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Suma y Sigue: Iniciativa que busca mejorar la enseñanza de las matemáticas recibirá premio Unesco

Publicado 25-07-2018

  • Laboratorio radicado en Centro de Modelamiento Matemático de la Universidad de Chile, uno de los centros basales apoyados por CONICYT, busca mejorar la comprensión de fórmulas y ecuaciones, vinculándolas con aplicaciones concretas del mundo real.

Suma y Sigue ya ha sido usado por 1.400 docentes de educación básica, pertenecientes a 300 escuelas públicas urbanas y rurales de 30 comunas del país.

Sentada frente a su computador, una profesora estudia cómo la inclinación del eje de la Tierra influye directamente en las estaciones del año. Conceptos básicos de geometría permiten explicar este fenómeno, en el que los hemisferios norte y sur del planeta se mantienen más lejos o más cerca del Sol, dando origen al invierno, la primavera, el verano y el otoño. Los mismos que la docente debe enseñar a sus alumnos como parte del curriculum oficial de estudios.

Así, con ejemplos cotidianos que todos identificamos fácilmente, expertos del Laboratorio de Educación del Centro de Modelamiento Matemático, CMM, de la Universidad de Chile -apoyado por CONICYT a través de su Programa de Investigación Asociativa, PIA-, crearon un proyecto orientado a profesores que busca mejorar la calidad de la enseñanza de las matemáticas, vinculando fórmulas, ecuaciones y algoritmos, con aplicaciones concretas en el mundo real. Desde la probabilidad de ganar en un juego, hasta fenómenos como un eclipse de sol, todos son susceptibles de explicarse desde el punto de vista matemático.

El éxito de la iniciativa lo llevó a ser reconocido internacionalmente con el Premio Unesco-Hamdan bin Rashid Al-Maktoum 2017-2018, instancia que, desde hace diez años, destaca esfuerzos globales que logran obtener resultados ejemplares en el perfeccionamiento docente, contribuyendo a elevar la calidad de la educación. “Suma y Sigue propone un modelo distinto para aprender matemáticas a los y las profesionales de la educación. Ayudados por tecnología, se ven enfrentados a problemas de la vida diaria donde deben usar la matemática”, explica Salomé Martínez, directora del Laboratorio de Educación del CMM.

Orgullosa, Martínez cuenta que esta es la primera vez que Chile obtiene este galardón, que es otorgado a solo tres de los 150 países miembros de la Unesco, debido al carácter “innovador” de las propuestas presentadas. El premio será entregado en una ceremonia que se realizará en el marco de las celebraciones del Día Mundial de los Docentes, el 5 de octubre en la sede de Unesco en París.

Exitosa implementación

En Chile, los cursos de Suma y Sigue se han impartido a 1.400 docentes de educación básica pertenecientes a 300 escuelas públicas urbanas y rurales de 30 comunas, distribuidas en cinco regiones del país: Metropolitana, Libertador General Bernardo O´Higgins, Atacama, Coquimbo y La Araucanía.

La iniciativa utiliza la tecnología para que los y las docentes puedan abordar problemas de la vida diaria donde deben usar la matemática.

El programa se imparte desde 2015 a través de colaboraciones con el Mineduc y la Universidad de O´Higgins, para apoyar las capacidades docentes para la enseñanza de matemáticas. Los cursos tienen entre cuatro a seis talleres virtuales, tres talleres presenciales y dos instancias virtuales de evaluación, organizados en dos módulos. Cada uno tiene una duración de diez a 12 semanas, con un total de 50 horas pedagógicas, requiriendo una dedicación de seis horas pedagógicas semanales por parte de los y las docentes.

Salomé Martínez explica que el aprendizaje es integral, incluyendo una variedad de modelos de representación para comprender y comunicar procedimientos matemáticos. Esto implica aprender a analizar diferentes estrategias para la resolución de problemas y, también, anticipar dificultades de razonamiento que presentan niños y niñas asociados a diferentes tareas de este tipo. “La respuesta ha sido muy positiva. Los cursos son muy visuales y los docentes lo pasan bien trabajando en ellos”, dice la experta.

La investigadora del CMM ya prepara su equipaje para partir a Paris a recibir el premio Unesco, un reconocimiento –recalca- al enorme potencial que generan las alianzas entre diversas disciplinas científicas, en este caso, diseño, programación, matemáticas, ciencias sociales, entre otras. Dice que el apoyo de CONICYT ha sido fundamental en estos cuatro años que llevan desarrollando la iniciativa. “Nuestro proyecto existe gracias al Centro Basal. Esto nos ha permitido tener un trabajo continuo, sin estar preocupados de si tendremos o no los recursos para seguir funcionando al año siguiente. Nos ocupamos, simplemente, de permanecer a la vanguardia de la innovación educativa”, concluye.

 

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