Publicado 27-06-2003
Consenso en torno al crecimiento del polo tecnológico en Valparaíso sigue entrampado entre trámites administrativos y la falta de decisiones.
En una larga historia que no parece tener un horizonte compartido por todos parece transformarse la iniciativa de fortalecer en Valparaíso un polo tecnológico.
Mientras algunos destacan que se trata de un proyecto de largo aliento que requiere años para alcanzar una cierta consolidación, otros materializan sistemáticamente acciones que aportan a su crecimiento.
También están quienes apoyan el concurso de diversas iniciativas en distintos puntos de la zona con el fin de impulsar el desarrollo de tecnologías de información en esta localidad.
Hace unos días el intendente Luis Guastavino fue claro en enfatizar la necesidad que existe de converger acciones en esta materia a objeto de no difuminar el interés de los diversos actores del quehacer local con proyectos aislados y de aprovechar la sinergia que significa trabajar en conjunto.
Algo similar a lo que siempre ha sostenido Adolfo Arata, director del Instituto Internacional para la Innovación Empresarial (3ie), que ha liderado el establecimiento de un centro de técnica de punta en Valparaíso y cuyo Instituto ya constituye el polo tecnológico en términos cualitativos.
Incluso ayer el jefe regional se manifestó optimista al respecto, afirmando que “vamos extraordinariamente bien” y que “en menos de 24 horas tendrá una respuesta definitiva sobre el futuro del polo tecnológico en Valparaíso”.
Más acciones
Sin embargo, una visión diferente mantiene el hasta ayer presidente de la Comisión de Desarrollo del Consejo Regional (Core), Jaime Perry, quien también ha trabajado en este tema como representante del gobierno local.
Junto con mostrar su inquietud porque el Fondef aún no entrega los lineamientos para convocar la realización de propuestas tendientes a desarrollar con recursos públicos tecnologías de información desde esta zona, precisó que fue rechazada la reformulación del proyecto Citic (Centro de Investigación y Aplicación de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones), patrocinada por el Consejo de Rectores de las universidades tradicionales con presencia en esta región, debido a su falta de sólidos fundamentos para detallar el resultado final que tendría la inversión de 100 millones de pesos en el desarrollo del polo tecnológico en esta localidad.
Asimismo, valoró que existan diversas iniciativas relacionadas con el trabajo en tecnologías de información, como son las que llevan adelante el 3ie, la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV) y la Universidad de Viña del Mar (UVM) con el reciente anuncio de construir un centro tecnológico en dependencias de su nuevo campus en Rodelillo.
“Mientras más acciones existan, se va a generar lo que se pretende -dijo-. No se busca tener un polo tecnológico que sea la representación de una entidad. Al proyecto tienen que concurrir muchas instituciones”.
El Mercurio de Valparaíso
27 de junio de 2003
página 20
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