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Discurso Inauguración “Programa Internacional de la Geósfera y la Biósfera (IGBP)

Publicado 11-10-2005

[11/10/2005]

Palabras de S.E. el Persidente de la República,
D. Ricardo Lagos Escobar,
en Inaguración de la Reunión del Programa Internacional de la Geósfera y la Biósfera
(IGBP-Cambio Global)
Punta Arenas, 20 de Enero de 2003

Estoy muy contento de que se realice en Chile este congreso científico de la máxima importancia, porque ciencia y tecnología son claves para mejorar el bienestar de las personas, ciencia y tecnología son claves para el éxito de nuestra participación en una sociedad mundial.

El camino de Chile pasa por las relaciones con esa sociedad mundial no solo en lo económico, en lo comercial, también en lo científico y en lo cultural. Y me alegra mucho que esta reunión sea aquí en Punta Arenas, en donde lo que estamos haciendo es recibirlos en una política de descentralización pero, aún más importante, los estamos recibiendo aquí en esta ciudad, ya que parte de lo que ocurre afuera produce efectos en particular aquí.

Como usted lo ha dicho, el objetivo de esta reunión es analizar el cambio climático y sus repercusiones en el plantea, y plantear en la segunda fase del programa una propuesta científica de cuál serán las medidas a adoptar ante el cambio global en los próximos 10 años.

El desafío que se han planteado es estudiar el medioambiente de la tierra como un sistema total. Lo importante es que el cambio climático hoy es un tema planetario, afecta a todos, también afecta a aquellos que no causan los cambios que se generan.

La gente de Punta Arenas no produce los Cloro Fluoro – Carbono, pero sufre sus consecuencias al igual que todos los países del mundo. Y Chile, en consecuencia, no puede desligarse de este tema. Nuestra larga costa, numerosas islas, la población que vive en sectores costeros, pueden verse afectados por un fenómeno en un futuro no tan lejano y, por cierto, esto también va afectar nuestro patrimonio ambiental.

La gran mayoría de los científicos de hoy considera que la creciente concentración de gases responsables del efecto invernadero en la atmósfera, nos está llevando a un cambio de clima significativo. Creo que es importante consignar que le cambio global no es un suave aumento de la temperatura, como pareciera indicar o dar a entender la expresión “calentamiento global”. El cambio climático, claro, es aumento de temperatura, pero es más que eso, porque ese cambio se va a expresar en tormentas, en sequías, en olas de calor, en huracanes y en muchos otros eventos.

Los efectos previstos por la mayoría de ustedes, los científicos, incluyen el aumento de la desertificación, la pérdida de suelos, la pérdida de especies de flora y fauna, asociada al retroceso que nosotros conocemos más de cerca de los glaciares, que modificará el paisaje de nuestra Patagonia y los habitat de numerosas especies en ella.

Por otra parte, así como el planeta está enfrentando el fenómeno del calentamiento global, también esta zona se ve afectada por otro fenómeno global, conocido como el debilitamiento de la capa de ozono estratosférico.

Como ustedes saben, y lo comentábamos con el Premio Nobel al entrar acá, la capa de ozono va reduciéndose paulatinamente en todo el planeta, pero en la Antártica y en esta zona más austral de América, se ha conocido el fenómeno del agujero de la capa de ozono, que afortunadamente en este año no ha aumentado, pero que ha significado un debilitamiento en otras zonas de nuestro territorio. Hoy tenemos una capa de ozono con un adelgazamiento cercano al 60% y el consiguiente aumento de radiación ultravioleta.

No hay peligro de vivir en Punta Arenas, no hay peligro de visitar Punta Arenas y sus alrededores, lo especial del aumento de la radiación es que es un fenómeno de origen humano.

Es un fenómeno que tiene su partida hace 100, 150, años atrás, con la forma como el hombre entiende su asentamiento en el planeta tierra, y este fenómeno se debe fundamentalmente, como todos sabemos, a la presencia en la atmósfera de los cloro fluoro – carbonos, los halones, las familias de gases de exclusiva factura humana y de múltiples aplicaciones.

Aquí el problema es de origen humano, y por lo tanto la solución tiene que ser también de origen humano, y por eso están ustedes acá. Chile forma parte de la comunidad de naciones que trabajan para enfrentar estos problemas, ratificamos la convención de cambio climático del año 94 y el Protocolo de Kioto en el 2002, que nos obliga a informar de las emisiones del país y a implementar los distintos instrumentos de control de emisiones de gases de efecto invernadero asociados al acuerdo.

El Protocolo de Kioto fue aprobado por consenso en diciembre del 97, y en virtud de él los países industrializados se comprometen a reducir, en un 5% en relación con lo que había en 1990, sus emisiones de gases de efecto invernadero entre el 2008 y el 2012, incluyendo los 6 gases principales que se generan. Este fue un compromiso histórico, por primera vez se busca revertir la tendencia ascendente de las emisiones que se inició hace 150 años.

En este mes, el Protocolo de Kioto ha sido firmado por 84 países y ratificado por 102, esto equivale al 43% de las emisiones que se generan en los países que lo han ratificado. Para que el protocolo entre en vigencia, se requiere que cubra el 55% de las emisiones totales del dióxido de carbono, y todavía estamos lejos de esa meta para que el protocolo entre en aplicación.

Chile ha hecho sus tareas, hemos ido cumpliendo paulatinamente los compromisos adquiridos y en la convención de cambio climático, el informe país que hicimos en Johanesburgo da cuenta de ello, de cuáles son las emisiones de nuestro país en el inventario de gases de efecto invernadero, identificamos todas las opciones de mitigación que hemos generado como país, los impactos de cambio climático en sectores relevantes para Chile y, asimismo, la forma en que estamos implementando instrumentos como mecanismos de desarrollo limpios, que presentan una gran oportunidad de co-financiamiento para inversiones, con grandes beneficios.

Chile, junto con ratificar el protocolo, ha participado activamente en los procesos de negociación de la implementación del mecanismo, destacando las gestiones para incorporar la forestación y reforestación como herramientas de capturas de carbono, las cuales fueron finalmente recogidas.

Estamos, en consecuencia, apoyando también el trabajo de nuestros científicos para entender las causas y consecuencias del cambio climático global y poder así plantear soluciones adecuadas a nuestra realidad.

Y respecto del adelgazamiento de la capa de ozono y las acciones que hemos realizado para enfrentarlo, Chile ratificó el protocolo de Montreal de 1990 y nos hemos comprometimos a eliminar gradualmente el uso de sustancias que dañan la capa de ozono hacia el año 2015.

Estamos capacitando empresarios con nuevas tecnologías, hemos desarrollado una fuerte campaña de sensibilización, siendo la primera de ellas la que hace la CONAMA del año 96, hemos otorgado subsidios de reconversión tecnológica por cifras cercanas a los 3 millones de dólares.

En otras palabras, Chile está cumpliendo los compromisos internacionales con respecto al agotamiento de la capa de ozono y estamos alcanzando las reducciones a que nos comprometimos en el Protocolo de Montreal para el año 2005. Ese año, Chile habrá cumplido las normas.

El gobierno de Chile ha aplicado medidas que han reducido en un 50% el uso de sustancias que dañan la capa de ozono. Chile ha hecho sus tareas y mediante una ley que enviaremos al Parlamento, vamos a prohibir en forma gradual las importaciones de sustancias que agotan la capa de ozono. Queremos dar una señal clara como país, contundente al mundo, de que nuestra población quiere que la comunidad internacional perciba que Chile ha tomado este tema con realismo y con decisión y la preparación de científicos y profesionales en esta área es una prioridad para nuestro país. Por eso, estamos buscando una participación más activa de nuestra comunidad científica en los distintos paneles científicos técnicos existentes, como es esta reunión acá en Punta Arenas.

Esto tiene que ver con cómo Chile quiere insertarse en el mundo y cómo queremos exportar productos limpios, que no afecten al medioambiente global.

Sin embargo, en esta reunión científica sobre el cambio climático, Chile puede afirmar que hemos cumplido nuestras obligaciones, pero esto no basta para superar un problema global como el que existe en este ámbito. Los problemas ambientales globales se resuelven de una manera global, si el cambio global es una realidad innegable, su impacto convoca al consenso de todo el planeta para actuar ahora con realismo y decisión; no podemos aceptar impasibles la degradación de nuestro medioambiente y hoy día es más indispensable que nunca buscar equilibrios.

Primero, el equilibrio entre el desarrollo económico y social y la protección del medioambiente. Segundo, el equilibrio entre el consumo creciente a que se refería el presidente de la IGBP en su intervención y la biodiversidad necesaria, el equilibrio entre el progreso de la gente y su calidad de vida. Digámoslo así, necesitamos una acción local, pero esa acción local tiene que ser concertada en el mundo.

La gran mayoría de ustedes, los científicos, han dicho su palabra sobre este tema, hoy no es tanto un problema de saber sino un problema de hacer, los efectos que tiene la acción del hombre en el clima son parte de un tema muy complejo y ustedes hoy día están dispuestos a profundizar más en el conocimiento necesario para entender el fenómeno del cambio climático.

Pero lo que hoy sabemos, nos alerta respecto de los peligros futuros, y es necesario tratar el tema ahora en lugar de posponerlo.

Hemos llegado a un tiempo donde hay hombres y mujeres sufriendo efectos climáticos hoy y cambios ambientales hoy, que no fueron creados por esos hombres y mujeres que lo sufren. El origen está lejos; el peligro está cerca para nosotros aquí, en Chile.

Y por eso aquí, en Punta Arenas, con motivo de este congreso, yo quiero hacer un llamado a los gobernantes de los principales países del mundo, a aquellos que producen buena parte de los gases del efecto invernadero, para que la acción se tome hoy. El Protocolo de Kioto es fundamental, pero si algunos países no quieren suscribirlo, yo quiero llamar a esos países a que digan ahora cuáles son las medidas concretas que se quieren adoptar, porque mientras discuten las medidas, aquí en Punta Arenas los efectos se sienten hoy. No basta aquí con una política nacional, porque el origen del tema se encuentra mucho más allá.

Si dentro de nuestros países es esencial promover y desarrollar bienes públicos al alcance de toda la población, el siglo XXI nos obliga a desarrollar los bienes públicos globales, en donde tener un medioambiente vivible es un bien público global, a cuyo logro deben contribuir todos los países sin excepción.

Sabemos que la dinámica del proceso de cambio climático es lenta, pero tenemos que comenzar a caminar en esta dirección ahora. Hoy es menos un problema de falta de conocimientos que de falta de coraje para atreverse a convertir las ideas en políticas concretas.

Y por ello, quiero pedir a los países industrializados que hagamos un esfuerzo concreto de políticas para parar hoy el daño a nuestro clima. Cuando hablamos de comunidad internacional no nos referimos sólo a los gobiernos, valoramos el trabajo de todos los grupos y personas preocupados y los resultados son ahora los que tenemos que abordar.

Esa es la razón por la cual me pareció tan importante participar personalmente como Presidente de la República en esta segunda fase de la reunión del Programa Internacional de la Geósfera y la Biosfera.

Desde nuestro punto de vista, creo importante señalar que si nos dirigimos a los principales países del mundo, a aquellos que son responsables por la mayor parte de los cambios que ocurren en el medioambiente, lo que estamos haciendo es simplemente señalar que este pequeño país cree en la participación de un mundo global, que obliga también a reglas de un sistema planetario que hoy no las tiene, y la mejor demostración es lo que aquí ocurre. Allá se producen los gases, acá recibimos los efectos.

Queremos tener también la posibilidad de decir algo respecto de la producción de los gases, porque acá nos afectamos nosotros. Si participamos en un mundo abierto y competitivo, lo queremos abierto y competitivo también para decir nuestra palabra de país pequeño, pero que cree hacer las cosas bien y que por ello tiene derecho a que otros también lo hagan bien.

Se requiere de coraje para iniciar la acción ahora y ese coraje lo demandamos porque aquí en Punta Arenas sufrimos los efectos de la inacción que se produce en los países más ricos. Estoy seguro de que las deliberaciones que tendremos en este congreso nos van a permitir avanzar con mayor decisión y con mayor fuerza en un planteamiento que requiere la acción del mundo ahora.Muchas gracias y éxito en sus deliberaciones.

PUNTA ARENAS, 20 de Enero de 2003.
Ems.