Noticias

Pensando en el futuro

Publicado 03-10-2003

Gobierno, empresa privada y Universidad de Concepción se unen para estudiar manejo de agua en el valle de Peumo.

 

Las diferencias entre un campo de rulo o secano y otro con sistemas de riego para sus cultivos, es tan abismal como la diferencia entre el día y la noche, diría el Ministro de Agricultura Jaime Campos, durante la ceremonia de inauguración del Proyecto Fondef “Tecnologías de manejo de agua para una agricultura intensiva sustensable”.

 

Durante la ceremonia, celebrada este viernes 03 de octubre, en el campo Peumo de viña Concha y Toro, quedaría claro que el manejo del agua, para el desarrollo de la actividad agrícola (sector productivo que hoy acapara el 84% del consumo nacional del agua) es indispensable. Pero tan indispensable como la necesidad de crear conciencia a los empresarios y a la comunidad de que este recurso natural no es renovable y que debemos actuar hoy con ayuda de la ciencia y la investigación, para no sufrir las consecuencias de su escasez en el futuro.

 

Este proyecto piloto, que de desarrollará en un plazo de cinco años fue presentado al Conicyt (Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica) por la Universidad de Concepción, bajo la autoría y dirección del profesor Eduardo A. Holzapfel Hoces. Holzapfel explicó que la investigación se llevará a cabo en la zona agrícola Valle de Peumo, comprendida entre Peumo y Las Cabras. Su tierra natal, y fiel reflejo de los cambios que la agricultura chilena ha experimentado a lo largo de nuestra historia. Además, una cuenca con un borde bien definido y cuya única fuente de agua es el río Cachapoal.

 

Durante la presentación se destacaría que en el valle de Peumo, el 50% del riego de sus cultivos -frutícolas principalmente-, se realizan actualmente por el método tradicional que emplea surcos en el suelo aprovechando el desnivel del terreno. La otra mitad, mientras tanto, posee riego tecnificado, ya sea por goteo u otros métodos.

 

Dentro de este contexto, el objetivo final del proyecto busca desarrollar y aplicar nuevas tecnologías que permitan a los agricultores aprovechar al máximo el uso del agua y sus tierras, mientras disminuyen el impacto ambiental y mejoran su calidad de vida. Para ello, en su etapa inicial, el proyecto realizará una evaluación científica del uso actual del agua en diferentes actividades agrícolas ( frutícola y vitícola) dentro el sector.

 

Una de las mediciones se realizará en el campo Peumo de Concha y Toro, lugar de donde provienen las uvas que dan vida a su destacado Carmenère Terrunyo. Para ello el campo ya cuenta con una completa estación meteorológica y se han instalado tres lisímetros en plantas de carmenère de 7 años. Cada lisímetro, semejante a un macetero gigante, de un metro de diámetro por metro y medio de profundidad aproximadamente, cobija todo el sistema radicular de la planta, regada por goteo. En su base cada recipiente contiene los sensores capaces de medir cuánta agua y sedimentos se van percolando o filtrando a través de un suelo franco arcilloso.

 

Según nos explicara Eduardo Hozapfel hijo, jefe del área de investigación y nuevos proyectos de Concha Y Toro, el proyecto permitirá ir midiendo la calidad del agua que le llega a cada agricultor, y la calidad del agua que cada uno devuelve a los canales de riego comunitarios. Lo que permitirá saber quién está haciendo qué en sus tierras y así poder determinar luego lo bueno y lo malo, para finalmente aprender y corregir los errores. Todo ello según diferentes variables, como el tipo de cultivo, riego y suelo.

 

Las mediciones permitirán medir incluso cuanto el suelo se va desgastando y la cantidad de fertilizantes percolados aplicados a las plantas. Razón está última por la cual Soquimich Comercial S.A. -productora de fertilizantes- es una de las empresas asociadas al proyecto y muy interesada en el resultado de sus análisis.

 

Las otras empresas asociadas, además de Concha y Toro – las cuales aportarán capital y profesionales de acuerdo a sus posibilidades- son Sofruco S.A., la Agrícola San Antonio de Padua, Huerto los Molinos, Coopeumo (una pequeña cooperativa agrícola de la zona) y la Asociación de Canales Unidos Peumo, quienes administran la distribución del agua de riego en la zona.

 

El análisis de datos y desarrollo de nuevas tecnologías que se realizarán en la Universidad de Concepción, estará apoyado además por profesionales de las universidades Hannover de Alemania; la Universidad de California y de Washington.

 

 

La experiencia de Concha y Toro

 

Andrés Larraín, gerente Agrícola de Concha y Toro, nos explica las ventajas que ya significan para sus campos la aplicación de los sistemas de riego tecnificados, y por lo cual viña Concha y Toro ya ha hecho el esfuerzo y la inversión por tener hoy el 85% de sus plantaciones con estos sistemas implementados.

 

Larraín destacaría por ejemplo que con el riego tradicional se necesitan 10 litros de agua por segundo para regar una hectárea de viñedos, mientras que con el riego por goteo sólo se necesita bombear medio litro de agua por segundo para regar la misma superficie. Además, al eliminar los canales de riego pudieron recuperar en Peumo un 14% de superficie para hacer nuevas plantaciones. Pues aquí, ya el 40% de sus 650 hectáreas plantadas, poseen riego tecnificado.

 

El único inconveniente del riego por goteo nos advierte, es su elevado costo, aún cuando su precio de instalación ha bajado al menos a la mitad en el plazo de los últimos diez años; pasando de unos US$ 4.000 por hectárea aproximadamente, a US$2.000.

 

La razón del bajo porcentaje de riego tecnificado que hay aún en Peumo, explica Andrés Larraín, se centra en las parras viejas -de más de 40 años- que aún mantienen. Pues según nos comenta, instalar estos sistemas a plantas viejas es muy complicado y finalmente poco eficiente. “Lo mejor es ir instalándolos a medida que se hacen las nuevas plantaciones o se reponen viñedos antiguos”, dice. Tal como lo han venido haciendo en sus 21 campos, distribuidos desde Casablanca hasta Villa Alegre.

 

Larraín junto a su equipo agrícola destacaría además la importancia de la innovación tecnológica, uno de los objetivos finales del proyecto. Los nuevos equipos que se importan cada año desde el extranjero, especialmente desde Israel, no sólo han permitido ir abaratando los costos de los materiales, sino la precisión del riego, tomando en cuenta parcelas de diferentes variedades, la inclinación y tipo de suelo.

 

En conversación con el Ministro de Agricultura, Alfonso Larraín, presidente de viña Concha y Toro, comentaría la importancia que ha empezado a tener para la imagen de Chile en el ámbito internacional el uso del riego por goteo. Ya que hace más de diez años atrás nos permitió comenzar a elevar nuestros viñedos a los cerros, al igual que los grandes productores de vinos del mundo. Una inversión que Concha y Toro inició en el año 1990 en su campo de Rucahue, en el mismo valle del río Cachapoal, y que al igual que este nuevo proyecto Fondef, se hizo pensando en el futuro.

 

Planetavinos.com

06-10-2003

 

 

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *