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Finaliza primer crucero de investigación CONICYT – Armada de Chile

Publicado 14-12-2015

  • Un grupo de 25 investigadores realizaron una travesía en el Buque Oceanográfico Cabo de Hornos, que les permitió efectuar muestreos asociados a la investigación geológica del fondo marino y a la observación de la baja de oxígeno en el mar relacionado con las consecuencias del cambio climático.
Buque oceanográfico2

Diego López, oceanógrafo de la UCV, parte del grupo de Sernageomin; Victor Zanelli, secretario ejecutivo del Comité Oceanográfico Nacional, CONA; Osvaldo Ulloa, director del Instituto Milenio Oceanográfico, IMO; Valentina Astudillo, geóloga de la Universidad de Chile; Christian Nicolai, director ejecutivo de CONICYT; y el Comandante del Buque Cabo de Hornos, capitán de Fragata Felipe Fuentes.

Tras 23 días de navegación, el Buque Oceanográfico Cabo de Hornos de la Armada de Chile, culminó la primera expedición científica apoyada por la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica, CONICYT, a través del Programa de Investigación Asociativa, PIA.

Las dos iniciativas que se adjudicaron tiempo de observación en la nave científica apuntan a la transformación del fondo marino asociado a procesos volcánicos y las consecuencias del cambio climático en el Océano Pacífico. Durante la travesía los equipos de investigadores llevaron adelante muestreos y trabajo de laboratorio en alta mar.

El director ejecutivo de CONICYT, Christian Nicolai, destacó que los científicos que participaron de este viaje “recogieron muchísima información que puede demorarse incluso hasta dos años en ser procesada en una primera etapa, por lo tanto, hay que esperar también los resultados que se alcanzarán en los respectivos laboratorios”.

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El buque oceanográfico Cabo de Hornos, es considerado una de las cinco naves científicas más modernas del mundo.

Por otra parte, el director ejecutivo señaló que el primer acuerdo de colaboración entre CONICYT y la Armada, data de 1994 y se ha venido perfeccionando con el fin de apoyar la investigación en ámbitos en los que su avance requiere emplear infraestructura y equipamiento mayor. “Hoy tenemos un instrumento de cooperación que pensamos continuar impulsando, cuya importancia se relaciona con la información que nuestros científicos puedan obtener desde los más de cuatro mil kilómetros de costa que posee Chile”, indica.

El Concurso Nacional de Asignación de Tiempo de Buque Oceanográfico AGS-61 Cabo de Hornos, ofreció la posibilidad de postular a diferentes investigadores, siendo favorecidos dos grupos cuyos proyectos e itinerarios se ajustaban de mejor manera a las condiciones que tendría el crucero. Uno correspondió al Sernageomin y se asoció a un proyecto Fondecyt Regular, mientras que el segundo lo lleva adelante el Instituto Milenio de Oceanografía.

El doctor Osvaldo Ulloa, director del Instituto Milenio de Oceanografía y jefe científico del crucero, comentó que esta travesía es un sueño hecho realidad. “Por primera vez, tenemos la oportunidad de trabajar en una embarcación de esta envergadura y en excepcionales condiciones y estamos orgullosos de formar parte del primer grupo seleccionado por CONICYT que tiene la posibilidad de usar tiempo de navegación en un crucero que representa un salto cualitativo para la oceanografía chilena y que tomamos como una gran responsabilidad, pues nos permite demostrar que hacemos un trabajo de nivel mundial”, señaló.

Proyectos
El grupo del Servicio Nacional de Geología y Minería, Sernageomin, liderado por el doctor Luis Lara y que cuenta con el apoyo de Fondecyt, desarrolla la propuesta “Montes submarinos de la Placa de Nazca y procesos asociados”. Este proyecto orienta su trabajo a comprender la naturaleza geológica (geocronología, geoquímica) de los montes submarinos de la placa de Nazca, mediante el análisis de muestras de roca, así como comprender los procesos volcánicos que han controlado la forma de los montes submarinos.

La investigadora Valentina Astudillo, que integra el equipo de Lara y participó en la expedición, comentó que pudieron obtener muestras rocosas en distintas profundidades y que reportarán antecedentes novedosos para la investigación en el área.

En tanto el grupo de investigadores de la Universidad de Concepción y pertenecientes al Instituto Milenio de Oceanografía, abordan la propuesta: “Tramas tróficas y el ciclo del carbono en aguas de bajo pH y bajo oxígeno (Lowphox I): potencial impacto de El Niño”, proyecto bajo la dirección de Osvaldo Ulloa.

Su objetivo en la expedición fue investigar de manera integrada la Zona Mínima de Oxigeno (ZMO) del norte de Chile, con el fin de comprender las particularidades del ciclo de carbono en sus aguas, lo que permitirá entender y predecir el impacto combinado de la acidificación y pérdida de oxígeno de las aguas marinas, como consecuencia del cambio climático.

Buque oceanográfico

El Comandante del Buque Cabo de Hornos, capitán de Fragata Felipe Fuentes, junto al director ejecutivo de CONICYT, Christian Nicolai.

Nave de última generación
Para el comandante del Buque Cabo de Hornos, capitán de Fragata Felipe Fuentes, fijar este crucero hacia la zona norte del país, para llegar hasta la costa de Iquique, representó grandes ventajas, pues se hizo factible la ejecución de dos proyectos de investigación simultáneamente, que comparten el itinerario de navegación, lo que permite optimizar el uso de esta plataforma.

“Estamos prestando un servicio para que los científicos puedan desarrollar sus proyectos oceanográficos, poniendo a su servicio una de las plataformas de investigación científico-marinas más modernas de su tipo”, explicó el capitán Fuentes.

El buque oceanográfico Cabo de Hornos, es considerado una de las cinco naves científicas más modernas del mundo y posee una capacidad para albergar nueve oficiales, 34 suboficiales y marineros, y a 25 científicos durante los cruceros de investigación.

Su construcción fue pensada en torno a la oceanografía operacional para el estudio de fenómenos climáticos e interacción entre océano y atmósfera; la oceanografía geofísica para estudios submarinos relacionados con la deriva continental y de placas tectónicas en levantamientos batimétricos del fondo marino; evaluación hidroacústica para la contaminación y evaluación de la biomasa; y pesca para muestreo de especies.

Esta nave de última generación cuenta con un laboratorio húmedo de pesca, un laboratorio húmedo de usos generales, laboratorio químico, sala de operación de sensores acústicos y frigoríficos de 40 metros cúbicos de temperatura regulable

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