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Filtrar las ondas sísmicas es el nuevo desafío en la construcción

Publicado 12-04-2010

Abril, 2010. Hacer más rígida la norma de edificación, emplear dispositivos aisladores y asegurar construcciones críticas, como colegios y hospitales, es urgente en la reconstrucción. Algunos poryectos Fondef aportan en esta línea. Fuente: El Mercurio

 

Lorena Guzmán H.

“Como sociedad debemos asumir el costo de construir las líneas de servicios vitales y de edificios críticos (como escuelas y hospitales) con sistemas de aislación sísmica que aseguren tanto a las estructuras como su contenido”, asegura Juan Carlos de la Llera, ingeniero especialista en dispositivos antisísmicos de la Universidad Católica.

“Simplemente no debemos pensarlo”, dice enfático, y añade que “todas las estructuras en las que instalamos aisladores sísmicos o disipadores de energía aguantaron perfectamente, tanto el terremoto como las réplicas”.

Se refiere a la torre más alta de Chile (el edificio Titanium), al único puerto que quedó operativo en el sur (el muelle de Coronel), al Hospital Militar y puentes como La Cigueña y Cartagena 1 y 2, entre otros.

Sismo con anestesia

Con dineros de Fondef, De la Llera y su equipo están desarrollando estos dispositivos desde 1996. Hasta entonces, en Chile no se fabricaban.

Hoy, estadounidenses e incluso japoneses -“que están cien veces más adelante que nosotros en esto”-, han venido a ver cómo se comportaron las estructuras con aisladores “made in Chile”.

El muelle de Coronel fue el primero en el mundo en ser aislado con una técnica híbrida, utilizando aisladores en postes inclinados y pilares verticales. “La grúas quedaron intactas, mientras que la zona antigua, que no estaba aislada, quedó con daños estructurales”, cuenta el ingeniero.

Lo mismo pasó con el Hospital Militar. La zona aislada no sufrió daño ni pérdida de elementos en su interior, en cambio la no aislada se movió como una coctelera, desparramando todo en su interior.

“Los aisladores pueden reducir entre 6 y 8 veces los efectos del movimiento”, explica. “Y los disipadores de energía, como los instalados en el Titanium, bajan hasta en 40% la deformación de la estructura”.

Los sistemas pueden ser instalados en edificios nuevos y antiguos. En el caso de los primeros, su costo de entre 0,5 y 1 UF por m {+2} se compensa con la disminución en los costos de la estructura, ya que no necesitará ser tan antisísmica, asegura De la Llera.

En la U. de Chile también están desarrollando estos sistemas. Ellos aislaron el primer edificio en el país en 1992, la Comunidad Andalucía en Santiago, cuenta María Ofelia Moroni, del departamento de Ingeniería Civil.

Monitorearon tres estructuras aisladas sísmicamente durante el pasado megasismo. La mencionada Comunidad Andalucía, un tramo elevado de la línea 5 del Metro y el viaducto El Salto, en Viña del Mar. “Las tres edificaciones resistieron bien el terremoto”, cuenta Moroni, “pero miles de estructuras sin aislamiento también tuvieron un buen comportamiento”. Por ello, la experta asegura que aún hay que estudiar si “esta solución se justifica en todos los casos”.

Por su parte, Mario Fernández, director de Vialidad del Ministerio de Obras Públicas, asegura que en el proceso de reconstrucción “se estudiarán todos los dispositivos de aislación o disipación de energía que sean aplicables a puentes y que estén probados a nivel mundial”.

Así se debería normar

* Caracterizar el movimiento del suelo según el terremoto de febrero.

* Limitar los diseños que disminuyan la solidez de las estructuras.

* Idear un método que transparente el nivel de seguridad de los edificios.

* Regular las terminaciones, tabiquerías y cielos falsos.

* Fiscalizar el proceso de construcción con ingenieros estructurales.

* Incluir el movimiento vertical de los sismos en los cálculos de construcción.

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