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“Ahora tenemos una imagen país totalmente diferente gracias al proyecto de CONICYT”

Publicado 03-11-2010

Jean Romagnoli, médico que participó en el rescate de los mineros:

[03/11/2010] El especialista en medicina deportiva afirma que el Programa de Inserción de Capital Humano Avanzado en el Sector Productivo “es una herramienta súper potente para desarrollar una serie de tecnologías y metodologías nuevas que nos pusieron a nivel mundial con el tema de los mineros”, agregando que “si bien yo tenía la idea, sin el apoyo de CONICYT y sin el enfoque del proyecto, probablemente no habría llegado a esto o habría llegado mucho después”.

Para todos los chilenos que seguimos atentamente el rescate de los 33 mineros atrapados en la mina San José, en la región de Atacama, el doctor Jean Romagnoli se hizo un rostro conocido, pues fue el profesional que no sólo los preparó físicamente durante su encierro bajo tierra, sino quien monitoreó su frecuencia cardiaca cuando iban subiendo en la cápsula de rescate.

Este médico, especialista en medicina y traumatología deportiva, máster en medicina hiperbárica, y con más de cinco años de experiencia en manejo de fisiología humana en ambientes extremos, trabaja actualmente en Biomec, empresa que el año 2007 obtuvo financiamiento de CONICYT para un proyecto de Inserción de Capital Humano Avanzado en el Sector productivo.

¿De qué se trató el proyecto que realizaste con financiamiento CONICYT?
El proyecto buscaba determinar el impacto real de la medicina deportiva en cuanto a la maximización del rendimiento físico en seres humanos. Tenía por objetivo definir cuáles eran las variables críticas de rendimiento en cualquier actividad física que uno se planteara revisar, ya sea deportiva, laboral, lúdica.

Nos fuimos dando cuenta que hay una serie de factores críticos que se van repitiendo de una actividad a otra, hasta que logramos definir un conjunto máximo de más menos 17 variables críticas. Cualquier actividad física resultaba ser un subconjunto de esas variables y de esa manera, éramos capaces de trabajar al detalle cada una de esas variables para asegurar una aumento de rendimiento en la actividad que nos planteábamos intervenir.

Tuvimos dos años de estudio, fuimos probando y testeando cada una de esas variables con diferentes grupos, desde militares, civiles, en todos los rubros. Logramos armar la malla de variables críticas, el motivo fisiológico por el cual eran críticas para la actividad específica, cuáles eran las proyecciones de mejoras del rendimiento a tres meses, seis, nueve y más de nueve meses plazo. También, logramos definir los sistemas de entrenamiento físico que podían modificar esas variables y, por lo tanto, que conducían directamente a un aumento del rendimiento físico en esa práctica en particular.

Te lo explico con un ejemplo. En el fútbol tienes once jugadores por lado, donde los requerimientos de rendimiento son diferentes, por lo que no tiene sentido entrenar a todos de la misma manera, porque todos tienen que hacer trabajos diferentes dentro de la cancha. Entonces la idea de determinar qué es lo que realmente importa para tener mejor rendimiento y desempeño físico, es saber definir y ubicar bien cuáles son los puntos que hacen la diferencia. La idea es ser súper conscientes de cuáles son las características propias de cada individuo, para qué somos buenos y tratar de fomentar eso, de tal manera de apoyar específicamente y profesionalmente. Y segundo, tener un criterio objetivable y objetivo, repetible en el tiempo.

¿En qué consistió tu participación en el rescate de los mineros y para que te sirvió el proyecto realizado con el apoyo de CONICYT para esta tarea?
Inicialmente llegué a la operación San Lorenzo como jefe de turno diurno de la estación de rescate. Básicamente cumplía una función de apoyo logístico a los mineros, nos encargábamos de mandarles todos los víveres y la medicación necesaria para cautelar su estado de salud. Además, había que hacerles controles sanitarios diarios por videoconferencia, planteándose una pauta bastante agresiva de tratamiento porque evidentemente no tienes accesibilidad a la persona y la única vía de comunicación física era un tubo de 8 centímetros de diámetro, por lo que la idea era mantener la salud en óptimas condiciones, idealmente todo el tiempo que durara la perforación hasta el día del rescate.

Al cabo de una semana yo les planteé la inquietud a los profesionales de la Asociación Chilena de Seguridad, pues dado que estaba prevista una cápsula de 51 centímetros de diámetro y una duración de rescate de una hora y media por minero, se planteaban en el horizonte bastantes problemas físicos potenciales durante el rescate, por lo que se diseñó hacer una pauta de ejercicios y entrenamiento específico que tendieran a prever y prevenir todas las posibles complicaciones que pudieran haber durante el rescate.

Para esto fue crítica toda la experiencia aprendida en el proyecto CONICYT, porque parte de lo que hicimos allí fue el desarrollo de modelos predictivos, y la dinámica y metódica de un modelo predictivo se mantiene más o menos igual. Dado que se adelantó el rescate, la última semana tuvimos que optar por sacar modelos predictivos de comportamiento, así que realizamos unos test de esfuerzo al interior de la mina que pudieran ser paralelizables con el stress sicológico producido durante el ascenso, para saber cómo iban a reaccionar y en quién teníamos que poner un poco más de atención. Salieron bastante buenos, lo que me produjo bastante tranquilidad con todos, incluso con Mario Gómez que era el paciente con silicosis y fibrosis pulmonar y que además tenía en ese momento una neumonía.

Todos los mineros estaban en buenas condiciones, salieron dentro de rangos bastante aceptables que se coincidieron completamente con los modelos predictivos. De hecho el factor más estresante para ellos fue la salida de la cápsula, en el momento en que ven a sus familiares.

Es decir que el proyecto funcionó tal como te lo habías planteado
Rindió los frutos esperados y la verdad es que quedé muy contento no sólo por esta experiencia, sino porque en múltiples industrias también se pueden sacar tipos de modelos predictivos y podemos empezar a cambiar un poco cómo se hacen las cosas, o las políticas de prevención de riesgos.

Hoy en día es posible predecir una serie de patologías. Por ejemplo, hay muchos problemas físicos derivados de la práctica de actividad física en la altura, que dan aviso antes de ser fatales: un infarto te avisa antes, en general, sobre todo en poblaciones mayores de 40 años; un edema pulmonar agudo de altura; un edema cerebral agudo inducido por altura o una hipotermia también te avisa antes, entonces no hay que esperar que sucedan sino que hay que tomar un rol bastante más proactivo, porque así se salvan vidas.

¿Cómo describirías la experiencia de haber participado en el rescate de los mineros?
Mi experiencia en términos profesionales ha sido la más difícil que me ha tocado realizar, lejos el desafío más importante que he tenido en mi vida. Porque independiente que uno pueda manejar ciertos ambientes como temperatura o humedad extrema, uno siempre cuenta con implementación que le puede ir pasando al individuo y cierto sistema de monitorización.

Aquí lo que dificultaba demasiado el trabajo y lo que puso a prueba todo lo que era control remoto de variables fisiológicas y el diseño, es que había que considerar que cada una de las cosas tenía que caber por la paloma que tenía poco más de 8 centímetros. Entonces muchas veces implicaba trabajar en condiciones mínimas, lo que requirió bastante creatividad e ingenio. Pero se pudo hacer, se hizo bien, se contó con el apoyo necesario.


¿Cuál es tu opinión del Programa de Inserción de Capital Humano Avanzado en el Sector Productivo de CONICYT?
Mi opinión es que este programa es crítico para el desarrollo tanto de la ciencia como de la empresa, porque cuando tú tratas de aplicar investigación en empresa vas a tener un panorama totalmente distinto, vas a tener un panorama que está teñido por solucionar un problema presente actual. No es la típica investigación que se da en la academia que es investiguemos por investigar y que puede tener utilidad como puede no tenerla, y que nadie le va a poner el sello de si sirvió y fue útil porque es investigación, y es una parte de la investigación que también es altamente relevante, pero la investigación aplicada creo que es mucho más crítica para el desarrollo científico y tecnológico de nuestro país.

El programa nos impulsó a buscar soluciones activas para la problemática que se iba presentando, lo cual se ha mantenido hasta la fecha y hemos adoptado ese prisma, de no investigar por investigar sino hacerlo cuando uno tiene algo que aportar, en vez de decir tienes un problema, ver cuál es la solución de ese problema. A mi juicio este tipo de investigación es la que menos tiene representatividad en nuestro país y creo que el país se puede beneficiar enormemente de este tipo de investigación.

Nada más que decir buenas palabras del programa, lo encuentro sumamente interesante si uno lo sabe aprovechar bien -también pasa que de repente el científico está un poco desorientado sobre qué es lo que quiere hacer, qué es lo que quiere investigar y para qué lo está investigando-, pero es una herramienta súper potente para desarrollar una serie de tecnologías y metodologías nuevas que nos pusieron a nivel mundial con el tema de los mineros.

Ahora tenemos una imagen país totalmente diferente gracias al proyecto de CONICYT, porque si bien yo tenía la idea, sin el apoyo de CONICYT y sin el enfoque del proyecto, probablemente no habría llegado a esto o habría llegado mucho después. Entonces, estoy orgulloso de haber participado en este tipo de proyecto, eternamente agradecido además porque me enseñaron también a cómo enfocarme y ser un poco más pragmático en mis cosas, en vez de tan disperso.

¿Cuáles son ahora tus próximos pasos?
Estamos trabajando con la Asociación Chilena de Seguridad en una idea que es básicamente redefinir las políticas de prevención de riesgos en ciertas industrias con alto riesgo, directamente asociado al ambiente en el cuál se desarrollan. Por ejemplo, la visión es que si vas a hacer un examen pre-ocupacional para trabajar en altura hay que hacerlo en altura, no sacamos nada con hacerlo a nivel del mar porque el cuerpo reacciona totalmente diferente. Entonces la idea es desarrollar un proyecto de investigación y desarrollo aplicado en todo lo que es ambiente extremo, y de lo que se aprenda ahí seguramente vamos a poder ir cambiando, sobre una base sólida, muchas de las políticas que de momento, no por falta de voluntad sino por incapacidad, no se ha hecho.

También estoy en contacto con gente de afuera que está también interesada en ciertos desarrollos potenciales que tenemos. Están muy entusiasmados con la idea porque les encanta el desierto de Atacama. Somos un país que si bien no tenemos toda la tecnología de los países desarrollados si gozamos de los ambientes extremos que nadie más tiene. Tenemos un altiplano sobre 4.500 metros de altura que es envidiable, tenemos la fosa de Atacama de 8 mil metros de profundidad para probar reacciones del cuerpo humano, tenemos el desierto más árido del mundo, la antártica, o sea poseemos una serie de entornos que privilegian el desarrollo de la investigación en esta área.