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Invitación a los concursos FONDECYT del año 2011

Publicado 10-05-2011

Dr. Bernardo González, Presidente del Consejo Superior de Ciencias Fondecyt de CONICYT.

Hace pocos días cerraron los concursos FONDECYT Iniciación 2011 y Postdoctorado 2012 y el 4 de mayo se abrió el Regular 2012. Desde hace varios años, estos tres concursos constituyen la base principal y más competitiva de financiamiento que entrega el estado de Chile a la investigación científico-tecnológica, en términos de número de beneficiados (más de 600 proyectos aprobados cada año), diversidad disciplinaria (se financian proyectos en todas las áreas del conocimiento) y estándares internacionales de exigencia (los proyectos deben generar conocimiento, entre otras manifestaciones, medible a través de publicaciones de nivel internacional, revisadas por pares). Estos concursos están dirigidos a investigadores que han obtenido recientemente su doctorado (Postdoctorado 2012), comienzan su labor como investigadores adscritos a una Institución Patrocinante (Iniciación 2011) o ya tienen algún nivel de experiencia en proyectos concursables (Regular 2012).

 

Los niveles de financiamiento otorgados por el estado a través de estos concursos muestran una tendencia a aumentar de manera importante (a pesar de un par de años en que ha habido disminución o estancamiento), alcanzando máximos históricos el año recién pasado. Existen los elementos como para afirmar que esta tendencia se mantendrá en este y los siguientes concursos. Ante esta auspiciosa situación, ¿cómo debe responder la comunidad científico-tecnológica, tanto sus investigadores jóvenes o experimentados? De varias formas. Aunque resulte obvio, postulando a estos concursos; pero, además, preparando propuestas con la mayor rigurosidad posible, combinando adecuadamente viabilidad (certezas) con creatividad (riesgos) y teniendo en cuenta que los esfuerzos que el estado chileno hace deben retribuirse responsablemente.

 

La expectativa por recibir más postulaciones no sólo apunta a quienes participan habitualmente en este tipo de concursos, o a los que lo hacen por primera vez como parte del inicio convencional de una carrera de investigación; esta invitación se dirige también a aquellos que habiendo postulado (o habiendo pensado en postular) en alguna ocasión, han dejado de hacerlo por distintos motivos. Entre éstos, se entiende, el más frecuente es desistir por la frustración de no aprobar un proyecto, sobre todo si la evaluación recibida no fue (o no se percibe como) justa. La evaluación de los proyectos por expertos nacionales e internacionales, por cierto, no está (y no va a dejar de estar) exenta de errores y debilidades. No obstante lo anterior, la actual situación ofrece una buena manera de mejorar las posibilidades de lograr la aprobación de un proyecto. Sobre todo si se pone rigurosidad y cuidado en preparar propuestas .

 

En concursos competitivos como éstos, ocurre que pequeños detalles pueden confundir al evaluador y que algunas omisiones pueden contribuir a hacer que un proyecto no sea justamente evaluado. Asimismo, se espera que los proyectos recibidos representen nuevas ideas y que éstas sean posibles de llevar a cabo. Una buena propuesta debería combinar , coherentemente, algún riesgo que no resulte (las hipótesis no siempre son correctas, los planes de trabajo no necesariamente se completan, ni los objetivos se logran, sobre todo si hay una dosis alta de creatividad), con alguna garantía que los proponentes están bien preparados y que cuentan con los elementos básicos necesarios para ejecutar la propuesta. Porque, finalmente, se trata de tener en cuenta el deber de dar uso adecuado a los recursos provenientes de todos los chilenos. Así, es necesario conciliar el legitimo derecho de los investigadores a desarrollar libremente sus ideas e investigar en temas de su interés, independiente que estas ideas o áreas de trabajo tengan aplicación más o menos directa, con la retribución que implica el financiamiento público de la investigación científico-tecnológica. Esto último, por cierto, se puede manifestar de distintas maneras. A la creación de conocimiento aplicado que puede beneficiar directamente al crecimiento económico del país, ya sea produciendo innovaciones, descubrimientos, creando propiedad intelectual, entre otros productos, se debe agregar la mantención y desarrollo de cuerpos de cultores en las Ciencias Naturales y Exactas, en las Tecnologías y en las Ciencias Sociales y Humanidades, los que no solo investigan en sus respectivas disciplinas, sino que también entrenan a nuevos investigadores y enseñan su saber experto en Instituciones de Educación Superior. Finalmente, es bueno apuntar que la realización positiva de estos proyectos también debería contemplar alguna retribución, por pequeña y sencilla que esta sea, al ciudadano común y corriente, en términos de mostrarle cómo la ejecución de tal proyecto puede producir un impacto positivo en su vida.

 

Esperamos que esta renovada invitación a la comunidad científico-tecnológica del país tenga buena acogida y permita demostrar su fortaleza y pujanza.

 

Bernardo González Ojeda

Presidente Consejo Superior de Ciencias Fondecyt de CONICYT