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Proyecto de investigación de la PUCV encontraría solución a la presencia de “chanchitos blancos” en la fruta chilena

Publicado 08-02-2013

• La investigación fue financiada gracias al Primer Concurso de Valorización de Investigación en la Universidad del Programa Fondef de CONICYT.

Existe una familia de insectos denominada pseudococcus, o chanchitos blancos, que afecta gravemente a la fruticultura chilena, por ser su presencia la principal causa de rechazo en inspecciones fitosanitarias. De las cinco especies de importancia económica existentes en Chile, Pseudococcus calceolariae es la segunda de mayor impacto.

En la temporada 2008-2009, de las más de 260 millones de cajas de fruta exportadas, 5 millones 200 mil fueron rechazadas por esta causa. Lo anterior, no sólo significó que Chile contara con menores retornos económicos, dada la disminución de la fruta exportable, sino que además, aumentaran los costos de producción asociados al control de esta plaga.

Ante esta problemática, la estudiante del doctorado en Ciencias, mención Química, de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), María Fernanda Flores, desarrolló su tesis de investigación en un proyecto que, a través de un nuevo producto basado en trampas con feromonas sexuales, detectara y monitoreara la presencia o ausencia de la especie P. calceolariae en cultivos de interés, como la manzana, los berries y cítricos.

“Chile aspira a convertirse en una potencia agroalimentaria, y para ello debe cumplir con ciertos aspectos de inocuidad importantes. Las restricciones fitosanitarias y agroquímicas de países importadores de fruta chilena abren la necesidad de desarrollar nuevos productos para el control de plagas, amigables con el medio ambiente”, señala la investigadora.

Apoyada por su profesor guía, el Dr. Jan Bergmann, María Fernanda Flores postuló al Primer Concurso Valorización de Investigación en la Universidad (VIU) del Programa Fondef de CONICYT, se lo adjudicó y desarrolló un producto innovador que hoy le permitió formar la empresa CONTROL MIP Ltda., a través de la cual lo comercializará.

El producto, según explica la investigadora, consiste en un cebo que posee la feromona que emite naturalmente la hembra para atraer al macho, y una trampa pegajosa. El macho, al reconocer este estímulo, busca a su “hembra” quedando atrapado en la trampa. Con ello se detecta tempranamente la presencia de la plaga, lo que permite adoptar las medidas de control oportunas y necesarias para la incidencia de ésta en el huerto.

“Actualmente el agricultor aplica insecticidas de acuerdo al calendario que le entrega su asesor o agrónomo, pero estas planificaciones no necesariamente guardan relación con la presencia de la plaga en el campo, o con el momento más susceptible para la acción del agroquímico. Se convierten por lo tanto, en aplicaciones reiterativas o innecesarias”, indica María Fernanda.

“La ciencia debe entregar respuestas a las necesidades de la comunidad, por lo que este proyecto VIU representa un gran aporte no sólo para los agricultores de la región de Valparaíso, sino que de todo el país”, sentencia Paula González, directora del Programa Regional de CONICYT.

 

 

 

 

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