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La prevención es clave en el tema de la obesidad, sostiene una de las autoras de libro financiado por CONICYT

Publicado 19-07-2010

Publicado a través del Centro de Regulación Celular y Patología:

[19/07/2010] María Paz Marzolo considera que ya cuando la persona es obesa, es muy difícil revertir esta condición.

Hoy le queda muy claro a la bioquímica María Paz Marzolo que, en el tema de la obesidad, la prevención es fundamental.

“De verdad, cuando ya la persona está obesa, y es obesa mórbida, es muy difícil cambiar esta condición porque se producen cambios en el sistema nervioso central”, observa la doctora Marzolo, Profesora Asociada del Departamento de Biología Celular y Molecular, Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad Católica. “En esta condición se producen alteraciones que impiden el buen funcionamiento del sistema mediante el cual el cuerpo se entera de que hay energía acumulada en forma de grasa y niveles de glucosa de sobra. Es como si el organismo estuviera siempre en estado de necesidad de consumo”.

Desde que se tituló, la investigadora María Paz Marzolo, autora del libro "El peso de la obesidad en el siglo XXI", ha ganado varios proyectos Fondecyt.

Hace poco, el Centro de Regulación Celular y Patología (CRCP) presentó el libro de difusión “El peso de la obesidad en el siglo XXI”, de las doctoras María Paz Marzolo y Ada Cuevas Marín.

La obra (que se distribuye en forma gratuita en la Facultad de Ciencias Biológicas de la UC y que cuenta con una versión digital en el sitio web www.bio.puc.cl ) aborda diversos aspectos de un mal que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es una epidemia mundial que afecta a 300 millones de personas en el mundo. En el prólogo de la obra, el Dr. Nibaldo Inestrosa señala que “más de 4 millones de chilenos sufren de esta enfermedad actualmente”. La obra abarca el origen de la enfermedad, sus bases biológicas, consecuencias, tratamientos y los últimos adelantos.

-¿Existe una especie de termostato que le indica a uno que ya debería estar satisfecho? ¿Es eso lo que deja de funcionar bien?

“Claro, lo que ocurre es que ese switch está alterado. El cuerpo también se las ingenia para acumular energía en forma de grasa, que no gasta”.

Es como si el organismo viviera en un estado de déficit.

“Ahí se producen cambios hormonales también”, comenta la profesora Marzolo, que tiene un doctorado en Ciencias Biológicas, mención Biología Celular y Molecular, de la Universidad Católica (1997). “No es solamente la acumulación de grasa. El tejido adiposo funciona también como un órgano endocrino, que secreta hormonas. En la obesidad esta función se altera y además se producen sustancias características de un estado inflamatorio y por tanto de un tejido enfermo”.

-Llega un punto en que no es fácil deshacerse de él.

“Exacto. Este tejido adiposo no es tampoco el tejido adiposo subcutáneo normal, como el que tenemos las mujeres en la zona de las caderas, sino que corresponde al tejido adiposo visceral. ¡Y ese tejido no se va ni con la liposucción!”.

Es un tejido que funciona como un tejido endocrino, enfermo, “que ya cambió sus sensores metabólicos a otro estilo. Cuando la situación pasa a ese nivel, es muy difícil volver atrás. Por eso es que es fundamental la prevención. Es fundamental que los padres tomen conciencia del tremendo daño que les están haciendo a los niños al no preocuparse de que lleven un estilo de vida saludable; lo que no significa solamente no comer comida chatarra, sino que también incentivarlos a hacer ejercicios y a comer equilibradamente, que no estén todo el día frente al televisor o al computador”.

-¿Es importante mandarles colaciones saludables? ¿No mandarles papas fritas?

“¡A mí me da pena! No es solamente la grasa; también es la sal, porque cuando comes mucha sal puedes generar problemas de hipertensión”.

“Yo quisiera que el mensaje sea claro en que ésta es una enfermedad. Que cuando uno no cuida a sus hijos con alimentación sana, realmente les estamos haciendo un tremendo daño. Es como si yo estuviera fumando un cigarrillo permanentemente frente a un niño. De la misma manera debería ser mirado esto. Yo lo estoy enfermando al darle estas colaciones que no son sanas”.

La diabetes y todas las complicaciones asociadas a la diabetes van de la mano con la obesidad.

LAS PAPAS FRITAS REALMENTE SON ADICTIVAS

-¿Cuál es su especialidad como investigadora?

“Yo trabajo estudiando la función y el tráfico de una familia de receptores, que unen varias moléculas entre las cuales están las lipoproteínas; ellas representan la forma en que se transporta el colesterol en la sangre. El receptor prototípico de las lipoproteínas es el LDL-R, que internaliza a la LDL también llamada el colesterol malo. Algunos de estos receptores participan regulando la disponibilidad de algunas moléculas que se han asociado a la obesidad. Uno de ellos es la megalina, receptor que puede regular la biodisponibilidad de la proteína leptina, importante en la obesidad”.

Además, está trabajando con otra proteína muy interesante, que es el receptor TGR5. Este receptor se expresa en varios tejidos, entre los cuales destaca el músculo esquelético y la “grasa parda”, que es una grasa que se expresa poco en el adulto y que se encuentra normalmente en los niños y los mamíferos que hibernan. “Es una grasa que, en vez de almacenar moléculas de grasa, genera calor. Gasta energía y la disipa en forma de calor. Esto es porque tienen una gran cantidad de mitocondrias, y las mitocondrias son como unas maquinitas que tienen que ver con la producción de energía”.

-Se ha comentado que existiría una relación entre el placer sexual y el placer de comer chocolate por las endorfinas. También, con el placer de hacer ejercicios.

María Paz Marzolo cita del capítulo cuarto del libro “El peso de la obesidad en el siglo XXI”: “En la regulación del balance energético, hay aspectos de tipo conductuales y sociales de recompensa asociados a la comida. Éstos están sustentados en los mismos sistemas de comportamiento adictivo a las drogas”.

Una parte importante de la sensación placentera al comer está alojada en los mismos centros que tienen que ver con otras sensaciones del placer; que tienen que ver con las endorfinas…

Por eso es que algunas personas que tienen una propensión a las drogas, incluso siendo delgados, pueden comer más allá de sus límites, porque pueden tener cierta “desregulación en sus sensores”.

Es posible que la comida más dañina funcione activando sensaciones placenteras. “Algunas moléculas de los alimentos activan estos sistemas de recompensa, y la sensación de placer. Y estas moléculas están en los alimentos más dañinos: en las grasas”.

Esto podría explicar, por ejemplo, la fascinación por las papas fritas.

-De repente, la obesidad se parece mucho al alcoholismo, ¿o no?

“Sí, claro; por eso es que hay que ponerlo como una enfermedad”.

-Y como una adicción, ¿también?

“Sí. Se ha visto que en algunos pacientes con obesidad se activan los mismos circuitos que en una persona que es adicta a drogas”.

– ¿Que cambios importantes se producen por ejemplo en el tejido adiposo de una persona con obesidad?

“Como mencioné antes, en la obesidad el tejido adiposo cambia. Normalmente éste secreta una hormona llamada adiponectina, que es importante porque ayuda a activar el transporte de carbohidratos en el músculo. El músculo es el tejido que más capta glucosa. En los obesos disminuye la producción de la adiponectina”.

-¿Por dónde va la investigación asociada a la prevención?

“Hay mucha investigación en esta área, por la enorme repercusión que tiene en la salud de las personas. Un aspecto interesante es el estudio de cómo se estimula la producción del tejido graso pardo, que es este tejido que quema energía, que produce calor. Recientemente se ha visto que una de las formas de activarlo es pasando frío. Pero es fundamental también que haya conciencia de las personas y mayor autocuidado”.

En la presentación del libro, María Paz Marzolo, Nibaldo Inestrosa (Director del CRCP y del CARE) y Ada Cuevas Marín.

QUIÉN ES MARÍA PAZ MARZOLO
La vida profesional y académica de María Paz Marzolo ha estado muy ligada a la Pontificia Universidad Católica de Chile. En esta institución se tituló como bioquímica (1988), obtuvo el doctorado en Ciencias Biológicas (mención Biología Celular y Molecular, 1997), y el post-doctorado, en el Laboratorio de Neurobiología (1999), con el Dr. Nibaldo Inestrosa. Hoy ejerce como Profesora Asociada en el Laboratorio de Histología de Tráfico Intracelular y Señalización del Departamento de Biología Celular y Molecular de la Facultad de Ciencias Biológicas.

“¡No he salido mucho de aquí!”, ríe María Paz Marzolo; “pero mis dos primeros Fondecyt los obtuve y ejecuté en parte importante en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile, a donde ingresé después del postdoctorado. Fue cuando recién me titulé”.
Obtuvo el grado de Ph.D. en 1997, y su primer Fondecyt Regular en 1999 (no existían los proyectos de iniciación en ese entonces). Se llamaba: “Determinantes moleculares de la interacción de los receptores de la familia del LDL-R, LRP y megalina con el ambiente”) y duró tres años; el segundo, cuatro años. Eso fue en el Departamento de Biología de la Facultad de Ciencias.

Después se fue a la PUC y se incorporó al Centro Fondap CRCP. Ya dentro de Fondap ganó otro Fondecyt, en el grupo de Medicina, que tiene que ver con los cálculos de colesterol en la vesícula biliar.
Su área de especialización es la biología celular, el tráfico de proteínas de membrana, los receptores de la familia del LDL-R.

El libro "El peso de la obesidad en el siglo XXI", de María Paz Marzolo y Ada Cuevas Marín, se puede obtener de manera gratuita.

QUÉ ES EL CRCP
El Centro de Regulación Celular y Patología (CRCP) se formó en septiembre de 1999 con el financiamiento gubernamental del Fondo Nacional de Áreas Prioritarias (Fondap). En sus diez años de existencia un total de 94 estudiantes de pregrado y 90 de doctorado han realizado su tesis en él. Además, entre los años 2000-2004 el Centro contaba con 17 estudiantes de postdoctorado; en el período 2005-2009, el número se duplicó.

Posteriormente, estos logros -el Centro generó más de 200 publicaciones ISI- permitieron que este grupo de investigadores se adjudicara el Financiamiento Basal que CONICYT entrega a los principales Centros Científicos de Excelencia de nuestro país. Así, como una continuidad natural del CRCP, nace el CARE (Centro de Envejecimiento y Regeneración).

CÓMO CONSEGUIR EL LIBRO
El libro de difusión “El peso de la obesidad en el siglo XXI”, de las doctoras María Paz Marzolo y Ada Cuevas Marín, se distribuye en forma gratuita en la Facultad de Ciencias Biológicas de la UC y a través de su página web. Es una publicación del Centro de Regulación Celular y Patología (CRCP).