Noticias

Investigación con gusto a miel

Publicado 12-05-2004

nvestigación con gusto a miel

 

Otra vez la ciencia busca en la sabia naturaleza.

 

Lo que se planteó como una tesis de grado ha trascendido ese rango y se ha convertido en una investigación con grandes posibilidades en la Universidad de La Frontera. Dos estudiantes de Odontología de esa casa de estudios lograron probar los efectos antibacterianos de la miel regional para prevenir la carie y hoy trabajan para descubrir su utilidad práctica “in vivo”, es decir, en el tratamiento de pacientes.

 

Parece curioso o controversial que la miel, siendo un producto natural con notoria presencia de azúcares, pueda prestar ayuda para combatir las temidas caries. Pero así es. En estos momentos sus componentes son estudiados en el Departamento de Ciencias Básicas de la Facultad de Medicina, para lograr dar con un producto de utilidad preventiva en salud bucal.

 

Todo se inició en el 2002, cuando los alumnos Felipe Medina Guidotti y Francisco Donoso Martínez se lanzaron a la tarea de probar los efectos antibacterianos de la miel local en su tesis.

 

Con la asistencia del profesor asociado del Departamento de Ciencias Básicas y doctor en farmacia, Luis Salazar, la investigación consiguió respaldo como proyecto DI (Dirección de Investigación y Desarrollo) de la Ufro y este año tendrá continuidad y financiamiento a través del mismo DI. Paralelamente, en el 2003, el Programa de Financiamiento de Tesis del Gobierno Regional prestó atención y apoyo a este esfuerzo por conseguir nuevos conocimientos para La Araucanía.

 

ANTECEDENTES

 

El descubrimiento de las propiedades antisépticas de la miel se remiten, primero, a la medicina popular. Según los estudiantes y el académico a cargo de la investigación, la miel siempre estuvo en el botiquín casero de la gente, especialmente, para curar heridas.

 

En lo formal, el primer trabajo clínico en la materia se remonta a 1996, cuando médicos de un hospital suministraron miel a pacientes con cáncer para combatir la sequedad de la boca que les producía la radioterapia. Más allá de la referencia, que mostraba disminución de la presencia bacteriana, no hubo mayores indagaciones.

 

En el 2001, un investigador de Nueva Zelandia propuso estudiar la miel en el tratamiento de heridas, quemaduras, afecciones gastrointestinales -se ha demostrado efectos sobre la bacteria que produce úlceras- y sus posibles aplicaciones en enfermedades odontológicas y la carie. Pese a esto, aún son escasos los estudios publicados con pruebas in vivo.

 

 

HOY

 

Hoy, desde las dependencias de Ciencias Básicas de la universidad regional, se trabaja para precisar cuál es el principal componente antibacteriano de los cuatro tipos de miel local analizados.

 

Según los investigadores, hay muchos tipos de miel y hasta ahora se ha hablado del efecto de las azúcares sobre las bacterias cariogénicas, de la presencia de una enzima que produce agua oxigenada, pero como en aquellas mieles que no presentan esa enzima se da la característica en estudio, el tema requiere una nueva indagación. Por lo tanto, en estos momentos, el equipo de trabajo maneja la opción de la fuente floral con la que la abeja hace el néctar, esta “aportaría algunos compuestos que podrían ser responsables de la acción antibacterisida sobre las bacterias que producen caries”.

 

Los resultados de esta investigación aún son inciertos. Está la capacidad, el entusiasmo regionalista, pero se requiere del apoyo financiero de instituciones como Fondef de Conicyt y la empresa privada para llevarla a buen término, quizás a un producto farmacéutico concreto.

 

 

 

Fuente: Diario: El Austral de La Araucanía (Temuco – Chile) Página 11

Fecha: 12-05-04

Periodista: Eduardo Henríquez O.

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *