Entrevistas

“La clave consiste en tener en cada sala de clases un docente competente”

Publicado 03-12-2008

Rafael Correa, Director del Centro de Investigación Avanzada en Educación:

[03/12/2008] Este académico e investigador, cuyo proyecto fue seleccionados en el Primer Concurso Nacional para la Creación de Centros de Investigación Avanzada en Educación de CONICYT, se refiere a las dificultades de la enseñanza de las matemáticas y cómo espera contribuir a la superación los problemas de equidad presentes en el sistema educacional en Chile, entre otras temáticas.

Rafael Correa estará a cargo del Centro de Investigación Avanzada en Educación, adjudicado por CONICYT en el marco del Primer Concurso Nacional para la Creación de Centros de Investigación Avanzada en Educación realizado por la Institución. La iniciativa recibirá un total de 450 millones de pesos anuales, durante los próximos tres años y tiene entre sus objetivos realizar actividades de desarrollo e innovación que permitan mejorar la formación de docentes, la gestión de procesos educativos y las políticas públicas.

Entre 2000 y 2007 Correa fue director del Centro de Modelamiento Matemático; además director Ejecutivo de CONICYT y vicepresidente de la Comisión Latinoamericana de Ciencia y Tecnología en la primera y segunda mitad de los años noventa, respectivamente.

Este académico ha realizado numerosas investigaciones en Fondecyt, Fondef y el MECESUP desde hace más de 30 años. Se graduó de Ingeniería Matemática por la Universidad de Chile en 1971 y tiene dos Doctorados, incluyendo uno en Ciencias Matemáticas en la Universidad Blaise Pascal, Francia, en 1986. Desde 2006 es director del Programa de Investigación en Educación de la Universidad de Chile.

Consultado sobre cómo se corresponde su amplia experiencia en el campo de las matemáticas, como ciencia, con su interés por el tema de la Educación en general, medita un buen tiempo antes de responder:

“Por una parte la Educación es un tema que, se ha visto claramente, nos interesa mucho a todos los chilenos. Cuando uno viene del mundo científico y aborda este tema de la Educación, colectiva e institucionalmente como es nuestro caso, obviamente este interés adquiere ese acento”, asegura el investigador. “Nuestra preocupación por los problemas y retrasos, nuestro compromiso con las necesidades de desarrollo de los niños y jóvenes, nuestro sueño de igualdad de oportunidades para todos, de un país más inclusivo, culto, de gente independiente para tomar decisiones razonadas, se articuló en nuestra comunidad de científicos en torno a preguntas de investigación, a proyectos de I+D (Investigación y Desarrollo) que venimos ejecutando desde el año 2000 en el Centro de Modelamiento Matemático de la Universidad de Chile. Esa actividad va creando una manera de mirar, de entender, de aproximarse al tema. Desde esa perspectiva el tema de la educación surge como un ámbito de trabajo científico complejo, extremadamente multidisciplinario, que abarca desde la investigación básica fundamental, hasta el desarrollo, las aplicaciones, la innovación”, añade Correa.

¿Considera que la participación conjunta de varias universidades en un proyecto de este tipo aporta diversidad de criterios de investigación, o puede fragmentar la perspectiva del trabajo?

El hecho de que participen, junto con la Universidad de Chile, la Universidad Católica de Valparaíso y la Universidad de Concepción se explica porque hemos establecido estrechos vínculos de trabajo conjunto en el tema, hemos desarrollado proyectos colaborativos, por largo tiempo, y hay redes de trabajo ya creadas. En estas universidades hay investigadores y equipos de trabajo con quienes hemos compartido la construcción de esta perspectiva multidisciplinaria para abordar nuevos temas en Educación. No son las únicas con quienes hemos colaborado así, pero son muy importantes; juntos representamos una diversidad interesante y el equilibrio regional y territorial es otro factor que nos atraía a todos. Ahora bien, la existencia del trabajo previo, los diálogos avanzados, las visiones compartidas, son cruciales para ahorrar tiempo. Uno de los desafíos mayores que enfrenta la iniciativa de creación de un Centro de Estudios Avanzados en Educación es el tiempo. Se requerirá ser extremadamente veloz; acelerar procesos cuya velocidad natural es insuficiente para provocar los cambios que se buscan.

Usted habla, en los objetivos de su proyecto, de “superar la segmentación de especialistas y de tomadores de decisiones”. ¿Cómo espera integrar a todas las partes? ¿A qué tipo de instancias abiertas se refiere?

Más que instancias formales, se necesita avanzar en los diálogos correspondientes. Las políticas públicas y la investigación tienen ámbitos bien distintos, restricciones, responsabilidades, propósitos diferentes que deben respetarse mutuamente. Se trata de aumentar ese respeto e interés mutuo. Y en eso las responsabilidades son compartidas. Los investigadores no debemos esperar los estudios “encargados” por el Ministerio. Y las autoridades y tomadores de decisiones deben escuchar, atender y apoyar las iniciativas de investigación seria. Esto es algo que está ocurriendo en Educación y que ya avanza muy bien.

¿Cómo explicaría usted, de manera concreta, el proceso mediante el cual la investigación avanzada que realizará el nuevo centro permitirá mejorar -específicamente la equidad- de la educación?

Dos ejemplos mostrarán esto. La mayoría de los estudiantes de menor nivel socioeconómico estudia en establecimientos administrados por los municipios; es bien notable darse cuenta que, a pesar de su relevancia evidente, el tema de la educación municipal no ha sido objeto prioritario ni de investigación ni de políticas públicas. Nuestro Centro lo ha definido como una de sus prioridades, y en este tema trabajaremos con académicos de diferentes facultades de la Universidad de Chile, con nuestras universidades socias en este proyecto, además de investigadores de la Universidad de Talca. El conocimiento que generemos acerca de los problemas y potencialidades de la gestión local de la educación pública será entregado y discutido directamente con los responsables de esa gestión.

Otro ejemplo, de un área diferente: cada vez más -nos guste o no- la adquisición de las habilidades de razonamiento matemático se han vuelto críticas para el ciudadano contemporáneo y una llave para acceder a algunas de las profesiones y puestos de trabajo de mayor prestigio. Sin embargo, Chile tiene un enorme déficit en la formación matemática de su población, lo que incluye a muchos docentes. Nuestro Centro se nutrirá del trabajo de varios matemáticos de primer nivel que han comenzado desde algunos años a acercarse a los problemas de la enseñanza escolar de las matemáticas.

Contrario a lo que muchos piensan, ellos están convencidos que enseñar la matemática más fundamental, la de los primeros cursos de la Educación Básica, es una tarea muy difícil, por lo que el país debe entregar a los profesores de esos cursos mejores herramientas que en la actualidad, comenzando por una buena formación inicial. Si no hacemos esto, las profesiones de elite seguirán siendo principalmente para los hijos de la elite.

En orden de importancia, ¿qué factores son los que más ayudarían a mejorar la educación en Chile? ¿Formación de docentes, gestión de procesos, políticas públicas?

Para estar a la altura de los desafíos nacionales en educación, se debe trabajar en varios frentes; además, Chile tiene los recursos, y la educación, la prioridad política y social, como para no tener que elegir entre uno y otro de los factores que Ud. menciona. Por otra parte, la gran mayoría de quienes se han dedicado rigurosamente a analizar la situación educacional chilena (el Consejo Asesor Presidencial, la OECD, el Banco Mundial y muchos académicos nacionales, varios de ellos de nuestro propio Centro) coinciden con esta idea. La Presidenta lo ha expresado bajo la metáfora de construir “una nueva arquitectura de la educación chilena”.

La noción intuitiva más básica en educación sigue siendo correcta: la clave consiste en tener en cada sala de clases un docente competente. El problema es que cuando se analiza porqué es tan difícil hacer esto realidad uno se da cuenta de que en política educativa es imprescindible trabajar en todos los frentes: si los salarios no son atractivos, muchos de los jóvenes más talentosos no querrán ser profesor; si las condiciones de trabajo en las escuelas no son adecuadas, muchos de los buenos profesores buscarán otro trabajo; si la gestión institucional de las escuelas no está centrada en los desafíos de la enseñanza, los profesores más débiles no mejorarán y las buenas prácticas de los más capaces no se diseminarán, etc. Tenemos que convencernos de que mejorar la educación es una tarea compleja, posible, pero compleja.

¿Considera que queda mucho por hacer en cuanto a políticas públicas?

Desde la vuelta a la democracia, Chile ha sido y es un ejemplo de un país que no está conforme con la educación que entrega a sus hijos, y ha sido enormemente creativo y persistente en implementar políticas de muy diferente tipo, orientadas a mejorar la calidad y la equidad educativas. Esta disconformidad y este sentido de urgencia no debemos perderlo. Nosotros estamos convencidos que la investigación científica puede y debe ser un complemento de esa inquietud y voluntad de cambio expresada en las políticas educacionales, aportando mayor evidencia, para ser más prudentes, para prever los efectos no deseados de las políticas, para rediseñarlas o discontinuarlas cuando sea necesario; para explorar nuevos caminos, ensayando y evaluando constantemente. En fin, en esto consiste la idea nuclear de nuestro Centro en este campo: hacer que cada vez más las políticas educacionales estén basadas en evidencia. Esto no quiere decir que los intereses y demandas de los actores sociales no cuenten, pero sí quiere decir que quienes toman las decisiones deben estar al tanto de quiénes serán los más beneficiados o perjudicados con determinadas medidas. Esto es muy relevante en educación, donde los actores más importantes (los niños, especialmente los más pobres) no tienen un grupo organizado que les represente, en un campo en que todos los demás actores son muy fuertes.

¿Cuál es su opinión de que el Gobierno, a través de CONICYT, esté destinando fondos a la investigación en Educación?

Fue a finales del Gobierno de Lagos, que un grupo de investigadores de la Universidad de Chile, logramos sensibilizar al Ministro Bitar de la necesidad de dar base científica a las políticas públicas en educación y que para esto era absolutamente necesario realizar una inversión fuerte en investigación en este campo. Que el Gobierno haya decidido implementar una iniciativa en este sentido a través de CONICYT me parece adecuado. CONICYT es la institución nacional con mayor experiencia y prestigio en la asignación de fondos para la investigación, desarrollo e innovación, y aquí estamos hablando de investigación en educación.