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Criobiología permite crear implantes propios para pacientes con cáncer y quemaduras

Publicado 14-08-2006

Nada mejor para sanar que uno mismo

 

El congelamiento de células es la base de varios proyectos que en forma paralela se están desarrollando en la Quinta Región. En poco tiempo se podrá congelar células de un paciente oncológico o de un quemado grave para luego reimplantarlas en el mismo enfermo, según sus requerimientos.

 

 

Hace diez años podría haber sido un guión de película de ciencia ficción pero el avance de la investigaciones señalan que no está tan lejos un tratamiento definitivo para la artrosis, la regeneración de la piel en los grandes quemados y una ayuda para el cáncer a partir de la congelación de células del propio afectado.

 

Son las nuevas terapias que permite la ingeniería y los bancos de tejidos, potencialidades que ya se están trabajando en Chile gracias al desarrollo de la criogenia.

 

En la Quinta Región ya funciona el Centro de Ingeniería de Tejidos, un grupo pluridisciplinario e interinstitucional que une a las universidades de Valparaíso, Federico Santa María, Playa Ancha y el Instituto de Seguridad del Trabajador (IST) como contraparte clínica.

 

Este grupo lidera, con apoyo de un proyecto Fondef, una investigación que busca solución para grandes quemados a través de implantes autólogos de piel y otra iniciativa, con apoyo de Corfo, para el diseño de una matriz de cartílago que regenere las articulaciones dañadas.

 

El profesor de la Universidad de Playa Ancha, Sergio Tapia es uno de los que lidera el equipo. Experto en criobiología, doctor en Ciencias de la Universidad de Lausanne en Suiza y con más de 20 años de experiencia en la materia, Tapia explicó a La Nación que, en el caso del implante autólogo de piel, se trabaja en un procedimiento nuevo que está en trámite para la obtención de la patente.

 

El procedimiento se inicia con la toma de una muestra de piel intacta (biopsia). En el laboratorio, se multiplican las células y luego, sobre una estructura química que permite la vinculación de las células cultivadas con la piel quemada, se instala un soporte en las heridas para una mejor regeneración. El grupo está en la etapa final de los estudios preclínicos de este nuevo material celular y tramitando los permisos para iniciar la parte clínica.

 

Otra de las preocupaciones de este grupo es el implante autólogo de cartílago. Gracias a un proyecto Corfo y con la ayuda de la Escuela Politécnica Federal de Laussane (EPFL), están creando una especie de prótesis para las zonas de daño articular. Mediante una artroscopia, se toma una muestra de cartílago sano y se cultiva en laboratorio.

 

Con ese material, se diseña una matriz que tenga una consistencia y resistencia similar al cartílago articular. “Ya tenemos la metodología para el cultivo de células, estamos trabajando en el tema de la matriz, que una vez listo, comenzaremos a desarrollar el modelo”, señaló.

 

Células madre

 

Tapia también trabaja en una solución para la leucemia a través del implante autólogo de células madre adultas. La idea es obtener estas células (CD34) mediante un procedimiento de aféresis -técnica que permite la separación de los componentes de la sangre- para luego congelarlas y volverlas a implantar a través de una transfusión, una vez concluido el tratamiento de radio o quimioterapia que se haya indicado al paciente.

 

Esta técnica ya funciona en el país. El Hospital Dipreca hace un par de años trabaja con Tapia. “Hay pacientes que mantienen sus células congeladas y todavía no han tenido que utilizarlas nuevamente”, indicó.

 

Al mismo tiempo se trabaja de forma experimental en tumores sólidos. Las células, una vez transfundidas, se alojan en el tumor para poder circunscribir el desarrollo del mismo. Así se evita su crecimiento.

 

A futuro se piensa desagregar las células tumorales y así nuestras células podrán reconocer aquéllas que son cancerosas”, finalizó Tapia. LN

 

 

Detener la vida

 

El primer logro de la criobiología fue la posibilidad de congelar espermios para la fertilización in vitro. Hoy permite variadas posibilidades en la medicina, la investigación y la industria. Para que la estructura de los tejidos no se dañe por formación de microcristales, se realiza una congelación programada que puede llegar hasta los -196º. Esta técnica permite descongelar los tejidos cuando son requeridos para implante, siendo una alternativa de mejor pronóstico y menores costos que las prótesis artificiales.

 

Casi cualquier tejido es posible de crioconservar y luego descongelar, sin que el paciente deba someterse a una biopsia u otro tipo de procedimientos con nuevas muestras. Todo queda conservado en el banco de tejidos: piel, huesos, córneas, cartílagos, vasos sanguíneos, arterias y válvulas cardíacas.

 

CL.LA NACIÓN

LU 07/AGO/2006

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