Publicado 12-09-2013
Que hace 5.830 años atrás los Chinchorro se alimentaron de polen de Typha angustifolia (cuyo nombre común es totora), sin duda es un importante hallazgo. Lo anterior fue expuesto en el VIII Congreso Mundial de Momias (del 6 al 9 de agosto, en Brasil) por la bióloga estadounidense Nicole Searcey, quien está trabajando en la línea de Arqueología y Antropología del CODECITE-CIHDE, proyecto del Programa Regional de CONICYT.
La becaria Fulbright, de 23 años, llegó en marzo pasado a la región para analizar las muestras de coprolitos humanos, es decir, desechos que pasaron por el tracto digestivo de los individuos que vivieron hace miles de años, específicamente de sitios como Camarones Punta Norte y Quebrada Chacarilla, para determinar cómo las poblaciones humanas se adaptaron al Desierto de Atacama y aclarar cómo los antiguos que habitaron esta zona del país (costa e interior) usaron los recursos naturales.
Y los resultados no tardaron en llegar, ya que Searcey, junto a su profesor Karl Reinhard y su colega Andrew Childers, descubrieron que un coprolito estaba lleno de polen, esto es un factor muy importante, porque antes sólo se tenía certeza de que los Chinchorro comían mucho alimento proveniente del mar, pero este coprolito fue la primera evidencia directa de que su dieta también abarcaba otros productos.
“Se hipotetizaba que comían vegetales, porque resultaba muy extraño que un grupo de individuos se nutriera únicamente de un tipo de alimento, pero no había evidencia concreta para afirmar aquello. Encontrar polen en un coprolito de Camarones Punta Norte quiere decir que se ingerían alimentos vegetales. Es probable que sea una práctica aislada”, explicó Searcey.
Igualmente la becaria agregó que: “encontrar una concentración tan alta en una feca significa que se estaban comiendo el polen. Además pudimos fechar que este data de hace 5.830 años antes del presente”.
Searcey expresó que esto será lo que expondrá en el Congreso Mundial de Momias que se realizará en Brasil, donde mostrará este importante avance respecto a la alimentación de los Chinchorro.
OTROS CAMPOS DE INVESTIGACIÓN
Al encontrar este polen, de inmediato surgieron otras preguntas, como si esta ingesta tenía alguna preparación especial, ya que mediante el análisis de restos en los coprolitos a veces se puede determinar si los alimentos se machacaron o si se cocieron. Puntualmente esta muestra determinó que quizás consumían el polen crudo.
Este importante avance abre otras puertas investigativas para nuevos estudios de coprolitos, según explicó la arqueóloga Paula Ugalde, quien dijo que en Acha – 2 (un sitio previo a los Chinchorro) se sabe, gracias a estudios de isótopos sobre huesos humanos, que en un 81,5% la dieta era en base de productos marinos, mientras el consumo de carne de animales terrestres y de vegetales sólo alcanzaba cerca de 10%, respectivamente.
“Nos habíamos quedado con esa idea, pero esto podría revolucionar lo que se sabe sobre lo que ingerían los cazadores recolectores costeros, por ejemplo, en cuanto a especificar qué tipo de plantas estaban consumiendo y cómo las estaban preparando”, recalcó Ugalde.
Finalmente, se puede destacar que los resultados son fruto del trabajo asociado de la Universidad de Nebraska, Universidad de Tarapacá y el CODECITE-CIHDE, y una labor que reunió a los investigadores Calogero Santoro, Karl Reinhard, Nicole Searcey, Paula Ugalde, Eugenia Gayo y Andrew Childers.
02-12-2019
Deja un comentario