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Chilenos y chilenas quieren seguir avanzando en igualdad de género pero se les hace cada vez más difícil

Publicado 17-05-2010

Informe de Desarrollo Humano del PNUD constata que:

[17/05/2010] Según el Informe, la mayoría de las personas estima que la desigualdad ha disminuido, al 89% le parece importante seguir avanzando en este ámbito y un 71% confía en que así será. Sin embargo, el 40% de los hombres y el 50% de las mujeres consideran que la relación entre ellos es muy desigual.


El Informe sobre Desarrollo Humano (IDH) en Chile 2010, titulado “Género: los desafíos de la Igualdad”, plantea que hoy pocos dudan que nuestro país ha vivido cambios profundos en las últimas décadas que han resultado en un mayor grado de igualdad en las relaciones de género. Un 76% de las personas considera que, comparado con diez años atrás, las desigualdades entre hombres y mujeres en Chile han disminuido, y más del 93% reconoce que las actuales leyes protegen mucho más que antes a las mujeres.

Lejos de creer que se ha alcanzado la meta de la igualdad de género, un 40% de los hombres y un 50% de las mujeres piensan que la relación entre ellos es muy y bastante desigual. Y comparado internacionalmente en este aspecto, el país aparece rezagado. Mientras en el último Ìndice de Desarrollo Humano mundial, Chile se ubica en un alto lugar (44 entre 182 países) en el acceso a educación, salud e ingresos, si se analiza el acceso de las mujeres a los cargos de poder (Índice de Potenciación de Género, IPG), el país ocupa el puesto 75 entre 109.

Según el Coordinador del IDH, Pablo González, “aún persiste la distancia entre la igualdad de género que las personas desean y la que realmente viven, lo que se constituye en una fuente de tensiones importantes para las relaciones entre hombres y mujeres”. Por ejemplo, en el ámbito del trabajo, la incorporación de las mujeres al mercado laboral ha crecido de 32% a 49% en las últimas dos décadas (1987-2006, CASEN). Cada vez se valora más que la mujer trabaje jornada completa en la mayoría de las situaciones familiares (con o sin hijos). Sin embargo, el Informe constata que pese a estos avances, las mujeres se topan con un núcleo duro al interior del hogar y otro en su lugar de trabajo: por un lado, las tareas domésticas y de cuidado siguen siendo casi exclusivamente responsabilidad de ellas (Gráfico 1), mientras que por el otro, reciben menores remuneraciones y tienen contratos más precarios, entre otros.

 

Estas tensiones también se reflejan en las ideas que tiene la gente respecto de los roles de hombres y mujeres en la vida cotidiana: 62% de las personas se resiste a la plena igualdad. Al desglosar esa cifra se observa que un 18% se identifica como “Machistas” (creen que los hombres tienen el poder, mandan y proveen, mientras las mujeres obedecen, son madres y esposas), otro 18% como “Tradicionales” (el hombre y la mujer deben complementarse en sus roles tradicionales para quererse y apoyarse), y un 26% como “Pragmáticos” (estiman que se pueden cambiar los roles de acuerdo a las necesidades, pero hay que mantener las diferencias y la moral tradicional). El 38% restante está compuesto por las Luchadoras” (15%, principalmente mujeres que sienten que lo dan todo pero que ellos se llevan las ventajas) y por los “Liberales” (23%, creen que las diferencias no existen y que somos todos iguales y autónomos) (Ver Gráfico 2). Así las cosas, las imágenes que la mayoría de las personas tiene respecto de los roles de hombres y mujeres constituyen un obstáculo difícil de sortear para seguir avanzando en la igualdad de género.

 

En el ámbito de lo público, aún cuando ha aumentado la presencia de mujeres en diversas esferas de poder, el año 2009 ellas ocuparon sólo un 22% de los altos cargos políticos (legisladores, poder ejecutivo, partidos políticos, entre otros), mientras en el poder económico (directores y gerentes) sólo un 5% eran ocupados por éstas (Ver Gráfico 3). El rango de paridad óptimo de 40/60 (mínimo 40% y máximo 60% de cualquier sexo) propuesto por Naciones Unidas es una realidad lejana para las mujeres en Chile dado que se topan con núcleos duros, tales como la nominación de candidatos a cargos de representación popular, la cultura interna de los partidos políticos y una discriminación implícita en los procesos de selección de altos cargos de las empresas.

 

En suma, el país quiere seguir avanzando hacia una plena igualdad entre hombres y mujeres. Sin embargo, para enfrentar a los llamados núcleos duros identificados en el Informe, se requiere de voluntad política, deliberación social, innovación en las políticas públicas y cambios en las prácticas de todas las esferas de la sociedad. Se trata de una exigencia normativa pero también de un imperativo práctico para el país: una equilibrada presencia y participación de hombres y mujeres, tanto en la vida privada como en el ámbito público, es imprescindible para que Chile siga avanzando en su Desarrollo Humano.

Al hacer entrega de este estudio al Presidente de la República, el Coordinador Residente del Sistema de Naciones Unidas en Chile y Representante Residente del PNUD, Enrique Ganuza, señaló que “este Informe muestra la relevancia de mantener activo un debate público que abogue de manera sostenida por los objetivos de una agenda de igualdad de género. Estamos convencidos de que Naciones Unidas debe ser un actor relevante en ese debate”, indicó.

El Informe de Desarrollo Humano 2010 integra una amplia gama de estudios: encuestas de opinión, un mapa de representaciones culturales de relaciones de género, otro mapa sobre género y elite, un análisis de las trayectorias laborales de hombres y mujeres ingenieros comerciales, otro análisis de las consideraciones de género en la selección de personal de los headhunters, y profundiza en temas de violencia, medios de comunicación, reforma legislativa e implementación de programas de género en el Estado, entre otros.

Más información en: http://www.desarrollohumano.cl/