Publicado 29-06-2003
La primera reunión pública de coordinación se realizó el viernes en el campus Chinquihue de la Universidad de Los Lagos -una de las entidades involucradas- donde los investigadores dieron a conocer por primera vez los alcances de sus trabajos. Estos tienen un alto componente social, de manera que se espera, como resultado, un impacto económico directo en las comunas afectadas de las regiones Décima hasta Duodécima. La ciencia busca, según el coordinador del programa de Marea Roja de Fondef, Cristián Lagos, terminar con la marea roja
Uno de los aspectos más importantes de estos trabajos tiene que ver con una detección en terreno de la presencia de la Alexandrium catenella, el dinoflagelado que produce la marea roja. Este trabajo lo ejecutará Daniel Varela, de la Universidad de Los Lagos con apoyo de Miriam Seguel, de la Universidad Austral, los que crearán herramientas inmunológicas para la identificación temprana del dinoflagelado en las muestras de agua. Daniel Varela explicó que se creará un anticuerpo para los ensayos, de manera que en contacto con la Alexandrium c. presente un color identificable para los entrenados en el sistema. “No requiere personal altamente especializado, mejora la predicción y no depende del observador, por lo que reduce errores”, dijo Varela.
Dentro de este proyecto se generará un test semi cuantitativo de fácil aplicación en terreno por el mismo acuicultor y uno cualitativo de alta resolución para laboratorios.
El proyecto que en total significa una inversión de $460 millones, incluye la creación de un cepario con su caracterización molecular y toxicológica.
Con ayuda gallega
El doctor Benjamín Suárez, de la Universidad de Chile, de amplia experiencia en el tema destacó que estas cinco investigaciones son las precursoras en Chile y es muy ejemplar para toda Latinoamérica, incluida América Central y México, ya que “no existe un programa integrado de marea roja como éste, que nos integre y nos obligue a pensar” a todos juntos.
Suárez trabajará en conjunto con el Centro de Calidad del Medio Marino de Galicia, una de las costas más productivas para cultivos de mariscos del planeta, donde hace más de 25 años hay estudios como los que recién en Chiloé se están iniciando. Parte del proyecto de Suárez que ejecutará también con Plancton Andino, un laboratorio privado, y busca ver qué aplicaciones pueden hacerse a la experiencia de los últimos 5 años de los gallegos en el manejo de la información ambiental, ya que poseen un respaldo computacional que entrega dos informes diarios para tomar decisiones de apertura o cierre de lugares afectados.
Sin embargo se trata de ecosistemas muy distintos, “ellos saben cuando un día claro y no hay viento, se va a favorecer que los bichos crezcan en el agua, si hay viento y mal tiempo se van. En Chile eso no está determinado”, dice Suárez. Para esta iniciativa Fondef Corfo fueron asignados $164 millones.
Para este proyecto existen 33 organizaciones (entre municipios, sindicatos y empresas) colaborando, lo que implicará por ejemplo, programas de difusión en la radio Estrella del Mar. El principal objetivo de este proyecto es analizar de manera eficiente y oportuna la información y dar una alerta temprana sobre las zonas afectadas.
Un mar de complejidad
Todas las zonas costeras del mundo están afectadas por algún tipo de toxina, que desencadena problemas dramáticos como muertes en Japón, Filipinas, las costas norteamericanas y Canadá.
El gran problema, a juicio de Suárez, es que el mar es complejo, porque las técnicas que se pueden usar para combatir una plaga en tierra es un sistema donde lo que se fumiga están fijos y en el plano. Sin embargo en el mar está en un sistema tridimensional de miles y miles de millones de metros cúbicos y está cambiando todo el día: la marea sube, baja, el agua se mueve, las corrientes van y vienen.
Monitoreo
Otra de las investigaciones que está orientada a adoptar decisiones proactivas cuando se decreten las alertas tempranas es la investigación y monitoreo de toxinas marinas y fitoplancton nocivo en la región, que busca evaluar los efectos de los factores ambientales sobre el fitoplancton, establecer una vigilancia estructurada de los sectores con floraciones de algas nocivas, de manera que con ello se contará con la información sobre los mecanismos que regulan la distribución y abundancia en ciertos sectores.
Leonardo Guzmán, del Instituto de Fomento Pesquero, entidad que dirige el proyecto, explicó que la idea es también conocer la distribución de los quistes de la Alexandrium catenella en los sedimentos marinos. Para éste se invertirán $368 millones y tendrá una duración de 30 meses.
En el estudio genómico de florecimientos algales nocivos (FAN) y reconstrucción histórica reciente de episodios FAN en Chiloé y la zona austral de Chile, investigará sobre la biología molecular de la Alexandrium catenella. De esta manera se conocerá los procesos bioquímicos que controlan el crecimiento y los cambios fisiológicos asociados a los florecimientos, para poder trabajar sobre ellos.
Marcos Salamanca, de la Universidad de Concepción, estará a cargo de este tema y la hipótesis que maneja es que existen episodios como respuesta a los forzantes ambientales que influyen en la aparición de la marea roja. Explicó que por ejemplo la lluvia arrastra material de los suelos que son transportados hasta el mar, de manera que -supone- los fenómenos meteorológicos hacen que el bloom de algas se produzca.
El Llanquihue (Edición electrónica)
29 de junio de 2003
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