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Crean Nuevo Método para Encontrar Depósitos de Oro en el País

Publicado 01-07-2003

“La fiebre del oro puede venir nuevamente”, así lo considera el académico del Departamento de Geología de la Universidad de Chile, Carlos Palacios. Por tal razón se embarcó en la tarea de desarrollar una tecnología de exploración simple que abarata costos y permite encontrar depósitos cubiertos del codiciado metal.

 

 

En plenos años de esplendor de la dominación incaica, los picunches, exclusivos habitantes de Chile central, eran obligados a producir oro, lo que los incentivó a depurar técnicas y trabajar en lavaderos e inclusive en la explotación de tres minas. La obsesión por el dorado metal en esa época era poderosa ya que era considerado material sagrado, dedicado al culto y asociado al poder, al prestigio y la nobleza. Era utilizado como ornamento y no como moneda ni como medio de intercambio comercial o fuente de riqueza, obsesión que acompañó posteriormente a los conquistadores españoles. Por esta razón una vez al año, desde Chile debía partir inevitablemente una remesa de oro directamente al centro del imperio de Tahuantinsuyo, ubicado a 3.399 metros sobre el nivel del mar, en la ciudad sagrada del Cuzco.

Estos antecedentes dan cuenta de que los orígenes de la producción de este material en Chile se remonta al período anterior a la conquista, de hecho, provocaron aquella buena o mala “fama” (desde el punto de vista con que se le mire) de que Chile era un país con abundancia de reservas de oro, aspecto que despertó el apetito de riqueza de Diego de Almagro. Lo cierto, es que la historia de este metal en nuestro país no ha sido particularmente “dorada”, sí ha tenido altos y bajos, registrándose el último período de repunte en la década del ochenta con el yacimiento El Indio, el que ya cesó sus funciones. Hoy nuestro país operan regularmente solo cuatro minas: La Coipa, Alhué, Agua de Falda y El Peñón, lo que lo ubica en el puesto número doce en el ranking mundial de producción de oro.

Esta ubicación a mediano plazo podría mejorar, así lo considera el académico del Departamento de Geología de la Universidad de Chile, Carlos Palacios Monasterio, quien señala que en la actualidad la minería por razones de orden geopolítico se está concentrando en algunos países y Chile es uno de los beneficiados. Apelando a la tradición minera que nuestro país ha ostentado a lo largo de su historia, el desafío hoy entonces, explica, es ingresar de lleno al campo científico de la búsqueda ya no de depósitos ubicados en la superficie, sino de aquellos ocultos (que implican una mayor dificultad por estar cubiertos por el suelo, el bosque o las gravas) para asegurar el futuro de esta actividad que tan buenos dividendos le reporta cada año. “El mundo ha dejado un espacio en el estudio de los depósitos minerales y sus problemas de exploración, por lo tanto como Universidad de Chile no podemos dejar ese espacio libre”.

Bajo este concepto, el académico Palacios desarrolló un Proyecto FONDEF que contó con la colaboración del IRD “Instituto de Investigación para el desarrollo” francés y cuyo objetivo central fue la innovación metodológica en la exploración de aurífera en los Andes chilenos para descubrir nuevos depósitos. El académico escogió trabajar con el metal dorado, porque el nuevo escenario mundial ha permitido un alza en su precio, por lo tanto el interés mundial está reapareciendo. “Si bien los ingresos que Chile obtiene a partir de la venta de oro no son muy altos, creemos que es una buena alternativa, así lo indican los datos geológicos, que señalan que el país podría obtener recursos razonablemente altos, lo que sin duda contribuirá a generar riqueza, empleos y al desarrollo del país. Es un potencial que no podemos descartar”.

 

LA RUTA DEL ORO

Cuando una roca se erociona suelta el grano de oro y como este es un metal dúctil y maleable, en la medida que se transporta va cambiando de forma. Bajo esa premisa se realizó este trabajo, en el que se logró desarrollar un método simple que logra a partir del análisis de la forma del cristal y a través de estudios geo químicos, determinar a qué distancia se encuentra del depósito madre y de qué naturaleza es.

Según las pruebas realizadas con esta simple tecnología a lo largo de todo país, se pudo determinar que las zonas con mayor potencial se encuentran en el Norte grande y desde la IV región hasta Santiago. También, se logró con éxito ubicar el depósito madre del Estero Marga Marga, que durante el período de la Conquista fue la “vedette” dentro de los lavaderos de oro existentes en el país.

Debido a que los costos de exploración son altos, este método resulta muy beneficioso en tanto abarata costos al permitir ubicar los depósitos y aumenta las probabilidades de éxito y certeza. Además, puede aplicarse en distintos puntos del país, por lo que atraerá mayor inversión extranjera en Chile y a largo plazo podría incidir directamente en la generación de riqueza y empleos. Cabe destacar, que a partir de la actividad minera por cada empleo directo se generan cerca de cinco, por el ámbito de servicios en general.

Para el académico Palacios una de las claves para que este proyecto pueda ser aplicado con éxito es no inhibirse a la posibilidad de encontrar nuevos depósitos. Además, destaca que debido a la exitosa recepción internacional de este proyecto ya hay compañías extranjeras interesadas en la metodología.

A su juicio, es importante resaltar también el importante rol que cumple la Universidad de Chile para que sus estudiantes reciban conocimientos de punta, como en este caso, los que pueden contribuir al desarrollo nacional, gracias a la “excelente iniciativa que es la CONICYT”.

 

CUADRO

En diciembre del año pasado los medios de comunicación dieron amplia cobertura al supuesto hallazgo en nuestro país, del yacimiento aurífero más grande del mundo, el cual estaría ubicado en la Cordillera de los Andes, al este de Copiapó y a 675 km al norte de Santiago. Así lo señalaron integrantes de la propiedad Minera Vulcano, quienes explicaron que tal reserva tendría una explotación cercana al millón de toneladas, lo que aseguraría una vida productiva del mineral cercana a los 400 años.

La certeza de haber encontrado el yacimiento, según afirmaron, se basaba en fotografías satelitales tomadas por la NASA donde era posible observar que la mina sería unas 4.200 veces más grande que El Indio, el mayor yacimiento aurífero descubierto en Chile.

Sobre el tema, que generó sorpresa y se prestó para múltiples especulaciones, conversamos también con el Prof. Palacios, quien señala que el tema fue tergiversado por la prensa. “Esto es absolutamente falso, está absolutamente descartado. Se trata de una inferencia periodística de una información errada. Cuando existen datos que pueden ser relevante para el país yo le pediría a los periodistas que investigaran más en serio”, sentencia.

 

U-Noticias

julio 2003

página 15

 

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