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Centros Regionales de CONICYT: Avances y Desafíos

Publicado 22-10-2007

A siete años de haberse creado el Programa Regional, los primeros Centros adjudicados muestran notables avances en la formación de recursos humanos altamente calificados y una importante contribución al desarrollo socio productivo de las regiones.

 

La Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica, CONICYT, creó el Programa Regional el año 2000 con el propósito de descentralizar el desarrollo científico y tecnológico del país, al promover la capacidad de investigación y formación de masa crítica de investigadores en regiones.

 

Siete años después de su nacimiento, el Programa Regional ha adjudicado 13 Centros, lo que implica una cifra total comprometida por CONICYT de 11 mil millones de pesos, a los que se suma una cantidad similar aportada por los Gobiernos Regionales en su conjunto. Estas iniciativas son financiadas adicionalmente por otras instituciones y entidades públicas y privadas, nacionales y extranjeras.

 

Los beneficiarios de estos proyectos son las universidades, públicas o privadas, institutos profesionales, institutos tecnológicos y de investigación (públicos o privados), corporaciones y fundaciones.

 

A la fecha, todas las regiones de Chile tienen su propio Centro, incluidas las nuevas Regiones de Arica-Parinacota y de Los Ríos. Sólo la Región Metropolitana, no está contemplada en este Programa.

 

De acuerdo a la Presidenta de CONICYT, Vivian Heyl, una mirada que abarque todo Chile en torno al desarrollo de la ciencia, la tecnología y la innovación “permitirá que la riqueza del país sea mayor, ya que cada una de las regiones contará con más capacidades y recursos para potenciar su crecimiento económico, social y cultural”.

 

Principales impactos

 

Según Mauricio Lorca, director del Programa Regional, “CONICYT, a través de los Centros, ha logrado instalar nueva infraestructura y capital humano avanzado, que han marcado una nueva forma de hacer ciencia en regiones”.

 

Entre los impactos más trascendentales de los Centros está la vinculación que han logrado establecer con entidades públicas y privadas, prestándole servicios a estas últimas y proveyendo información que apoya el desarrollo de sectores económicos y la confección de políticas pro desarrollo. Además, como estaba entre sus objetivos iniciales, se han convertido en referentes de Ciencia y Tecnología en las Regiones.

 

Una revisión detallada de las características, incluyendo aportes y desafíos de cada Centro, es lo que ofrecemos en este reportaje.

 

Los primeros Centros Regionales

 

El año 2001 CONICYT adjudicó, en el Primer Concurso del Programa Regional, tres entidades: el Centro de Investigación del Hombre en el Desierto, Integrando Pasado y Presente, CIHDE, de la Región de Tarapacá; el Centro de Investigación en Biotecnología Silvoagrícola, CIBS, de las Regiones de O’Higgins y Maule; y el Centro de Estudios del Cuaternario de Fuego-Patagonia y Antártica, CEQUA, de la Región de Magallanes.

 

El CIHDE, que hoy día se denomina Corporación Regional de Desarrollo Científico y Tecnológico del Hombre en el Desierto, tiene como propósito fundamental estudiar la interacción del hombre con el ambiente desértico.

 

Sus líneas de investigación incluyen la Agricultura en Ecosistemas Hiperáridos y Áridos, la Biología y Medicina de Altura, la Arqueología y Antropología Biológica y la Antropología Sociocultural; líneas que han generado un total de 67 proyectos de investigación.

 

Entre las debilidades y amenazas reconocidas por la Corporación, están la falta de experiencia en la transferencia del conocimiento científico básico a cuestiones aplicadas y la falta de un cuerpo de investigadores propios.

 

El centro se plantea como desafíos el poder consolidarse como una unidad de investigación científica que entregue aportes relevantes a la Región, especialmente en lo referente a las condiciones de vidas de sus habitantes. También es de mucha importancia para el Centro contribuir a la generación de una agenda Publica que involucre a actores públicos y privados, ya sean universidades, empresas, autoridades Regionales, etc. y así colaborar efectivamente en la elaboración de Políticas Públicas en el ambito de las problemáticas medioambientales y Socioculturales. Además de estas propuestas en el aspecto mas amplio del entorno, esta también la de mejorar los procesos administrativos internos, a partir del trabajo de estos cinco años, establecer un plan estratégico que permita la adjudicación de nuevos recursos para fortalecer las áreas de investigación que el centro trabaja.

Por su parte, el CIBS, único Centro Regional que une a dos Regiones (VI y VII), cuenta entre sus avances a la fecha, el haber cumplido su meta de formación de recursos humanos altamente calificados, con 17 investigadores que realizaron su doctorado. Asimismo, se instaló un laboratorio de Microbiología Básica.

 

Entre las debilidades del CIBS, su directiva considera que ha sido difícil unir a través del Centro dos Regiones muy distintas entre sí desde el punto de vista del nivel de desarrollo en ciencia y tecnología.

 

El CIBS se plantea como desafió un rediseño para así poder cumplir con su misión, es decir, fortalecer la estructura institucional y organizacional que permita orientar al Centro a la innovación a partir de la gestión de tecnologías, generando un plan de creación de alianzas con actores a nivel regional, nacional e internacional, y que en cooperación con el sector productivo permita ser un aporte al desarrollo económico y social del territorio.

En la Región más austral de Chile, el CEQUA, tiene como objetivo estudiar los cambios ambientales ocurridos durante el Período Cuaternario. Desde su creación, ha contribuido a formar un total de 14 doctores en ciencias, y sus investigadores han generado 56 publicaciones ISI.

 

En materia de desarrollo regional y productivo, los directivos del Centro destacan que los diversos estudios y descubrimientos científicos realizados se constituirán en nuevas rutas turísticas, lo que favorece este polo de desarrollo económico. Por otra parte, se atribuyen que el índice de competitividad Regional 2003 ubique a la XII Región en el tercer lugar a nivel nacional, lo cual sería un repunte debido en parte al incremento en el factor de ciencia y tecnología del que participa el CEQUA.

 

El CEQUA se propone para el fortalecimiento del nuevo ciclo que comienza en la existencia del Centro, en primer lugar, el gestionar la consolidación de infraestructura propia para el centro, además de lograr establecer convenios de cooperación y colaboración con otros centros nacionales e internacionales que en conjunto a una mayor vinculación con el sector productivo regional, permita la transferencia tecnológica en la Región y así contribuir al desarrollo de esta misma.

 

Centros Regionales creados con el segundo Concurso

El año 2002 CONICYT adjudicó el Centro de Estudios Avanzados en Zonas Áridas, CEAZA, en la Región de Coquimbo y el Centro de Investigación de Polímeros Avanzados, CIPA, en la Región del Bio-Bío.

El CEAZA se creó entre otros propósitos, con el de estudiar el efecto de las oscilaciones climáticas sobre el ciclo hidrológico y la productividad biológica, en condiciones naturales y bajo cultivo, en zonas áridas y semiáridas. Sus líneas de investigación incluyen Hidrología y Modelos, Biología Marina y Terrestre, Agricultura y Climatología y Acuicultura y Oceanografía; y entre los logros más importantes se cuenta la amplia red de cooperación establecida con instituciones extranjeras de alto nivel.

 

El Centro ha trabajado en proyectos de investigación para aumentar la productividad bajo cultivo de especies acuícolas como el ostión y el abalón y especies agronómicas como quínoa, vides, paltos, olivos y copao. Además, se definieron áreas de conservación de flora y fauna nativas en las zonas marino-costera y el secano.

 

Respecto del desarrollo regional y productivo, se generaron unidades de transferencia tecnológica en el Centro, aprovechando capacidades instaladas, que involucran temáticas como Biotecnología para Zonas Áridas y Energía Eólica.

 

Según el diagnóstico de su directiva, el CEAZA debe superar aún varias debilidades para mejorar su gestión, que radican en problemas de infraestructura y equipamiento y en la reticencia de parte del mundo productivo a interactuar e invertir en investigación.

 

El CEAZA se planeta un proceso de fortalecimiento que incluya el incremento de capacidades para generar bases de información territorial, dar los primeros pasos para crear una red de sensores de las condiciones marinas, generar una agenda asociada a la gestión tecnológica, e incrementar la capacidad para la vinculación con el sector productivo.

 

En la Región del Bío-Bío, el CIPA tiene como objetivo promover la generación y desarrollo de conocimiento científico y tecnológico, efectuando investigación de frontera en el ámbito de los polímeros.

 

Hasta la fecha, al Centro le han aprobado 32 proyectos de Investigación y Desarrollo, logrando atraer más de 2.500 millones de pesos en fondos concursables. Por otra parte, se ha generado 103 publicaciones en revistas científicas indexadas.

 

La contribución al desarrollo regional y productivo del CIPA se expresa en su estrecha colaboración con el Gobierno Regional, la Agencia de Promoción de Inversiones de la Región del Bío-Bío y las empresas del polo petroquímico regional. Se han creado dos empresas (spin off) a partir del Centro, se han licenciado 5 patentes comerciales y hay otras 2 en negociación.

 

Los principales desafíos que CIPA se propone, están en primer lugar en el sentido de lograr una vinculación efectiva con instituciones de investigación científica y tecnológica extranjeras, colaborando así a la formación de masa crítica y dar continuidad a las líneas de investigación planteadas por el centro. En segundo lugar, desarrollar e implementar una oferta de servicios especializados para las empresas, así mejorar la capacidad tecnológica y la transferencia de esta en la Región.

 

Más Regiones se suman al Programa

 

El año 2004 CONICYT a través de su Programa Regional adjudicó cuatro nuevos proyectos: el Centro de Investigación Científico Tecnológico para la Minería, CICITEM, en la Región de Antofagasta; el Centro de Genómica Nutricional Agroacuícola, CGNA, en la Región de La Araucanía; el Consorcio de Investigación en Nutrición, Tecnología de Alimentos y Sustentabilidad del Proceso Alimentario en la Acuicultura, CIEN Austral, en la Región de Los Lagos; y el Centro de Ecosistemas de la Patagonia, CIEP, en la Región de Aysén.

Ubicado en la Región con mayor explotación de yacimientos de cobre de Chile, la de Antofagasta, el CICITEM fue creado con la misión de generar investigación y desarrollo científico y tecnológico para la minería. Sus principales logros académicos hasta la fecha, y considerando que 2007 es el primer año operativo del Centro, son la mejora del equipamiento e infraestructura de las sedes de los investigadores, y la contratación de tres doctores en ciencias.

 

Sobre los avances en el ámbito productivo, se ha logrado establecer contactos con el medio regional y productivo, por ejemplo, la Agencia Regional de Desarrollo, la Asociación de Industriales de Antofagasta y diversas empresas, además de la comunidad en general. Los directivos consideran que el CICITEM hoy día está en condiciones de contribuir directamente al desarrollo regional en el marco del Cluster Minero.

 

Las principales dificultades y amenazas del Centro radican en que no existe aún en la zona una relación fluida entre Centros de Investigación regionales y empresas mineras. Tradicionalmente las gerencias que toman las decisiones en cuanto a inversión en innovación, operan en Santiago o en el extranjero y contratan fuera de Chile los servicios que podría realizar el CICITEM.

 

Como principal desafió el CICITEM, plantea institucionalizar su estructura, de manera tal que logre desarrollar un plan de negocios, imagen corporativa, estrategia y agenda propia que le permita posicionarse como punto de referencia en su área de desarrollo.

 

Mucho más al sur, en la Araucanía, el CGNA tiene como propósito mejorar la competitividad de la agricultura y la acuicultura, tanto de la región como de todo el país. En el ámbito académico, el CGNA ha conseguido otorgar becas de doctorado financiadas por entidades externas, estadías de investigación en el extranjero, y visitas al Centro por parte de expertos internacionales en las áreas de Nutrición de Especies Acuícolas, Ingeniería Genética y Metabólica en Plantas.

 

En cuanto a desarrollo regional y productivo, el CGNA se atribuye el hecho de que la Araucanía ya cuente con cuatro Unidades de Investigación, que albergan seis Investigadores nuevos (cinco de ellos con el grado de Doctor) y equipamiento que potenciará la Región en el ámbito científico tecnológico.

 

El principal desafió del Centro esta dado en el sentido de lograr convertir a la Región de la Araucania en la protagonista de materias primas vegetales para la cadena del agro acuícola y agro alimentaría en general, generando para el logro de este desafió equipos de ejecución de proyectos, desarrollo de patentes, negocios tecnológicos, publicaciones, etc.

 

El CIEN Austral, otro de los centros adjudicados durante el tercer concurso del Programa Regional, tiene como objetivo fortalecer la competitividad y sustentabilidad ambiental de la industria de alimentos principalmente en la región de Los Lagos.

 

Hasta la fecha, el CIEN Austral ha postulado a 30 proyectos de diferentes fondos de fomento de Investigación, Desarrollo e Innovación (I+D+I), participó en la construcción de 3 nuevos laboratorios de investigación y ha realizado presentaciones en congresos internacionales, entre otros logros académicos.

 

En otros ámbitos de acción, el Centro ha participado en la organización de seis seminarios científico-técnicos de difusión orientados al sector productivo, y abiertos a la comunidad; y ha elaborado diferentes proyectos con orientación productiva junto a 25 empresas y 22 instituciones u organizaciones diferentes.

 

Como desafió el CIEN Austral se plantea el desarrollo de alianzas tanto con el sector Productivo, como con otros centro de investigación de carácter internacional. También pretende incrementar la capacidad de respuesta a la demanda de Ciencia y Tecnología, y poder ser capaces de llegar a prospectar las necesidades científico-tecnológicas del sector alimentario como un producto real de desarrollo regional.

 

El CIEP, en la Región de Aysén, se constituyó con la misión de identificar patrones y comprender los procesos que operan en los ecosistemas patagónicos y sus mecanismos asociados, desde el origen de las aguas continentales hasta el océano adyacente.

 

Entre sus logros en materia académica destacan las publicaciones en co-autoría entre investigadores nacionales y extranjeros; la formación de un Comité Científico Internacional con investigadores de reconocimiento internacional; y una gran cantidad de tesistas de pregrado y postgrado desarrollando investigaciones en ecosistemas patagónicos.

 

Por otra parte, se crearon tres empresas durante el primer año de ejecución del Centro y se están ejecutando proyectos de Investigación y Desarrollo especialmente destinados a satisfacer necesidades técnicas y científicas de empresas del sector.

 

El CIEP se planeta como primer desafió la constitución legal del consorcio que lo conforma. Desarrollar una agenda de cooperación con instituciones del ámbito científico nacional e internacional, así como también con organismos públicos y privados en la región. El Centro dará inicio también al programa de becas de doctorado para la generación de Profesionales de alto nivel en el ámbito de la investigación.

 

Completando el Círculo

 

El año 2006, CONICYT adjudicó 4 nuevos Centros, con los cuales ahora cada región tiene el suyo propio. Estos son: el Centro Regional de Investigación de Energía y Aguas, CIDEA, en Tarapaca; el Centro Regional de Investigación y Desarrollo Sustentable de Atacama, CRIDESAT, en la Región de Atacama; el Centro Regional de Estudios en Alimentos Saludables, CREAS, en la Región de Valparaíso y el Centro de Ingeniería de la Innovación Asociado al CECS de Valdivia, en la recientemente creada Región de Los Ríos.

 

Como se trata en todos los casos de entidades de reciente creación, sus gestores hablan de las fortalezas y oportunidades, más que de resultados, que aún son demasiado incipientes.

 

El CIDEA tiene entre sus objetivos prospectar y dimensionar fuentes alternativas de energías renovables en el extremo norte de Chile, optimizar el uso de los recursos hídricos y articular el desarrollo de la actividad acuícola. Entre las fortalezas del Centro está su masa crítica de investigadores en las áreas de acuicultura, tratamiento de aguas y energía solar fotovoltaica, además de la disponibilidad de laboratorios y centros de investigación acuícola. También se cuenta con contactos internacionales de importancia en las áreas de energías renovables.

 

El CRIDESAT, en la Región de Atacama, tiene entre sus propósitos el desarrollo de capacidades para generar alternativas productivas en minerales industriales. La región posee recursos de gran potencial, que requieren necesariamente de investigación, desarrollo y tecnologías para su explotación y comercialización. En la III Región existe una importante contaminación ambiental de los suelos, recursos hídricos y atmósfera, que también requiere el desarrollo de capacidades en I+D+I.

 

El CREAS, en la V Región, tiene como misión generar una plataforma de excelencia para el fortalecimiento regional de capacidades de I+D+I en productos y procesos alimentarios de calidad, inocuidad y con efectos positivos sobre la salud humana, que contribuyan al desarrollo regional y nacional.

 

Finalmente, el CII, asociado al Centro de Estudios Científicos (CECS) de Valdivia, tiene como objetivo encauzar la investigación a los temas relevantes para el desarrollo de la Región de los Ríos. Entre los impactos esperados por el Centro para los próximos 5 años está la incorporación de visiones y experiencias de escala internacional mediante el trabajo con expertos extranjeros en materias de vinculación y transferencia de la innovación.

 

Las áreas donde la fortaleza científica del CECS le confieren un gran potencial para la innovación al nuevo Centro, son la Biología, la Glaciología, el Cambio Climático y la Física Teórica.