Publicado 05-06-2004
Método que desarrollarán académicos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile reducirá en un diez por ciento el costo del tratamiento, que hoy asciende a seis millones y medio por paciente.
Académicos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile modificarán genéticamente anticuerpos monoclonales, instalando en nuestro país tecnología única en Latinoamérica, que reducirá en un diez por ciento el costo de los tratamientos.
Además de ser una enfermedad altamente invalidante, la artritis reumatoídea es un mal que afecta a 74 mil pacientes en Chile. Los tratamientos de última generación tienen una estupenda tasa de respuesta, pero un valor aproximado de 6,5 millones de pesos por paciente al año, costo que no todos pueden pagar.
Esa es una de las razones que motivó a los académicos del Programa de Inmunología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, a instalar un laboratorio y, con recursos Fondef, generar la tecnología para crear anticuerpos monoclonales modificados, elementos básicos para una generar una droga que disminuye los síntomas y detiene el avance de esta enfermedad.
Los gestores de la idea son los doctores Juan Carlos Aguillón y María Carmen Molina. “Se ha demostrado que una molécula que es central en la respuesta inmune en todos los vertebrados, denominada Factor de Necrosis Tumoral o TNF, si está presente en concentraciones más elevadas que las normales se hace dañina, participando en procesos agudos como el shock séptico y en una serie de estados crónicos, tales como la artritis reumatoídea, el lupus eriteratoso sistémico, mal de Crohn y otras”, explica el doctor Aguillón.
Transferencia biotecnológica
Hoy existe la posibilidad de modificar genéticamente estos anticuerpos para hacerlos porcentualmente más compatibles con el sistema humano en términos de estructura química, labor que ya se ha hecho en el extranjero.
“Lo que vamos a hacer es, basados en los anticuerpos de ratón que ya tenemos, transformarlos genéticamente para crear anticuerpos monoclonales modificados para el reconocimiento de TNF, proyecto que, en un futuro próximo, debiera bajar ostensiblemente los costos de las drogas humanizadas que se utilizan en artritis reumatoídea, a la décima parte del valor actual”, señala la doctora Molina.
Del mismo modo, la especialista agrega que esta droga podrá ser utilizada para el tratamiento de las otras patologías relacionadas con el aumento de esta citoquina, como el mal de Crohn, colitis ulcerosa y espondilitis anquilosante, entre otras: “Lo que crearemos será una empresa de biotecnología”, acota.
Otros beneficios de esta empresa será que establecerá en Chile la capacidad para crear anticuerpos modificados para enfrentar molecularmente otras patologías, como un antídoto de las toxinas marinas que provocan el cuadro de marea roja o neutralizantes de componentes activos del veneno de araña de rincón.
En este proyecto los científicos trabajan en conjunto con el doctor Miguel Cuchacovich, jefe de la sección de Reumatología del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, académicos del Hospital Clínico de la Pontificia Universidad Católica de Chile, las clínicas Dávila y Las Condes. Como entidad asociada participa el Instituto de Salud Pública, mientras que como contraparte empresarial lo hace el laboratorio farmacéutico BestPharma.
La Nación
5 de junio de 2004
Cecilia Yáñez
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