Publicado 14-09-2006
No de cualquier cultivo agrícola se puede afirmar que, además de ser altamente rentable, previene el avance de los desiertos y la caza de ballenas
Varios factores naturales restringen la expansión de las actividades agrícolas en Chile: las dos cordilleras que recorren de norte a sur el país, la aridez propia de extensas zonas rurales y el avance de la desertificación. Estos obstáculos no impiden sin embargo la plantación de algunas especies como la jojoba, potencialmente capaz de revertir dicho escenario. Por tal razón, el gobierno y diversas empresas chilenas han financiado, desde 1992, los proyectos de la Universidad de Chile destinados a proveer la tecnología de cultivo de esta planta.
La jojoba (Simmondsia chinensis), un arbusto nativo del desierto de Sonora, en Norteamérica, presenta amplias perspectivas para el aprovechamiento agrícola de las regiones áridas o semiáridas chilenas, como ya ha sucedido en Méjico, Estados Unidos, Israel o Australia. En estos países, al igual que en Chile, Argentina y Paraguay, ya se intentó introducirla en la década de los setenta, no teniendo siempre éxito debido a las técnicas erróneas aplicadas en el manejo de la especie.
La plantación de jojoba comenzó en una época muy reciente, considerando que la agricultura tiene miles de años de historia. Recién en 1933 se descubrió que esta especie produce una cera líquida hidrogenada de alta calidad, única en el reino vegetal y muy similar a la esperma de ballena. Localizada en las semillas, la cera o aceite de jojoba posee características físicas y químicas que lo convierten en un producto muy apreciado por las industrias cosmética, de lubricantes y farmacéutica.
CULTIVO RENTABLE Y ECOLÓGICO
Muy pocos productos naturales o sintéticos pueden competir con el aceite de jojoba. No contiene ácidos grasos como otras semillas de oleaginosas. Posee muy buenas propiedades lubricantes, por ejemplo: admite mayores cantidades de azufre que los derivados del petróleo, permanece en estado líquido, es altamente estable y no se oscurece durante los procesos de sulfuración. Presenta una estructura química muy similar a la del sebo humano, que permite emplearlo para elaborar productos cosméticos. Se trata, además, de un insumo renovable y biodegradable.
Sin agotar la descripción de sus usos y cualidades, esta cera líquida -que debutó en los mercados como sucedáneo más barato del aceite de ballena- muy pronto demostró una calidad superior a la esperma de los cetáceos, porque no se enrancia, es inodora, y no requiere de tantos tratamientos industriales para su uso. Además no podemos olvidar que los mamíferos marinos se encuentran en peligro de extinción y su caza es ilegal.
El futuro de la jojoba como cultivo resulta por tanto muy auspicioso. A modo de ejemplo: el precio de la semilla durante 2001/02 fluctuó entre los 2.85 y 3 dólares por kilogramo. El aceite, que constituye el 46% del contenido total de la semilla, se cotizó en el mismo período en US$8.5-10/Kg.
Las compañías fabricantes de cosméticos absorben hasta un 90% de la oferta global de esta cera vegetal, mientras que la industria de lubricantes adquiere casi en su totalidad el 10% restante. Desde 1976, cuando comenzó la producción comercial de la Simmondsia chinensis, la demanda se ha mantenido por encima de la oferta, sobre todo tras descubrirse las numerosas formulaciones y utilidades de esta planta.
OFERTA Y DEMANDA
A escala mundial, la superficie plantada de jojoba aumentará de 6.605 hectáreas en 2002, a 7.002 hectáreas a fines del 2003, lo que equivale a un incremento de la producción de aceite de jojoba, durante el mismo período, de 1.192 a 1.647 toneladas, provenientes principalmente de Israel, Argentina y Estados Unidos.
En 2001 la demanda de este producto ascendió a 1.892 toneladas -un 57% más que la registrada durante1997- y se prevé permanecerá en aumento en la medida que se instaure una oferta significativa y estable. Durante los últimos tres años, el precio y la oferta se han estabilizado notablemente.
En Chile las cifras indican la existencia de 45 hectáreas de jojoba plantadas con clones seleccionados hasta el año 2002, las que habrán aumentado en más de un 100% finalizado el 2003. Se calcula que en nuestro país pueden plantarse hasta 1.500 ha. del arbusto sin peligro de saturar el mercado mundial, en tanto los terrenos aptos sobrepasan las 15 mil hectáreas.
CIRCUNSTANCIAS PROPICIAS
Sumado a la gran disponibilidad de áreas idóneas, una coyuntura especial propiciaría aún más la expansión del cultivo de la jojoba en el territorio nacional. Las 2.200 hectáreas que existen actualmente en Estados Unidos mantienen una escasa productividad, debido a la baja calidad de los cultivares, las malas técnicas de manejo de las plantaciones, las condiciones climáticas adversas y el alto costo de la mano de obra.
Según la opinión de expertos internacionales en el tema, en el corto plazo Estados Unidos estaría reemplazando la jojoba por otras especies agrícolas más rentables y adecuadas. El vacío en la oferta debería ser cubierto, opinan los especialistas, por Chile o Perú, que cuentan no sólo con óptimas condiciones climáticas y mano de obra de menor costo, sino también con disponibilidad de clones de jojoba seleccionados de alto rendimiento. En el caso de nuestro país, gracias a la labor de I+D que lleva a cabo la Universidad de Chile desde hace más de diez años.
UTILIDAD DE LA EXPERIENCIA
Las pruebas de cultivo realizadas en nuestro país durante los años 70 no tuvieron el éxito esperado, pero dejaron a merced de los rigores de la naturaleza un valioso experimento vegetal que permitió realizar las selecciones futuras.
No se logró una producción satisfactoria desde un comienzo, ya que todas las plantaciones se iniciaron a partir de semillas en lugar de plantas seleccionadas, sin conocerse de antemano el sexo de los especímenes. La jojoba es una especie dioica (de sexos separados en distinto pie). El 50% de la población resultó ser masculina, por tanto improductiva, mientras que la proporción adecuada es un 7-10% de ejemplares machos. Los ejemplares femeninos presentaron además una gran variabilidad, tanto en la producción de semilla como en sus hábitos y otras características morfológicas.
Otra explicación del fracaso de los primeros experimentos chilenos es la errada selección de los terrenos para la siembra, realizada sin considerar el drenaje ni la incidencia de las heladas. La Simmondsia chinensis es un arbusto muy resistente a la salinidad del suelo, requiere nutrientes y volúmenes de riego inferiores a otras especies tradicionales y, en Chile, no la afectan plagas o enfermedades serias, lo que disminuye la necesidad de utilizar productos agroquímicos costosos y contaminantes. Sin embargo, es poco tolerante frente a las heladas y sufre un gran estrés hídrico si recibe más agua que la necesaria.
INVESTIGACIÓN Y DESARROLLO
La mayoría de aquellas plantaciones pioneras establecidas en Chile, ubicadas en las regiones I, IV y V, fueron posteriormente abandonadas o arrancadas. Sin embargo, durante los últimos diez años un grupo de investigadores de la Facultad de Ciencias Agronómicas de la Universidad de Chile, logró buscar y detectar ejemplares con alto rendimiento de semillas y otras características deseables. Seleccionaron y recolectaron estacas de los genotipos más productivos y de mayor resistencia probada a las condiciones climáticas y de suelo de las distintas zonas donde fueron inicialmente sembrados.
Este material fitogenético fue enraizado y luego establecido en 3 ensayos en la I y IV región del país. También fue enviado para su evaluación a diversos centros de investigación de Estados Unidos e Israel, confirmándose su calidad productiva. De manera simultánea, la Universidad de Chile importó varios especímenes clonales de Simmondsia chinensis procedentes de dichos países, para estudiar características tales como el contenido de aceite en las semillas y los parámetros de comportamiento de las plantas bajo condiciones chilenas.
Las variedades finalmente selectas, tanto locales como importadas, se tomaron como base para iniciar una producción semi-masiva de plantas de jojoba, con vistas a su posterior propagación comercial.
Durante todo el proceso de I+D, así como para el posterior escalamiento de esta producción, la Universidad de Chile contó con el financiamiento del FONDEF y del Fondo de Ciencia y Tecnología (FONDECYT) de CONICYT, y de PNUD/FAO.
En el año 2001, la Facultad de Ciencias Agronómicas de la Universidad de Chile recibió nuevos fondos de los mencionados organismos y entidades, para poner en marcha una Unidad de Selección y Propagación para la Venta de Material Fitogenético (USEP), que actualmente propaga y tiene a la venta material seleccionado de jojoba; y además de higuera, granado y alcaparra.
Hoy la Facultad ofrece a los emprendedores y empresarios, interesados en invertir en este prometedor negocio, un paquete tecnológico consistente en dos productos principales: la asistencia técnica en el manejo de los cultivos; y la venta de plantas de jojoba seleccionadas. La USEP tiene una capacidad de suministro de 100.000 plantas anuales. A la fecha ha vendido aproximadamente unas 110.000 plantas a diferentes inversionistas agrícolas desde la I a la V región del país. La Estación Experimental Las Cardas (IV Región) de la Facultad mantiene un stock de 1.500 plantas madres seleccionadas de unas 50 variedades de jojoba.
MÁS QUE UN ESPEJISMO
La jojoba, con sus requerimientos de suelo y clima propios de una planta de desierto, permite considerar algo más que un espejismo su plantación en zonas áridas y semiáridas de Chile.
El arbusto podría reemplazar a especies anuales tradicionales, hortícolas, leguminosas, forrajeras o cereales, que tienen mayores demandas hídricas e implican la rotura anual del suelo, práctica que acelera los procesos erosivos. También se aprovecharían mejor terrenos agrícolamente improductivos, o bien se lograría diversificar el uso de otras áreas cuya explotación no resulta rentable. Además, la estacionalidad propia de este cultivo permite el empleo de mano de obra en épocas de baja ocupación en la agricultura, lo que ayuda a combatir la cesantía.
Junto con la creación de la USEP, la Facultad consiguió financiar la difusión de las perspectivas de negocio del cultivo de la jojoba entre un mercado conformado principalmente por agricultores, inversionistas y empresas agrícolas ubicadas en zonas áridas o semiáridas, quienes buscan nuevas alternativas productivas. De esta manera, el equipo de académicos ha logrado que se establezcan plantaciones comerciales con clones seleccionados de jojoba en el Valle de Lluta (Arica), Diego de Almagro (cercano a Copiapó), Vallenar e Illapel.
BROTES EN EL DESIERTO
En varios terrenos donde antes sólo había pedregales, hoy la empresa SMC Ltda. tiene plantadas 14 hectáreas de jojoba, en la Comuna Diego de Almagro (III Región). A las 20 mil primeras plantas cultivadas hasta 2002, se sumarían otras 150 mil finalizado el 2003, gracias a la construcción de un vivero propio por parte de la empresa, con capacidad para producir 50 mil plantas al año.
Aunque SMC Ltda. sólo mantiene contratadas seis personas de manera permanente, en 2004 habría creado 90 empleos en total, para cubrir las labores de preparación de los terrenos, construcción de pozos, mantención de las plantaciones, trabajo en vivero y en una planta de producción de aceite que estaría lista para ese año. Debe considerarse también el trabajo que demandará la cosecha del 2004: unas cien personas por un período de dos a tres meses, en una temporada en que los demás cultivos agrícolas no generan actividades.
Las inversiones realizadas hasta la fecha por la empresa superan los 180 millones de pesos, entre la compra de equipamiento y maquinaria agrícola, la adquisición de plantas, mano de obra, etc. A partir del 2004 se obtendrían 35 mil litros de aceite por año. SMC Ltda. se ha contactado con diversas compañías, de Estados Unidos y Japón, que le ofrecieron comprarle la cantidad de aceite equivalente a la producción de hasta 1000 hectáreas.
Otro ejemplo de emprendimiento en este nuevo rubro agrícola es el de la empresa Alvarez y Caballero, que tiene cinco mil plantas cultivadas en un terreno ubicado en Illapel (IV Región). En septiembre de 2003 ya serían 30 las hectáreas plantadas y la primera cosecha está prevista para abril de ese mismo año. Los empleos que demandan estas plantaciones se calculan en 12 aproximadamente, 6 de ellos permanentes.
Las inversiones realizadas por la compañía hasta la fecha ascienden a 20 mil dólares anuales desde 1999, sin contar la compra de plantas. Este monto incluye la construcción de un tranque para proveer de agua a los cultivos, lo que implicará una menor inversión durante los próximos años. Toda la producción se prevé exportarla hacia Estados Unidos, donde existen compradores interesados en adquirirla.
MÁS INFORMACIÓN
(Proporcionada por Claudia Botti, Directora Del Proyecto)
Qué debe hacer un empresario o emprendedor interesado en invertir en el cultivo de la jojoba:
Disponer de un terreno adecuado: libre de heladas, con buen drenaje, buena luminosidad y altas temperaturas estivales. Contar con fondos para los costos de inversión, de aproximadamente unos $2.000.000/ha si es con riego por goteo, o de $1.000.000/ha si es riego por surco.
Regiones o zonas de Chile donde se pueden emplazar estos cultivos:
Desde la I a la V región del país. Es posible que en otras zonas, más al sur, también existan sectores con microclimas de características similares a las del norte chileno. Pero es importante que no presenten alta humedad atmosférica ni muchos días nublados.
Tiempo que tardan los cultivos de jojoba en lograr una producción comercial:
Los que emplean como material base plantas propagadas vegetativamente, como las que estamos ofreciendo, sólo requieren tres años para dar la primera cosecha comercial. La producción de semillas en plantas seleccionadas puede estabilizarse entre 2,5 y 4,5 Kg. por planta a partir de los 8-9 años, dependiendo de la variedad. Esto equivale a decir que 1 hectárea de jojoba podría producir entre 2,5 y 4,5 toneladas de semilla o entre 1,1 y 2,1 toneladas de cera líquida por temporada. La jojoba es una especie muy longeva. Se conocen ejemplares de más de 100 años que todavía se mantienen productivos.
Fuente: http://www.diariodelagro.cl/
Fecha: 25/SEP/2006
https://www.conicyt.cl/bases/fondef/fondef/PROYECTO/92/I/D92I1015.HTML
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