Publicado 14-09-2006
Esteban Morales, descubridor de hidratos de gas submarinos, considera que yacimientos encontrados en 2005 podrían contribuir en forma importante a la independencia energética del gas argentino. Empresas de Norteamérica, Europa y Japón han mostrado interés por este recurso, pero no existe interés del gobierno ni de empresas chilenas a pesar que este descubrimiento lleva ya algunos años de estudio en el país.
Las nuevas restricciones y alzas de precio del gas natural argentino podrían impulsar a empresas transnacionales a invertir en el ambicioso proyecto de explotar los yacimientos de “hidratos de metano” descubiertos recientemente en el lecho de la costa chilena, garantizando el vital suministro de energía al país, estiman científicos.
Sin embargo, hasta ahora no ha existido interés del gobierno ni de empresas chilenas por involucrarse en este proyecto, que podría liberar a la industria y a las compañías eléctricas chilenas de su alta dependencia de recursos importados, con precios muy volátiles, como el petróleo y el gas natural argentino.
Los depósitos de hidratos de metano, que pueden ser convertidos en gas y comercializados, han sido investigados desde el año 2000, constatándose su existencia en las 4 expediciones efectuadas en el buque oceanográfico Vidal Gormáz, de la Armada de Chile.
Los hidratos de gas submarinos son un tipo de formación natural que contiene grandes cantidades de gas natural -principalmente metano- y agua, en forma de hielo, existentes en el fondo del mar frente a Chile y a otros países.
Empresas de energía de Estados Unidos, Japón, Canadá y Alemania han mostrado interés por este recurso, creando programas para desarrollar tecnologías de explotación apropiadas. Muchos expertos consideran que será uno de los “combustibles del siglo XXI”, pues su comercialización se hace cada día más viable por los altos petróleo, cuyas reservas se agotarán algún día.
Aunque en Chile hay grandes empresas de energía, públicas y privadas, hasta ahora no han mostrado interés por destinar fondos para investigar y explotar este recurso, por lo que el científico que pronosticó la existencia de estos depósitos de gas submarino cree que habrá que esperar hasta que grandes consorcios internacionales se interesen en su comercialización.
“En Chile aún no se considera la posibilidad de la explotación de los hidratos de metano como una alternativa real”, dice el doctor Esteban Morales, científico de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, y uno de los responsables del proyecto de hidratos de metano que hoy se desarrolla en el país.
“El Estado chileno podría darle un mayor respaldo (a esta fuente de energía), como el que ha recibido el caso de la geotermia”, dice Morales, cuyas investigaciones apoyadas por FONDEF, atrajeron la atención del Ministerio de Economía y de la Comisión de Energía del Senado en 2004, sin que eso estimulara un apoyo gubernamental más importante a estas exploraciones submarinas.
Morales, quien ha logrado prestigio internacional con sus investigaciones sobre hidratos de gas submarino, cree que Chile necesita modificar su “matriz energética” para liberarse de la alta dependencia del gas natural argentino y del petróleo.
“La matriz energética nacional está conformada básicamente por la energía hidroeléctrica, el gas natural, carbón y petróleo. El 37% de la energía consumida es petróleo, que es importado en 90%. El carbón representa también un 10% de la energía consumida y sus reservas seguras son del orden de 600 millones de toneladas”, explica el científico.
Morales está convencido de que si el Estado o empresas privadas apoyaran las investigaciones para explotar el gas natural submarino, dentro de algunos años Chile podría autoabastecerse de energía y convertirse en exportador de gas.
Aunque en el discurso oficial el tema energético está siempre presente, el gobierno no ha destinado recursos para desarrollar tecnologías que permitan algún día extraer y comercializar este recurso natural. Hasta ahora, todos los fondos conseguidos por Morales y su equipo de científicos de la Católica de Valparaíso y de la Universidad de Concepción, son muy escasos y provienen de programas concursables.
“Sin duda, si se inyectaran recursos económicos, podría acelerarse el proceso y de esta manera definir la tecnología más apropiada para la explotación del gas”, indica Morales.
Agrega el especialista que es bastante incomprensible que teniendo el país el grado de dependencia energética que tiene, proyectos de esta naturaleza, que apuntan en la dirección del discurso de la diversificación de la energía, tengan que estar sometidos al éxito o no de un concurso de proyectos, en circunstancia que el tema de los hidratos es una materia conocida. “Los hidratos de gas no son algo exótico o novedoso; son reales y las campañas en terreno lo han demostrado” afirma Morales.
En la actualidad, este equipo científico busca desarrollar la tecnología más adecuada y rentable para la explotación de los yacimientos submarinos, con fondos de un segundo programa Fondef, que se extiende hasta 2009.
La falta de apoyo nacional para llevar adelante estas investigaciones lleva al científico a pensar que los amplios depósitos de hidratos de metano existentes en una amplia zona de la costa central de Chile serán explotados solamente cuando una compañía internacional se interese en invertir en este negocio.
“Muchas veces me han dicho que mejor esperemos a que otro, en otro país, encuentre la fórmula que nosotros andamos buscando y, entonces, la implementemos”, dice el investigador.
Se estima que las reservas de hidratos de gas existentes en la costa chilena equivalen a varias veces las reservas mundiales de las fuentes convencionales, como gas natural y petróleo, aunque las exploraciones no están terminadas. Estos depósitos de metano pueden constituir la reserva de combustibles fósiles más grandes del planeta y si un pequeño porcentaje de éstos fueran extraídos, constituirían una importantísima fuente de energía.
Morales advierte que, pese a la solidez de la economía, Chile es “extremadamente frágil” en materia energética y la decisión política de “gasificar” al país, tomada en la década pasada, hizo que las industrias y las empresas eléctricas chilenas se hicieran extremadamente dependientes del combustible importado desde Argentina, que antes era barato.
“Nuestro país es extremadamente frágil energéticamente y carece de reservas de combustibles fósiles. Por ende, es fuertemente dependiente de la oferta y precios de estos recursos. Es imprescindible la exploración de otras fuentes energéticas que puedan tener más protagonismo a medida que el petróleo y el gas natural se hagan más esquivos y costosos”, agrega el científico.
Sin embargo, Morales no está muy optimista de que el Estado o empresas chilenas se decidan en el corto plazo en desarrollar la tecnología para explotar los vastos yacimientos de hidratos de metano que la naturaleza colocó frente a la costa chilena.
“Sería de gran interés e importante para el país que en algún momento se pudieran reunir los distintos agentes que tienen que ver con la energía para poder definir una política energética nacional inteligente. Es una tarea más que urgente, si se han creado comisiones para temas de relevancia actual como por ejemplo lo relacionado con la educación, me parece que el tema energético es quizás más grave e importante para el país, es una tarea que no puede esperar”sostiene Morales.
El científico teme que habrá que esperar hasta que grandes compañías de Estados Unidos, Japón, Canadá y Alemania, que han expresado gran interés por este recurso, se decidan a invertir en el gas submarino chileno.
Fuente: www.lasegunda.cl
Fecha: 07/SEP/2006
https://www.conicyt.cl/bases/fondef/fondef/PROYECTO/00/I/D00I1104.HTML
Deja un comentario