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La empresa que diseñó el sistema antisísmico del Titanium prepara su aterrizaje en Perú y México

Publicado 12-11-2010

Noviembre, 2010. Juan Carlos de la Llera , fundador de Sirve, reconoce que el terremoto los consolidó: si antes trabajaban en dos proyectos por año, hoy la demanda llega a los 50 pedidos. Fuente: El Mercurio

 

Por: Carolina Ubilla

 

Catorce años lleva Juan Carlos de la Llera estudiando sistemas para reducir vibraciones en estructuras y protegerlas de los sismos. Desde 2003 aplica esas soluciones a través de la empresa Sirve, una firma incubada en la Universidad Católica que estuvo a cargo de diseñar los sistemas de disipación de energía y aislamiento sísmico de la torre Titanium y del nuevo Hospital Militar, edificios que no sufrieron daños estructurales tras el terremoto del 27 de febrero.

 

Esto provocó que si antes la empresa trabajaba en uno o dos proyectos al año, ahora han debido aumentar en 35% su dotación de técnicos -totalizando 40 expertos- pues están en cincuenta proyectos al mismo tiempo. Además, están ad portas de internacionalizar el negocio a Perú y México. “Nos han llamado como locos de otras partes. Estamos tratando de cubrir la demanda interna y luego pasar a lo que es exportación”, dice Juan Carlos de la Llera, fundador y presidente de Sirve y actual decano de la Facultad de Ingeniería de la PUC.Los inicios de la empresa estuvieron motivados por el conocimiento que De la Llera y un equipo de profesionales y alumnos de la PUC pudieron generar entre 1996 y 1999, a través de investigaciones financiadas por el Fondef (fondos de origen estatal), que aportó unos $600 millones, cifra que les permitió implementar un laboratorio y realizar pruebas.

 

Un nuevo Fondef, en 1999, dio el pie para crear, en conjunto con la universidad, una empresa que lograra extender el negocio y comercializar las soluciones. Sirve comenzó a operar como tal en 2003. En la propiedad de Sirve participan De la Llera (49%), el académico Carl Lüders (3,5%), el fondo Copec UC (30%) y Dictuc (17,5%).De la Llera reconoce que no fue fácil emprender el negocio en un área que no tenía precedentes en el país. Cuenta que fueron pocos los que creyeron en su proyecto. “Estaba en EE.UU. terminando mi doctorado y a una persona muy querida mía, un profesor de la facultad, le conté lo que quería hacer en Chile. Me dijo: ‘Ni siquiera lo intentes, porque en Chile jamás esta tecnología va a poder ser introducida con lo conservador que es el ambiente'”.

 

De la Llera, sin embargo, fue persistente -característica de su personalidad, que atribuye a su formación deportiva en el tenis profesional- y lo intentó.Aparte de los recursos estatales no hubo mayor inversión inicial, y conseguir oportunidades para probar sus sistemas fue la principal dificultad. “Partimos con cero capital; esto era puro esfuerzo personal, trabajábamos los fines de semana, tocamos puertas para probar el aislamiento sísmico y disipación de energía en distintos edificios. Necesitábamos conseguirnos casos y fue súper complicado”.Sin embargo, hubo empresas que, preocupadas por las consecuencias que un terremoto podría tener en sus estructuras, decidieron incluir un sistema de protección y asumir el costo que ello significaba.

 

Sirve es una empresa que en 2009 facturó US$ 2 millones, cifra que, según los dueños, probablemente se incrementará en el corto plazo. Pese a ello, De la Llera asegura que lo importante no es ganar más dinero, sino generar soluciones adecuadas para las estructuras del país y a precios menores que los que podría ofrecer una empresa extranjera, únicos competidores de Sirve. “Hemos hecho soluciones desde UF 0,2 hasta 0,9 por metro cuadrado”, dice el académico.Lo importante, recalca, es aprovechar la oportunidad que tiene el país para seguir avanzando en estas tecnologías y capturar nuevos mercados. “Hay una oportunidad súper grande para que la ingeniería sísmica se desarrolle. Chile es un laboratorio natural para el mundo, y eso hay que darlo vuelta desde una desgracia a una oportunidad. En eso estamos nosotros”.

 

“CHILE ES UN LABORATORIO NATURAL PARA EL MUNDO, Y ESO HAY QUE DARLOVUELTA DESDE UNA DESGRACIA A UNA OPORTUNIDAD”, DICE DE LA LLERA.

 

Sus hitos

 

Financiamiento

 

Ganar un Fondef fue, según el ingeniero, el hito más importante dentro de todo el proceso, pues sin él, la empresa no habría podido formarse. “Lo más relevante fue ganar un concurso Fondef en una época en que nadie veía que se podían fabricar en Chile dispositivos que hoy día pueden competir a nivel mundial. Ahí, alguien nos creyó”.

 

El primer proyecto

 

Tras varios años de teoría, en Sirve estaban ansiosos por probar en terreno su innovación. De la Llera envió una carta al entonces rector de la PUC Juan de Dios Vial para pedirle apoyo e incorporar la tecnología a una estructura. La propuesta fue aceptada y el centro médico de San Carlos de Apoquindo se convirtió en el primer edificio con aislamiento sísmico desarrollado por Sirve.

 

Patentes

 

La tecnología que se utilizó en la Torre Titanium obtuvo su patente de invención este año. El sistema patentado se llama “U Shape” y consiste en disipadores metálicos que captan la energía del sismo, la acumulan en forma de calor y la liberan gradualmente al ambiente. Otros cuatro dispositivos se encuentran en proceso de patentamiento.

 

Datos personales

 

Juan Carlos de la Llera es ingeniero civil de la Universidad Católica. Posee los grados de Master of Science y Doctor of Philosophy de la Universidad de California en Berkeley, Estados Unidos. Está casado y tiene cuatro hijos. El mayor (22 años) estudia medicina en la UC, le siguen unos mellizos de 19 años, ambos en EE.UU: uno estudia en el MIT y el otro en Harvard. La hija menor aún está en el colegio.

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