Publicado 12-09-2010
Septiembre, 2010. Más de $13 mil millones para la ejecución de 42 proyectos entregó este año el Fondo de Fomento al Desarrollo Científico (Fondef) en su XVII versión del Concurso Anual de Proyectos de Investigación y Desarrollo, para fomentar la competitividad nacional promoviendo la vinculación entre las instituciones de investigación y empresas. Fuente: Diario Financiero
Por: Francisca Orellana L.
Rompiendo la tendencia de otros años, en que los proyectos del área acuícola lideraban las iniciativas ganadoras, en 2010 el sector salud obtuvo un crecimiento importante al liderar con nueve proyectos adjudicados, seguido por manufactura con siete y pesca y acuicultura con seis. Según el director del Fondef, Gonzalo Herrera, los temas de salud humana ha tenido un crecimiento importante en las universidades. “Hay mayores capacidades para hacerlo. Por años los científicos de alto nivel se han ligado en la biología básica. Pero en el último tiempo se han volcado en la investigación aplicada”. Destacó también el crecimiento en la cantidad de proyectos presentados al concurso, que llegó a 268, mientras que en 2009 se registraron 210 postulaciones.
Mejorar rendimiento de los anticuerpos terapéuticos
Mejorar el rendimiento productivo de los anticuerpos recombinantes, que sirven para tratar el cáncer y enfermedades autoinmunes, como la atritis reumatoide, es lo que pretende desarrollar los investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile. Proyecto que involucra una inversión de poco más de $ 638 millones.
Según explica el director del proyecto, el doctor Juan Carlos Aguillón, “se estima que de no mejorarse el rendimiento productivo de los anticuerpos recombinantes, la demanda creciente de éstos no podrá ser satisfecha en un futuro cercano, debido a que se prevé una explosión en la generación de nuevos anticuerpos terapéuticos, estimándose que al 2015 cerca de la mitad de los nuevos fármacos serán de este tipo, sumado al hecho que estos anticuerpos requieren ser administrados en altas dosis y por períodos prolongados”.
Por ello es que el proyecto considera aumentar la producción de anticuerpos recombinantes, “realizando cambios a los vectores portadores de los genes de los anticuerpos recombinantes, además de aplicar modificaciones a nivel genético de las líneas celulares productivas, que aumenten su tiempo de vida y capacidad de secretar proteínas en más de un 20% del rendimiento de los actuales sistemas productivos”, dice.
Aguillón agrega que el obtener mayores cantidades de anticuerpos, bajará los costos productivos, pudiendo “incidir en bajar los precios del mercado”.
Producción de proteína para tratar la anemia o problemas renales
Contar con la maquinaria e infraestructura necesaria para producir en Chile la proteína Eritropoyetina humana como biofármaco para tratar las anemias, problemas al riñón o distintos cánceres es lo que pretenden desarrollar los investigadores de la Universidad de Concepción, proyecto que involucra una inversión de $ 418 millones.
Según explica Jorge Toledo, director del proyecto e integrante del departamento de Fisiopatología de la Facultad de Ciencias Biológicas de la entidad, “gran parte de esta proteína que se utiliza en Chile se compra en Argentina, que tiene grandes plantas de producción”.
Por ello es que ahora comenzarán el proceso del desarrollo de la tecnología para la producción de esta hormona que está dentro de los cinco fármacos más vendidos a nivel mundial y que sirve para mantener los niveles de glóbulos rojos en la sangre.
“Como puede ser utilizada en múltiples patologías, tiene una amplia demanda a un costo aceptable”, indica.
Para el proyecto se empleará una tecnología diferente a la que se usa en otros países, que está en proceso de patentamiento, que busca producirla en células de mamíferos no transgénicos, procedimiento que según Toledo, es menos complejo que en el organismo humano.
El resultado de este proyecto dependerá el pasar a la siguiente etapa, y que requiere de nuevos fondos, para producir la hormona de manera masiva.
Desarrollo de celulosa premium gracias a la nanotecnología
Con el diagnóstico de que la calidad y, por ende, el precio al que se vende en el extranjero la celulosa chilena no es el óptimo, es que la Universidad del Biobío ejecutará un proyecto de desarrollo de nanotecnología para el mejoramiento genético del Eucalyptus globulus, que permitirá seleccionar los mejores clones y mejorar la calidad de las fibras requeridas para la producción de celulosa premium. En el proyecto, que involucra una inversión de $ 440 millones, están participando Bioforest de Arauco, Bosques Cautín, entre otros.
Según explica el director del proyecto, el doctor William Gacitúa, como las fibras de madera para la producción de celulosa sufren cambios físicos y la influencia de productos químicos degradan sus propiedades y resistencia, es que con la ayuda de la nanotecnología se va a poder medir esa degradación e identificar las etapas o procesos donde más se daña la fibra para revertir el proceso y mejorar la calidad final de la hoja de celulosa.
Gracias a la minimización de los factores de daño, “permitirá mejorar la competitividad de la industria nacional y de los actores ligados a la producción de la celulosa”, explica. Agrega que el beneficio de usar esta tecnología es que como trabajan con mediciones o muestras pequeñas, se puede trabajar en plantas que tienen dos a tres años, “y no esperar 15 años para corregir los planes de mejoramiento genético forestal”, dice. El presupuesto está destinado para compra de equipos, becas de postgrados y la visita de expertos.
Medición de efectividad de los biocombustibles
A pedido de la Conama y patrocinado por el Ministerio de Energía, la Universidad Técnica Federico Santa María (USM) realizará un análisis y base de datos con el potencial energético y emisiones contaminantes de los principales biocombustibles líquidos que pueden ser usados en el sistema de transporte y calderas industriales.
Con una inversión de $ 540 millones, el proyecto que se desarrollará en en conjunto con la Universidad Católica de Temuco, contempla “la quema” de biocombutibles de distintos orígenes, como micro algas, biomasa forestal, aceites orgánico, para medir sus emisiones contaminantes. El director del Centro de Tecnologías Ambientales de la USM y jefe del proyecto, Francisco Cereceda, explica que para ello utilizarán no sólo una cámara de combustión controlada a escala de laboratorio, sino que también harán mediciones en terreno en la Región Metropolitana con vehículos flex de bioetanol y otros con biodiesel de General Motors.
Cereceda cuenta que con los resultados, el Ministerio de Energía podrá conocer cuáles son las fuentes que tienen mayor potencia, mientras que la Conama sabrá cuál es la que contamina más.
“Contaremos con criterios confiables respecto al combustible que genera mayor energía y contamine menos, a fin de poder tomar una buena decisión acerca de cuál comprar, para cumplir con el decreto que obliga a las empresas de transporte a incorporar entre un 2% y 5% de estos combustibles”, dice.
Nuevas variedades de kiwis
Chile es el tercer productor mundial de kiwis con una sola variedad, llamada Hayward, que se caracteriza por su pulpa verde, sabor ácido y piel de pelos fuertes.
Países como Nueva Zelandia e Italia están ampliando su oferta con nuevas variedades de esta fruta, como una con pulpa amarilla o roja. Estos ejemplos llevaron a la Universidad de Chile a desarrollar un proyecto de mejoramiento genético -en conjunto con la universidad italiana de Udine-, que involucra una inversión cercana a $549 millones, para lograr kiwis de mejor calidad.
Rodrigo Infante, agrónomo y encargado del proyecto, estima que “nuevas variedades permitirían alcanzar precios de exportación un 30% más alto que el que actualmente alcanza esta fruta”.
Agrega que para el sector, esta investigación que se desarrollará también en Italia, “significará aumentar y diversificar el kiwi, que se encuentra limitado y por ende, vulnerable frente a países competidores”.
El proyecto considera importar variedades de China, Nueva Zelanda e Italia, para evaluar su desempeño técnico y comercial en Chile. Se realizarán cruzamientos entre diferentes variedades para generar individuos hijos y de éstos, seleccionar las mejores.
El programa de mejoramiento genético se hará con marcadores moleculares, que permitirá obtener resultados en un plazo de cuatro años. Mientras que bajo un programa tradicional puede tardar 10 años.
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