Salvador y un 15% en Chuquicamata.”
El proyecto fue realizado por un equipo multidisciplinario en el que participaron, entre otros, académicos del Centro de Modelamiento Matemático, ingenieros eléctricos, además de profesionales del IM2 de CODELCO, empresa con la que hay un convenio de cooperación.
En el marco de este proyecto fueron estudiadas tres problemáticas. En primer lugar fue desarrollado un modelo matemático para determinar un secuenciameinto óptimo en minería subterránea, que es un proceso físicamente muy complejo, riesgoso y que presenta muchas restricciones de orden geotécnico. También se trabajó en el microsecuenciamiento en este tipo de explotación, que implica un gran desafío estratégico ya que se debe decidir cómo se va extrayendo el material, en qué orden, y cuándo, a un nivel de dos, cinco o treinta años más. “Se debe evitar peligros o derrumbes que impliquen pérdidas económicas, porque a veces por explotar una zona de gran riqueza se pierde la oportunidad de explotar otra, por una razón netamente física como el debilitamiento o fractura de un cerro”, explica el Prof. Jorge Amaya.
Además, fue elaborado un software para disminuir el nivel de dilución, fenómeno que tal como lo dice su nombre diluye la riqueza del material que se está extrayendo, al entrar material estéril en el de mayor ley, provocando una indeseada contaminación.
Como tercera línea de investigación fue estudiada la secuencia óptima en minería de cobre de cielo abierto. Y específicamente, en la actualidad, los académicos trabajan en el cambio de giro de Chuquicamata: de ser explotada a tajo abierto a ser una mina subterránea. El proceso implica decisiones estratégicas a gran nivel, ya que en un momento van a coexistir ambos modelos hasta que el primero quede finalmente obsoleto. “Cuándo empezar con el cambio, en qué lugar, en qué secuencia, las cantidades, todo eso hay que decidir. También hay que manejar la incerteza, por eso estamos tratando de incorporar soluciones “robustas” en el largo plazo, es decir, que resistan los cambios del futuro y que sean adaptables ante cambios tecnológicos o de precios, que puedan corregir su camino sin un costo muy elevado”, señala el Prof. Jorge Amaya. Al respecto, el Prof. Telias, acota “debido a que el costo de una mina de tipo subterráneo es mayor que una de tajo abierto, el tipo de decisiones a tomar son mucho más finas”.
Para ambos académicos los software de planificación minera que se elaborarán a partir de este trabajo, en el marco de un nuevo proyecto FONDEF de Transferencia Tecnológica, facilitarán el trabajo de estudiar escenarios a largo plazo, tarea que hoy se realiza a partir de un análisis personal y manual. Destacable, señalan, es también el vínculo que se estableció entre la Universidad de Chile y la empresa minera que deja en buen pie la colaboración entre ambos sectores y el desarrollo de futuros proyectos lo que ayudará a potenciar este negocio y las investigaciones nacionales en este rubro.
Revista U Noticias
Junio 2003
Págs. 20 -21
Deja un comentario