Publicado 19-07-2010
“La inauguración de una línea de apoyo a proyectos de I+D de interés público en Fondef de CONICYT ha permitido destinar una parte de sus recursos hacia proyectos de alto nivel científico, orientados a abordar importantes desafíos sociales y estratégicos para Chile y sus regiones. Así, dentro de poco podremos contar con tecnologías acuícolas que incluyan en la producción a los pescadores artesanales y con una vacuna que prevenga las graves enfermedades respiratorias que sufren nuestros niños a causa del virus sincicial”.
Asociamos casi automáticamente innovación con aumentos de productividad y, últimamente, con mejoramientos en la situación competitiva de empresas y naciones. Efectivamente, los incrementos de productividad en el sector productivo exigen una actividad permanente y creciente de innovación, una parte de la cual proviene de la investigación científica y del desarrollo tecnológico (I+D) realizados en nuestro país. Sin embargo, la generación de bienes y servicios públicos o de iniciativas necesarias para beneficiar a sectores vulnerables de la población también requieren esfuerzos importantes de innovación. Y, probablemente, estas innovaciones necesitan basarse en mayor medida en I+D doméstica. Es lo que llamamos I+D de interés público.
Es el caso, por citar algunos ejemplos, de la investigación que busca soluciones técnicas para los graves problemas de contaminación atmosférica que afectan a nuestras ciudades; o de aquella que pretende resguardar la salud de la población y, al mismo tiempo, la actividad productiva de los pescadores artesanales amenazadas por los fenómenos recurrentes de la marea roja; o bien de la que intenta crear sistemas de información que permitan a las fuerzas policiales una prevención más efectiva de la delincuencia.
Pero, yendo más allá de la casuística, ¿qué es el “interés público”? Esta es una noción de uso común en el ámbito jurídico, pero de muy difícil definición operativa. Según Walter Lippman, filósofo y politólogo norteamericano, “el interés público es aquél que los hombres escogerían si vieran claramente, pensaran racionalmente y actuaran desinteresadamente”. El interés público, así, sería el resultado necesario de la interacción social entre personas informadas, inteligentes y altruistas. No es necesaria una mayor argumentación para afirmar que no todas estas virtudes están siempre presentes en nuestra vida social, por lo que las sociedades modernas suelen confiar la preocupación por el interés público en el Estado o bien en instituciones particulares que han decidido consagrarse a su consecución. En definitiva, para efectos de promover y apoyar la I+D de interés público, en Fondef de CONICYT entendemos que el interés público se refiere a la provisión de aquellos bienes o acciones que son de valor para el conjunto de la colectividad, o para sectores amplios de ella, sean estos provistos por el Estado o no, y que no sean apropiados en exclusividad por agentes individuales. Esta definición incluye proyectos de I+D cuyos resultados caigan en alguna de estas categorías: (a) bienes públicos; (b) bienes estratégicos-país; (c) bienes orientados a sectores sin capacidad de pago.
En lo que se refiere a las características que distinguen a los proyectos de I+D orientada hacia el interés público de otros proyectos de I+D (precompetitivos, por ejemplo), es notable destacar que la especificidad de estos no reside siempre en la naturaleza misma de la investigación, sino más bien en los mecanismos escogidos para transferir sus resultados a los usuarios finales. Dicho de otro modo, un mismo proyecto de investigación puede ser de interés público o precompetitivo dependiendo de la forma que se escoja para hacer efectivos sus resultados entre sus destinatarios. Un corolario interesante de lo anterior es que el interés público no se contrapone al interés privado, sino que constituye un grado de agregación mayor de este y se logra a través de diferentes mecanismos sociales.
De hecho, la investigación aplicada siempre pretende generar impactos, de diferentes tipos, a través de la utilización de sus resultados. Pero el camino a través del cual se producen esos impactos puede diferir mucho de un tipo de proyectos a otro. La investigación aplicada de tipo precompetitivo utiliza los mecanismos de mercado para hacerlo, mientras que la I+D de interés público requiere de agentes “públicos” (no siempre estatales) para hacer posible la materialización de esos impactos. Esas son las instituciones que denominamos “mandantes” en nuestros proyectos de interés público.
La inauguración de una línea de apoyo a proyectos de I+D de interés público en Fondef de CONICYT ha permitido destinar una parte de sus recursos hacia proyectos de alto nivel científico, orientados a abordar importantes desafíos sociales y estratégicos para Chile y sus regiones. Así, dentro de poco podremos contar con tecnologías acuícolas que incluyan en la producción a los pescadores artesanales y con una vacuna que prevenga las graves enfermedades respiratorias que sufren nuestros niños a causa del virus sincicial.
Gonzalo Herrera Jiménez
Director Ejecutivo
Programa Fondef de CONICYT